06 junio, 2007

MARRUECOS.-


ASPECTOS RELEVANTES DEL MARRUECOS ACTUAL.
El Reino de Marruecos se enfrenta hoy a importantes desafíos tanto internos como internacionales con incidencia potencial y real en su vecindad inmediata. En el ámbito interno destacamos el calendario político, con la inmediatez de sus elecciones legislativas previstas para el próximo 7 de septiembre, una combinación de potencialidades y de dificultades en el ámbito socio-económico con las que las autoridades políticas deben contar y la creciente amenaza representada por el terrorismo yihadista salafista. En el ámbito internacional, el conflicto del Sáhara Occidental sigue entorpeciendo la necesaria normalización de las relaciones con Argelia.
EL HORIZONTE DE LAS ELECCIONES GENERALES DEL PRÓXIMO 7 DE SEPTIEMBRE.
A los cinco años de las últimas elecciones legislativas, celebradas en 2002, Marruecos se perfila hoy como otro país árabo-musulmán donde los islamistas legales, en este caso el Partido para la Justicia y el Desarrollo (PJD), van a ascender en intención de voto en los próximos comicios, reforzando con ello el importante papel ya alcanzado en 2002 por esta organización con su Secretario General, Saad Eddine Al-Othmani, al frente.
Aunque es un partido joven, creado en 1996, el PJD es hoy la tercera fuerza política en el legislativo marroquí con 42 escaños en la Cámara de Representantes. Es importante destacar que los islamistas se presentaron sólo en poco más de la mitad de las circunscripciones, en un pragmático ejercicio de autocontrol coordinado con el Ministerio del Interior y que el próximo otoño es posible que vuelva a repetirse aunque aún es pronto para saber en qué términos. En esa línea de pragmatismo el PJD abandonaba en su Congreso más reciente, celebrado en 2004, algunas de sus reivindicaciones históricas como la modificación de la Constitución o la necesidad de incrementar las competencias del Primer Ministro frente a los poderes, considerados excesivos, que ejerce el Jefe del Estado.
Frente al PJD se sitúan partidos clásicos como la Unión de Movimientos Populares (UMP) de gran implantación rural, el nacionalista Istiqlal, la legitimista Agrupación Nacional de Independientes (RNI) o los socialdemócratas de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), todos ellos conocidos por su mayor o menor pasividad ante los grandes desafíos recientes afrontados por la población marroquí si comparamos su actividad política de partidos con las de los muy vitales y comprometidos militantes del PJD.
Las previsiones de cara a las elecciones de septiembre parecen dibujar, de partida, un escenario de victoria del PJD que podría alcanzar incluso la mayoría absoluta, algo nunca visto antes en Marruecos donde el sistema ha tenido especial cuidado, ya desde la época de Hassán II y también ahora con Mohamed VI, de mantener en equilibrio la arena política con el Monarca como guía supremo y garante de la estabilidad. El avance islamista estaría en gran medida avalado por sondeos realizados en los últimos tiempos entre la población, destacándose dos del International Republican Institute de Washington DC, realizados consecutivamente en 2005 y 2006. Frente a tal escenario podrían imponerse las inercias del pasado, reflejadas en la recomposición de circunscripciones electorales y en otras medidas que han venido permitiendo la atomización política y ello a través de negociaciones entre los principales partidos políticos y el Ministerio del Interior.
Aunque esta rutina e inmovilismo en la política no tienen porqué durar siempre, ahora es evidente que podrían ser útiles para frenar el aparentemente imparable avance islamista en la línea de lo que ha sucedido en Egipto o en la Autoridad Nacional Palestina.
