ESPAÑA VUELVE A IRAK... en realidad siempre estuvo, representada por una fragata.
Gracias a la persistencia del Wall Street Journal y de los presidentes del Comité de Inteligencia del Congreso norteamericano y del grupo republicano del Senado, la inteligencia americana acaba de reconocer que desde finales de 2003 hasta la fecha se han encontrado en Irak algo más de 500 armas y municiones que contenían gas mostaza y gas sarín. Y aunque en un estado degradado no por ello menos letales.
La noticia es importante al menos por tres razones. La primera porque viene a demostrar que los temores sobre un posible arsenal de armas de destrucción masiva en las manos de Sadamm no eran tan descabellados como se ha querido dar a entender desde la intervención en el 2003. Cierto, todo apunta a que estos sistemas llevaban varios años almacenados y su existencia comprobada no eran la causa de la deposición de Saddam. Pero demuestran lo que los miembros de la coalición decían antes de su ataque, que Saddam no colaboraba, no decía toda la verdad y que su ambición seguía estando viva.
En segundo lugar, viene a suponer una llamada de atención. Lo que se ha encontrado hasta la fecha no ha sido el fruto de una labor sistemática, sino más bien todo lo contrario. Hay que suponer que puede haber más munición todavía descontrolada. Y eso es importante para las condiciones de la seguridad en Irak hoy. Hasta ahora los explosivos utilizados para atacar por parte de los sadamistas y terroristas han sido convencionales. Si estas municiones químicas cayeran en manos de los terroristas, el escenario podría resultar más que complejo. Por muy degradada que se encuentre esta munición, sigue siendo altamente letal y su dispersión por medio de una bomba sucia conllevaría la muerte de cientos o miles de iraquíes según donde se hiciera estallar.
Por último, el tira y afloja entre los republicanos y la comunidad de inteligencia norteamericana pone en evidencia el juego sucio al que los servicios secretos se están prestando. Sintiéndose víctimas al haber sido acusados de errores de bulto en su apreciación de la amenaza (fallos ante el 11-S, fallos en Irak y fallos en Libia, entre otros), han reaccionado descargando sus culpas en la actual administración de George W. Bush, amparándose en la impunidad política que les da ser anónimos funcionarios y no políticos electos.
Desgraciadamente, lo que está sucediendo en los Estados Unidos, donde la política es la guerra por otros medios, tiene grandes similitudes con lo que pasa en nuestra España donde los servicios de inteligencia siempre ha seguido su propia agenda cuando no han ido en contra del gobierno cuando éste ha sido del PP. Y es que en todas partes cuecen habas.
Por cierto, ¿por qué nadie se ha hecho eco de las armas que se han descubierto en Irak? ¿Será que al PSOE ya no le interesa agitar el tema, o que el PP prefiere el olvido?
GEES / Libertad Digital.
La noticia es importante al menos por tres razones. La primera porque viene a demostrar que los temores sobre un posible arsenal de armas de destrucción masiva en las manos de Sadamm no eran tan descabellados como se ha querido dar a entender desde la intervención en el 2003. Cierto, todo apunta a que estos sistemas llevaban varios años almacenados y su existencia comprobada no eran la causa de la deposición de Saddam. Pero demuestran lo que los miembros de la coalición decían antes de su ataque, que Saddam no colaboraba, no decía toda la verdad y que su ambición seguía estando viva.
En segundo lugar, viene a suponer una llamada de atención. Lo que se ha encontrado hasta la fecha no ha sido el fruto de una labor sistemática, sino más bien todo lo contrario. Hay que suponer que puede haber más munición todavía descontrolada. Y eso es importante para las condiciones de la seguridad en Irak hoy. Hasta ahora los explosivos utilizados para atacar por parte de los sadamistas y terroristas han sido convencionales. Si estas municiones químicas cayeran en manos de los terroristas, el escenario podría resultar más que complejo. Por muy degradada que se encuentre esta munición, sigue siendo altamente letal y su dispersión por medio de una bomba sucia conllevaría la muerte de cientos o miles de iraquíes según donde se hiciera estallar.
Por último, el tira y afloja entre los republicanos y la comunidad de inteligencia norteamericana pone en evidencia el juego sucio al que los servicios secretos se están prestando. Sintiéndose víctimas al haber sido acusados de errores de bulto en su apreciación de la amenaza (fallos ante el 11-S, fallos en Irak y fallos en Libia, entre otros), han reaccionado descargando sus culpas en la actual administración de George W. Bush, amparándose en la impunidad política que les da ser anónimos funcionarios y no políticos electos.
Desgraciadamente, lo que está sucediendo en los Estados Unidos, donde la política es la guerra por otros medios, tiene grandes similitudes con lo que pasa en nuestra España donde los servicios de inteligencia siempre ha seguido su propia agenda cuando no han ido en contra del gobierno cuando éste ha sido del PP. Y es que en todas partes cuecen habas.
Por cierto, ¿por qué nadie se ha hecho eco de las armas que se han descubierto en Irak? ¿Será que al PSOE ya no le interesa agitar el tema, o que el PP prefiere el olvido?
GEES / Libertad Digital.
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