19 abril, 2006

COMO LOS HONGOS.

SETAS Y TORREPSOLES.-

Solamente los micólogos conocen por que, tras unas gotas de lluvia, aparecen en los campos multitud de simpáticos seres vivos. Se conoce que “estaban allí debajo”, esperando, pero nadie lo sabía, todos lo ignorábamos. Muchos de esos hongos son setas de sabor muy apreciado como mis queridos níscalos, otras no son recomendables, son indigestas o, simplemente insípidas, y también las hay nocivas e incluso mortales, como por ejemplo la amanita phaloides.
Málaga es tierra hospitalaria y muy agradecida. Se demuestra porque tras tanto tiempo sin llover, han caído unas gotitas y - ¡arriba el trono! - surgen las Torrepsoles, unas “setas” enormes, algunas hasta de cuarenta plantas, que no es moco de pavo. Estas setas son muy buenas para algunos, solamente para algunos: los que se forran con “su cultivo”.
Se supone que, cuando un grupo de sesudos técnicos, al realizar el vigente Plan General de Ordenación Urbana, habían decretado que en los terrenos de CAMPSA – Repsol, tanto la densidad de edificación como la máxima altura, habían de tener unos límites moderados, sus razones tendrían. Pero he aquí que surge – también como los hongos – la figura del político profesional: de repente y sin saber por que. Los políticos españoles, son como aquella antigua Legión de Millán Astray, “nada importa su vida anterior”, porque algunos – antes de ser elegidos – desprendían bellotas incluso en situación de reposo, y en cuanto lo son, se atreven a hablar de todo, de cualquier cosa, de cualquier disciplina, como si hubiesen recibido ciencia infusa a través de las apostólicas “lenguas de fuego”.
¿Y saben que? Si no surgen las Torrepsoles, las cultivan. Un poco de pasta, basta… Gior… No les perdones, Padre, porque SI saben lo que hacen.

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