En términos comparativos es importante destacar que el PJD marroquí no es, afortunadamente, el Frente Islámico de Salvación (FIS) argelino. En primer lugar el PJD ofrece una experiencia de comportamiento durante una década de existencia que el FIS no pudo ofrecer: legalizado en 1989, el FIS ganó las elecciones municipales en Argelia en junio de 1990 y la primera vuelta de las legislativas, en diciembre de 1991, pero fue interrumpida la segunda vuelta de enero de 1992 ante el incremento de la violencia y de las amenazas procedentes de un FIS cada vez más radicalizado que sería ilegalizado en 1993. A diferencia del FIS argelino, un movimiento más que un partido político clásico y que aglutinaba tanto a las corrientes legalistas como a las violentas, en Marruecos hay otros grupos islamistas más radicales perfectamente identificados: Justicia y Caridad, por un lado, como un movimiento ilegal pero tolerado; y la compleja nebulosa terrorista formada por grupos surgidos en torno a la Salafiya Yihadiya desde principios de los noventa, el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), con importantes ramificaciones en suelo europeo, y la pujante realidad de las células espontáneas y de base que se han hecho sentir en marzo y abril con diversos atentados suicidas en Casablanca. En resumen, si el FIS sólo tuvo un año de ejercicio del poder municipal, entre junio de 1990 y diciembre de 1991, para observar a sus cuadros en acción, el PJD lleva tanto en el Parlamento como al frente de alcaldías importantes - como la de Meknes - desde hace ya una década. Por otro lado, aunque existan grupos islamistas más radicales que el PJD nada impide que dentro de dicho partido existan corrientes que discutan la moderación de sus líderes y que podrían presionar a estos para alejarles de las posturas posibilistas que han venido teniendo con respecto tanto a asuntos de la política nacional como del mundo exterior.
POTENCIALIDADES Y DIFICULTADES SOCIO-ECONÓMICAS.
Un reciente informe de la agencia calificadora de riesgo “Moody’s” indica que el Producto Interno Bruto (PIB) de Marruecos creció un 8,1% durante 2006, muy por encima del 2,1% de 2005. Por otro lado, las previsiones para 2007 apuntan a que la tendencia alcista continuará y se recuerda que el escaso crecimiento de 2005 se debió a factores externos adversos como el alto precio de los hidrocarburos y las condiciones climatológicas. Ambos factores adversos seguirán constituyendo una potencial amenaza en la medida en que Marruecos no tendrá fuentes energéticas propias, al menos en el corto y el medio plazo, y la agricultura seguirá pesando mucho en el total de su economía. Marruecos planea construir una central nuclear con tecnología rusa en su costa atlántica, al sur de Rabat, y tenerla operativa en unos 8 años y para ello el consorcio ruso “Atomstroyexport” enviaba en la segunda mitad de marzo una delegación a Marruecos para presentar al Gobierno marroquí detalles de su oferta.
Aunque en la actualidad el petróleo sigue siendo caro, Marruecos crecerá en 2007 por encima del 5% debido a un mejor escenario internacional y al aumento de las inversiones y del comercio exterior. De hecho, cabe destacar que los bancos de inversión internacionales y el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideran a Marruecos una de las plazas más atractivas para la inversión extranjera en toda África. No en vano Marruecos no ha dejado de abrir su economía al exterior en los últimos años tal y como lo demuestran tanto su Acuerdo de Libre Comercio con los EEUU, de 2006, como el reforzamiento de sus vínculos con la Unión Europea (UE), primero en el marco del Proceso de Barcelona y ahora en el de la Política Europea de Vecindad (PEV).
En lo que a España respecta, nuestro país es el segundo inversor extranjero en Marruecos tras Francia, invirtiendo sobre todo en el sector servicios. A título de ejemplo la constructora Fadesa, que ha levantado el gran complejo turístico de Saïdia, en el norte, se ha adjudicado en marzo un concurso para construir un centro turístico en Guelmim-Smara, frente a Canarias. Marina D’Or, por su parte, construye viviendas en Tamesna y en Tánger. Por otro lado, entre las grandes operaciones llevadas a cabo por operadores españoles en los últimos años destacan la compra de la tabacalera estatal marroquí por parte de Altadis o el acuerdo firmado por Repsol YPF para construir una gran refinería en la costa atlántica.
