EL TÚNEL DEL ESTRECHO Y EL SUPERPUERTO DE TÁNGER ¿LA CUARTA GUERRA MUNDIAL?, PLANETA TIERRA, BECERRONIA (EX-ESPAÑA). SI EUROPA PERMITE EL TUNEL, ADIOS.
En todo caso, el primer ministro marroquí quita importancia al peligro terrorista y su influencia intimidatoria en las inversiones extranjeras. Al fin y al cabo los últimos sucesos de Casablanca se produjeron a raíz de la detección policial de los sospechosos, es decir, a la defensiva, y las inversiones foráneas nunca han sido mayores en el país que en los últimos tres años. Jetú las enumera con fruición, empezando por las japonesas, siguiendo por las procedentes de los Emiratos Árabes, y sin dejar de nombrar a China, con quien las relaciones se multiplican.
Además, hay dos grandes proyectos estratégicos: la central nuclear del sur de Marruecos, que probablemente va a construir Rusia, y el túnel bajo el estrecho de Gibraltar que unirá al fin España con Marruecos, África con Europa: 'Será mucho más profundo que el del Canal de la Mancha, 300 metros de profundidad y 40 kilómetros de longitud. Los estudios están terminados tras diez años de preparación y probablemente tendrá la aprobación de la Cumbre UE-África que se celebrará en noviembre próximo en Lisboa. Esperamos esa adhesión, es un sueño al alcance de la mano. Creemos mucho en él a los dos lados del Estrecho, es un punto importantísimo en la Comisión Mixta España-Marruecos'. Efectivamente, los dos países han presentado estos días el proyecto en Bruselas para iniciar las gestiones de financiación.
En cuanto al otro gran asunto de las relaciones bilaterales, la emigración marroquí a España, el primer ministro se muestra orgulloso de los logros en detener el flujo de inmigración clandestina que se ha reducido quizás a la mitad en los dos últimos años. Y por eso, está aumentando la presión subsahariana hacia Canarias. 'Combatir la pobreza en los países de origen es lo fundamental', nos dice Driss Jettou que informa de que Marruecos ha concedido este año 10.000 becas de formación profesional y otras 10.000 para la formación de policías procedentes de países subsaharianos.
Al final de la entrevista, el primer ministro marroquí hace una emotiva profesión de fe en un futuro conjunto: 'Hemos ligado nuestro futuro al de Occidente, ése es nuestro objetivo. Pero tengan en cuenta, ustedes que vienen de países ricos, nuestras dificultades, sean indulgentes a la hora de juzgarnos'.
Al día siguiente iremos a Tánger para conocer la obra pública de la que más espera Marruecos en los próximos años. El nuevo puerto artificial Tánger Mediterráneo pretende convertirse en puerta de entrada en Europa de las mercancías llegadas desde el otro lado del Atlántico - es decir, cargarse a Algeciras -. Con un coste de unos 1.500 millones de euros, la primera fase de Tánger-Med entrará en funcionamiento el mes que viene. También se planea construir un segundo puerto en esta costa noroeste, en algún punto de la franja de 40 kilómetros que separan el complejo portuario de Tánger-Med de la ciudad de Tánger. Ambos puertos juntos tendrán en 2015 capacidad para 8,5 millones de contenedores al año (3,5 millones el Tánger-Med y 5 millones en la segunda fase en proyecto). Con ello la costa noroeste marroquí se convertiría en uno de los mayores y más competitivos centros portuarios del Mediterráneo, compitiendo directamente con Ceuta y con Algeciras, hoy por hoy el principal puerto de tráfico de contenedores de toda la cuenca, el 6º de Europa y el 25º del mundo.
Los marroquíes repiten diplomáticamente - aviesamente - que hasta el 2012 Tánger y Algeciras van a ser complementarios, y que sólo a partir de esa fecha se iniciará una sana competencia. Aparte del factor de competencia económica con España, estos proyectos para el noroeste marroquí hay que verlos también en términos de esfuerzo nacional por el desarrollo de una región tradicionalmente marginada. Hoy Tánger tiene 800.000 habitantes y es candidata a acoger en 2012 el relevo a Zaragoza de la Exposición Universal.
El pasado abril, el Rey Mohamed VI inauguraba el último tramo de la autopista que une Tánger con Marrakech a lo largo de 558 kilómetros y que contribuirá a sacar al norte de su tradicional aislamiento respecto al resto del país. Esta gran obra de infraestructuras ha supuesto una inversión de 780 millones y es destacable que, en términos de desarrollo de infraestructuras viales, Marruecos ha elaborado un esquema director de carreteras destinado a la construcción de 1.500 kilómetros de autopistas en el horizonte de 2010, de los cuales 784 ya están construidos y 635 están en construcción, con un coste total previsto de 3.224 millones de euros.