En el sector de la banca privada, Caja Mediterránea (CAM) acaba de comprar, en abril, un 5% del Banco Marroquí de Comercio Exterior (BMCE), siendo la primera caja de ahorros española que toma participación directa de un banco norteafricano con un desembolso de 132 millones de euros. Para la CAM el interés es doble como también lo puede ser para otros bancos españoles que a buen seguro decidirán instalarse en Marruecos: por un lado, canalizar los flujos de divisas de los inmigrantes marroquíes hacia su país de origen y, por otro lado, acompañar a los proyectos, turísticos e inmobiliarios pero no sólo, de empresarios españoles en Marruecos.
En el otrora sensible sector pesquero, 101 pesqueros españoles - el resto hasta los 119 buques comunitarios son 18 de otros países de la UE - han vuelto a faenar desde abril de 2007 y ello tras 8 años sin actividad y tras el desguace de 90 barcos que hasta 1999 pescaban en aguas marroquíes. Marruecos recibirá 144,4 millones de euros, 36,1 millones por cada uno de los cuatro años de duración del Acuerdo, en compensación por dicha actividad pesquera aparte de otras concesiones como la presencia de dos pescadores marroquíes por barco y la asignación directa de 13,5 millones de euros del montante de 144,4 para modernizar el sector pesquero marroquí.
Marruecos planea construir un segundo puerto en su costa noroeste, en algún punto de la franja de 40 kilómetros que separan el complejo portuario de Tánger-Med de la ciudad de Tánger. Tánger-Med entrará en funcionamiento en julio de este año y su coste habrá sido de unos 1.500 millones de euros. Ambos puertos juntos tendrán en 2015 capacidad para 8,5 millones de contenedores al año (3,5 millones el Tánger-Med y 5 millones el ahora en proyecto). Con ello la costa noroeste marroquí se convertiría en uno de los mayores y más competitivos centros portuarios del Mediterráneo, compitiendo directamente con Algeciras, hoy por hoy el principal puerto de tráfico de contenedores de toda la cuenca, el 6º de Europa y el 25º del mundo, y también competirá con el puerto de Ceuta. Aparte de en términos de competencia económica con España, estos proyectos para el noroeste marroquí hay que verlos también en términos de esfuerzo nacional por el desarrollo de una región tradicionalmente marginada. Hoy Tánger tiene 800.000 habitantes y es candidata a acoger en 2012 la Exposición Universal de ese año, y el pasado 17 de abril el Rey Mohamed VI inauguraba el último tramo de la autopista que une Tánger con Marrakech a lo largo de 558 kilómetros y que contribuirá a sacar al norte de su tradicional aislamiento respecto al resto del país. Esta gran obra de infraestructuras ha supuesto una inversión de 780 millones y es destacable que, en términos de desarrollo de infraestructuras viales, Marruecos ha elaborado un esquema director de carreteras destinado a la construcción de 1.500 kilómetros de autopistas en el horizonte de 2010, de los cuales 784 ya están construidos y 635 están en construcción, con un coste total previsto de 3.224 millones de euros.
Si las reformas económicas acometidas en los últimos años han incidido en el fortalecimiento de la propiedad privada, en el aumento de la flexibilización laboral, en la planificación de una ambiciosa y difícil reforma agrícola para reducir su peso en la economía y en el incremento del sector servicios, es importante destacar que como toda modernización conllevará costes sociales - por los excedentes de mano de obra que toda modernización genera - que agravarán las debilidades socioeconómicas del sistema. Por ello hoy es más urgente que nunca que las autoridades marroquíes mejoren las condiciones de vida de esa gran parte de la población que aún vive por debajo del nivel de la pobreza, que reduzcan el analfabetismo que afecta al 50% de la población total y que reduzcan también unas tasas de desempleo que, según fuentes oficiales y por ello triunfalistas, no han dejado de bajar en los últimos tres años: del 11,3% en 2003 al 10,9% en 2005 y al 7,7% en 2007.
Dado que hoy por hoy las dificultades son palpables y que la progresiva modernización del país aún margina a amplias capas de la población, España y por extensión la UE deberán de hacer frente a una imparable presión migratoria por parte de personas originarias de Marruecos. Aunque en el último año son los cayucos con subsaharianos que llegan a Canarias los grandes protagonistas de la presión de irregulares en nuestra frontera sur, no hay que olvidar que el flujo de pateras con marroquíes hacia las provincias costeras de Andalucía Oriental no cesa, incrementándose además con la llegada del buen tiempo, así como la infiltración en las ciudades de Ceuta y Melilla; a título de ejemplo destacaremos en las últimas semanas la llegada de 5 irregulares a Algeciras el 15 de abril, de 29 a Almería el 21 - de ellos 21 eran menores -, de 20 a Motril el 22; de 65 a Almería el 27 - de los que 12 eran menores -, de 3 a Málaga también el 27 y procedentes de Marruecos vía Melilla y de 10 a Ceuta adonde habían llegado irregularmente procedentes de Castillejos el 2 de mayo. Aunque los adultos pueden ser devueltos de forma inmediata a Marruecos, en aplicación del Acuerdo de Readmisión hispano-marroquí de 1992, no ocurre lo mismo respecto a los menores, realidad ésta que previsiblemente adquirirá cada vez más importancia. Es ilustrativo recordar que si el diferencial de desarrollo en la frontera entre los EEUU y Méjico es de 1 a 6, en la frontera entre España y Marruecos lo es de 1 a 13, elevándose a un diferencial de 1 a 45 cuando comparamos a España con algunos países del Sahel como Malí o Níger.
EL DESAFÍO DEL TERRORISMO YIHADISTA SALAFISTA.
La muerte de siete suicidas entre el 11 de marzo y el 10 de abril pasados, todos ellos en Casablanca, que provocaron la muerte de un policía y múltiples heridos, ha puesto de manifiesto la gravedad de la amenaza representada por el yihadismo salafista en suelo marroquí.
Dicha gravedad ya se vislumbraba desde antiguo, antes incluso de los atentados suicidas que el 16 de mayo de 2003 provocaron 45 muertos también en Casablanca y que se conocen como el 16-M. A fines de julio de 2006 una operación de las fuerzas de seguridad marroquíes desmantelaba un grupo terrorista conocido como “Ansar al-Mahdi”, desconocido como tal grupo anteriormente. La detención inicial de 44 personas, ampliada luego hasta las 56, destapó una tupida hidra extendida por varias ciudades del norte del país. El líder de este extenso grupo, Hassan al-Khattab, había pasado dos años en prisión tras el 16-M para ser luego liberado, como también lo habían sido algunos de los suicidas que actuaron en abril, en aplicación de medidas de gracia que, como las concedidas en la vecina Argelia en aplicación de la Carta Nacional de Reconciliación, están demostrando las nefastas consecuencias que producen al alimentar en lugar de debilitar el frente terrorista.