La recién inaugurada autopista atraviesa desde Rabat a Tánger una región agrícola con buen aspecto en la que, como en la España de hace cuarenta años, se ven pocos tractores, muchos carros, no pocos rebaños de cabras y hasta una señora cruzando osadamente la autovía con una vaca. El aspecto de los accesos desde ambas ciudades ha sido cuidado y se trata de anchos bulevares con arcenes verdes y limpios. Las parcelas agrícolas son pequeñas y casi no existen aún invernaderos a la vista. La agroindustria está aún por despertar en el país.
El recorrido es de tres horas por una autopista recta a través de una enorme planicie. La gente trabaja la tierra como hace medio siglo en España. Grupos multicolores de mujeres recolectando aparecen aquí y allá entre grandes campos de girasol y no pocos bosques de eucalipto que están tiñendo de verde el paisaje. Digamos que la región aparece más arbolada que cuando se atraviesa la Castilla cenicienta.
Desde cincuenta kilómetros antes de llegar a Tánger, el viajero contempla el espectáculo inédito de interminables playas sin una sola construcción turística, con los cultivos llegando hasta la arena, un previsible pulmón para la insaciable avidez turística europea. Dejando Larache a un lado, las aldeas se hacen misérrimas, las parabólicas escasean y las casas son poco más que ramaje. Grandes plantaciones de pinos jóvenes recuerdan los intentos de repoblación forestal del franquismo, hoy abandonados - desgraciadamente -. A partir de Tetuán el paisaje se hace más montañoso y a la entrada de Tánger se suceden los controles policiales.
En la incipiente y prometedora zona franca de Tánger ya hay instaladas importantes empresas, y entre ellas la que será primera televisión privada, de capital mixto franco-marroquí, diseño primoroso, personal muy joven y 500 millones de euros de inversión. Tánger está en pleno desarrollo inmobiliario; las colinas se pueblan de chales y el centro se desarrolla con altos edificios de apartamentos. Es el modelo español. En 2006, más de 6,5 millones de turistas visitaron el país, una subida del 12% en comparación con 2005 según las cifras oficiales. Marruecos está realizando un ambicioso programa de desarrollo de las infraestructuras turísticas llamado ‘Plan Azul’ con el objetivo fundamental de acoger a 10 millones de turistas en 2010. "Está atrayendo mucho capital extranjero”, dicen los conocedores.
En todo caso, el primer ministro marroquí quita importancia al peligro terrorista y su influencia intimidatoria en las inversiones extranjeras. Al fin y al cabo los últimos sucesos de Casablanca se produjeron a raíz de la detección policial de los sospechosos, es decir, a la defensiva, y las inversiones foráneas nunca han sido mayores en el país que en los últimos tres años. Jetú las enumera con fruición, empezando por las japonesas, siguiendo por las procedentes de los Emiratos Árabes, y sin dejar de nombrar a China, con quien las relaciones se multiplican.
Además, hay dos grandes proyectos estratégicos: la central nuclear del sur de Marruecos, que probablemente va a construir Rusia, y el túnel bajo el estrecho de Gibraltar que unirá al fin España con Marruecos, África con Europa: 'Será mucho más profundo que el del Canal de la Mancha, 300 metros de profundidad y 40 kilómetros de longitud. Los estudios están terminados tras diez años de preparación y probablemente tendrá la aprobación de la Cumbre UE-África que se celebrará en noviembre próximo en Lisboa. Esperamos esa adhesión, es un sueño al alcance de la mano. Creemos mucho en él a los dos lados del Estrecho, es un punto importantísimo en la Comisión Mixta España-Marruecos'. Efectivamente, los dos países han presentado estos días el proyecto en Bruselas para iniciar las gestiones de financiación.
En cuanto al otro gran asunto de las relaciones bilaterales, la emigración marroquí a España, el primer ministro se muestra orgulloso de los logros en detener el flujo de inmigración clandestina que se ha reducido quizás a la mitad en los dos últimos años. Y por eso, está aumentando la presión subsahariana hacia Canarias. 'Combatir la pobreza en los países de origen es lo fundamental', nos dice Driss Jettou que informa de que Marruecos ha concedido este año 10.000 becas de formación profesional y otras 10.000 para la formación de policías procedentes de países subsaharianos.
Al final de la entrevista, el primer ministro marroquí hace una emotiva profesión de fe en un futuro conjunto: 'Hemos ligado nuestro futuro al de Occidente, ése es nuestro objetivo. Pero tengan en cuenta, ustedes que vienen de países ricos, nuestras dificultades, sean indulgentes a la hora de juzgarnos'.
Al día siguiente iremos a Tánger para conocer la obra pública de la que más espera Marruecos en los próximos años. El nuevo puerto artificial Tánger Mediterráneo pretende convertirse en puerta de entrada en Europa de las mercancías llegadas desde el otro lado del Atlántico - es decir, cargarse a Algeciras -. Con un coste de unos 1.500 millones de euros, la primera fase de Tánger-Med entrará en funcionamiento el mes que viene. También se planea construir un segundo puerto en esta costa noroeste, en algún punto de la franja de 40 kilómetros que separan el complejo portuario de Tánger-Med de la ciudad de Tánger. Ambos puertos juntos tendrán en 2015 capacidad para 8,5 millones de contenedores al año (3,5 millones el Tánger-Med y 5 millones en la segunda fase en proyecto). Con ello la costa noroeste marroquí se convertiría en uno de los mayores y más competitivos centros portuarios del Mediterráneo, compitiendo directamente con Ceuta y con Algeciras, hoy por hoy el principal puerto de tráfico de contenedores de toda la cuenca, el 6º de Europa y el 25º del mundo.
Los marroquíes repiten diplomáticamente - aviesamente - que hasta el 2012 Tánger y Algeciras van a ser complementarios, y que sólo a partir de esa fecha se iniciará una sana competencia. Aparte del factor de competencia económica con España, estos proyectos para el noroeste marroquí hay que verlos también en términos de esfuerzo nacional por el desarrollo de una región tradicionalmente marginada. Hoy Tánger tiene 800.000 habitantes y es candidata a acoger en 2012 el relevo a Zaragoza de la Exposición Universal.
El pasado abril, el Rey Mohamed VI inauguraba el último tramo de la autopista que une Tánger con Marrakech a lo largo de 558 kilómetros y que contribuirá a sacar al norte de su tradicional aislamiento respecto al resto del país. Esta gran obra de infraestructuras ha supuesto una inversión de 780 millones y es destacable que, en términos de desarrollo de infraestructuras viales, Marruecos ha elaborado un esquema director de carreteras destinado a la construcción de 1.500 kilómetros de autopistas en el horizonte de 2010, de los cuales 784 ya están construidos y 635 están en construcción, con un coste total previsto de 3.224 millones de euros.
La recién inaugurada autopista atraviesa desde Rabat a Tánger una región agrícola con buen aspecto en la que, como en la España de hace cuarenta años, se ven pocos tractores, muchos carros, no pocos rebaños de cabras y hasta una señora cruzando osadamente la autovía con una vaca. El aspecto de los accesos desde ambas ciudades ha sido cuidado y se trata de anchos bulevares con arcenes verdes y limpios. Las parcelas agrícolas son pequeñas y casi no existen aún invernaderos a la vista. La agroindustria está aún por despertar en el país.
El recorrido es de tres horas por una autopista recta a través de una enorme planicie. La gente trabaja la tierra como hace medio siglo en España. Grupos multicolores de mujeres recolectando aparecen aquí y allá entre grandes campos de girasol y no pocos bosques de eucalipto que están tiñendo de verde el paisaje. Digamos que la región aparece más arbolada que cuando se atraviesa la Castilla cenicienta.
Desde cincuenta kilómetros antes de llegar a Tánger, el viajero contempla el espectáculo inédito de interminables playas sin una sola construcción turística, con los cultivos llegando hasta la arena, un previsible pulmón para la insaciable avidez turística europea. Dejando Larache a un lado, las aldeas se hacen misérrimas, las parabólicas escasean y las casas son poco más que ramaje. Grandes plantaciones de pinos jóvenes recuerdan los intentos de repoblación forestal del franquismo, hoy abandonados - desgraciadamente -. A partir de Tetuán el paisaje se hace más montañoso y a la entrada de Tánger se suceden los controles policiales.
En la incipiente y prometedora zona franca de Tánger ya hay instaladas importantes empresas, y entre ellas la que será primera televisión privada, de capital mixto franco-marroquí, diseño primoroso, personal muy joven y 500 millones de euros de inversión. Tánger está en pleno desarrollo inmobiliario; las colinas se pueblan de chales y el centro se desarrolla con altos edificios de apartamentos. Es el modelo español. En 2006, más de 6,5 millones de turistas visitaron el país, una subida del 12% en comparación con 2005 según las cifras oficiales. Marruecos está realizando un ambicioso programa de desarrollo de las infraestructuras turísticas llamado ‘Plan Azul’ con el objetivo fundamental de acoger a 10 millones de turistas en 2010. "Está atrayendo mucho capital extranjero”, dicen los conocedores.
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