Frente a la idea ahora muy extendida con las muertes de suicidas producidas en los barrios populares de Sidi Mumen - de donde procedían los suicidas de mayo de 2003 y el muerto en un cibercafé el pasado 11 de marzo - y de El Fida, según la cual los terroristas proceden de clases bajas de la sociedad y son el reflejo de una injusticia social que una vez resuelta eliminaría la amenaza, es significativo que las detenciones de julio de 2006 dibujaran un escenario mucho más complejo e inquietante. Entre los 56 detenidos había traficantes de drogas pero también familiares de empleados de Royal Air Maroc e incluso algunos miembros de las Fuerzas Armadas. Este último punto ha venido dando mucho que hablar aún cuando se tratara de simples soldados, que un medio argelino ubicó como destinados en la Base Aérea de Salé, sin presencia entre ellos de oficiales o de suboficiales y sin que ninguno perteneciera a unidades de élite que hubieran permitido presagiar un entrenamiento especializado para los yihadistas. No obstante, algún medio marroquí (La Gazette du Maroc) insistió en la preparación de algunos de los detenidos en el uso de explosivos. En cualquier caso la existencia de reclutas de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) vinculados a células yihadistas salafistas plantea la necesidad de vigilar estrechamente la penetración radical en las mismas por el efecto multiplicador que podría tener por la base. Sin ir más lejos, el 31 de agosto de 2006 el Gobierno puso fin al servicio militar en Marruecos, consistente en ese momento en 18 meses de duración para los marroquíes que cumplían los 18 años. Por otro lado, este no fue el único cambio importante en esos días: el General Hamidou Laanigri dejaba la jefatura de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) y el General Mohammed Belbachir dejaba la Dirección de Vigilancia del Territorio (DST) y hasta 12 jefes y oficiales de menor rango, también en las fuerzas de seguridad, eran reemplazados. Mientras la eliminación del servicio militar puede vincularse con la alarma terrorista también puede estarlo con un incipiente proceso de profesionalización de las FAR, algo en lo que vecinos de Marruecos como la propia Argelia y, por supuesto, muchas Fuerzas Armadas europeas, ya han estado o están embarcadas. Respecto a los cambios en la cúpula y en mandos intermedios de las fuerzas de seguridad también pueden interpretarse como resultado directo del descubrimiento de la envergadura de la amenaza aunque algunos observadores más optimistas van más allá y quieren ver detrás un ambicioso proceso de reducción de los poderes tradicionales en Marruecos - del Majzén por ejemplo - para hacer avanzar el país hacia la democracia y la modernidad.
En términos regionales es importante destacar que las detenciones de julio de 2006 permitieron descubrir documentos que incluían planes de fusión de organizaciones terroristas yihadistas de cuatro países del Magreb - Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez - bajo el liderazgo del federador Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino. Cuando ahora, en marzo y abril de 2007, las operaciones policiales nunca finalizadas contra las células que se manifestaron cruelmente el 16-M y las sobrevenidas tras los atentados suicidas más recientes han mostrado planes de atentados contra objetivos turísticos e incluso contra buques en tránsito por el puerto de Casablanca, es buen momento para recordar que la amenaza sigue ahí, poniendo en riesgo la seguridad de Marruecos y también la de sus vecinos. El que los dos últimos suicidas en morir en abril lo hicieran en las proximidades del Consulado de los EEUU en Casablanca ha llevado a las autoridades estadounidenses a decidir el cierre temporal de sus instalaciones consulares en Marruecos.
Con un discurso salafista cada vez más extendido en el país, discurso que en principio no es necesariamente yihadista pero que sí es anti occidental y que critica la aproximación de Marruecos a los países occidentales, las viejas redes tejidas por la Yihadiya Salafiya en los años noventa, la existencia de predicadores de inspiración wahabí, el activismo de grupos como la Yama’a al Tabligh o el Hizb ut.Tahrir y el de el tolerado Justicia y Caridad y, desde fuera del país, la labor federadora de “Al Qaida en la Tierra del Magreb Islámico” (ex-GSPC) crea una masa crítica que puede alimentar y alimenta la salida violenta de individuos y grupos.
EL CONFLICTO DEL SÁHARA OCCIDENTAL Y LA COMPLEJA VECINDAD CON ARGELIA.
El 30 de abril el Consejo de Seguridad de la ONU, aparte de renovar por seis meses más el mandato de la MINURSO (unos 200 efectivos en la actualidad), instaba en su Resolución 1754 a Marruecos y al Frente Polisario a emprender negociaciones directas “sin condiciones previas y de buena fe, tomando en consideración los acontecimientos de los últimos meses, con vistas a encontrar una solución política justa, duradera y aceptable mutuamente, que proporcione la autodeterminación al pueblo saharaui”. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, deberá presentar antes del 30 de junio al Consejo de Seguridad un informe sobre los avances que puedan producirse de aquí a entonces.
El plan de autonomía para el territorio entregado por el Embajador de Marruecos ante la ONU, Mustafá Sahel, al Secretario General el 11 de abril contempla la celebración de un referéndum de autonomía sin renunciar a la soberanía marroquí sobre el territorio, es decir, más de lo mismo. Aquí difiere del referéndum planteado en el Plan Baker Modificado o Plan Baker II, también aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad en 2003, que recogía también la figura del referéndum pero para decidir entre la autonomía o la independencia. Cabe recordar que Marruecos discrepó de dicho Plan, que sí habían aceptado tanto el Frente Polisario como Argelia, y renunció a la elaboración del censo electoral. La actual Resolución 1754 no hace ya referencia alguna al Plan Baker Modificado, un notable documento al que el Gobierno español de la época había logrado dotar, a través de su diplomacia, de elementos moderadores que pudieran atraer la aceptación marroquí que finalmente no se produjo.
La Resolución 1754 apoya tácitamente la propuesta marroquí de autonomía mientras que el Frente Polisario se ha mostrado satisfecho por la referencia a la autodeterminación. Tanto el Polisario en su propio plan entregado al Secretario General el 10 de abril como Argelia asumen que en el referéndum se preguntará también sobre la opción de la independencia y el Representante saharaui ante la ONU, Ahmed Bujari, puntualizaba el 11 de abril que de vencer la opción de la independencia estarían dispuestos a negociar con Marruecos ciertas garantías.
Frente al triunfalismo por la aprobación de la susodicha Resolución y por la aceptación, en principio, de marroquíes y saharauis de la idea de negociar una solución, no hay que olvidar las lecciones del pasado. Por otro lado el 4 de mayo independentistas saharauis incendiaban una comisaría de policía en El Aaiún y cabe recordar que el activismo independentista en las localidades ocupadas por Marruecos viene de atrás y algunos lo han calificado incluso de “intifada saharaui”: en esa línea el 20 de marzo el Tribunal de Apelación de El Aaiún condenaba a ocho independentistas a diversas penas de prisión por desórdenes y otros motivos. Según círculos independentistas de la capital del territorio habría en prisión unos 40 saharauis por motivos políticos.
La presentación por parte de Marruecos, que es potencia ocupante del territorio, de un plan de autonomía para éste, trata de enterrar más de tres lustros de esfuerzos diplomáticos y de acervo jurídico internacional. Si bien es cierto que es altamente improbable la celebración de un referéndum de autodeterminación en el territorio ante la oposición enconada de una de las partes, Marruecos, esta propuesta que para algunos observadores bien podría dinamizar el debate y desbloquear la situación también podría tener el efecto contrario: en un momento en que Argelia y Marruecos siguen dándose la espalda y los grandes actores de la Comunidad Internacional continúan considerando al Sáhara Occidental como un conflicto marginal en el que el mantenimiento del “statu quo” actual no tendría consecuencias negativas en términos globales, dicho bloqueo regional que a buen seguro se mantendrá en los próximos meses ante la inviabilidad de esta propuesta seguirá siendo utilizado por los yihadistas salafistas para hacer del Magreb y de su vecindad europea un área común de sanguinaria actividad.
Carlos Echeverría Jesús (Madrid, 26 de marzo de 1963) es Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y responsable de la Sección Observatorio del Islam de la revista mensual War Heat Internacional. Ha trabajado en diversas organizaciones internacionales (UEO, UE y OTAN) y entre 2003 y 2004 fue Coordinador en España del Proyecto “Undestanding Terrorism” financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU a través del Institute for Defense Analysis (IDA). Como Analista del Grupo asume la dirección del área de Terrorismo Yihadista Salafista.
De la fotografía superior, se desprende que NO hay 40 Km. entre Tánger y el puerto Tánger - Med I. Continúo, señalando a la zona.
En la inferior, Raselmá, donde nace el Uad Lau, Chauen.

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