20 enero, 2009

LA HISTORIA INTERMINABLE.-


"Esto" formaba parte del entrenamiento de mi torero.

REFLEJOS TIPO MALENI.
Cuando dije, alegremente, que “la culpa era del servidor de Telefónica”, ya sabía yo que estaba actuando en “Plan Maleni”, pero, que queréis, todo se pega. No obstante me puse manos a la obra.
Y me dirigí a la tarjeta gráfica. ¿Por qué? Ni idea, pero era eso, ahí estaba el origen de todo. A lo largo de mi vida, me he encontrado en mi profesión – está llena, repleta, de intrusismo laboral – con un montón de practicones de los que he denostado urbi et orbe; y, ahora, me doy cuenta, de que en este asunto de la informática para “andar por casa”, soy otro que tal baila, si bien, no me dedico al intrusismo a nivel profesional.
Mi primera opción para sonidos, vídeo, etc. es Nvidia. Tengo, también, en situación subordinada, Ati. Yo había instalado una barra de herramientas P2P – fantástica – pero como estos de P2P deben ser amigos de los de Ati, me había “colonizado” Nvidia y – como esperaba – por ahí había de comenzar.
Pero no era todo. Me había modificado el archivo win.ini lo que me obligó a volver a instalar Windows, si bien por el sistema “R”, es decir, reparando.
Y me propuse desinstalar la barra de herramientas P2P, con gran dolor de mi corazón. Como había entrado a saco en todo el sistema, se llevó algunos archivos de Internet Explorer y me quedé en una situación bastante rara:
Cuentas de correo de Telefónica residenciadas en Office Outlook No funcionan.
Resto de cuentas también residenciadas en Office Outlook Si funcionan.
Acceso a Internet No funciona.
He vuelto a instalar el MODEM ADSL – me refiero a su software - y, ahora – cuando escribo esto - volveré a instalar Windows, si bien, “machacando” el anterior. Por supuesto que, antes, he de hacer copias de seguridad porque veremos a ver la que se forma en el sistema operativo.
Pues no pasó nada; menos mal. Ahora voy a por los complementos de Internet. Hasta me cambió la configuración del cortafuegos y de los permisos de programas del sistema de seguridad McAfee.
¡Una simple barra de herramientas!
No hay enemigo pequeño: Manolete murió tras ser corneado – grave pero no mortal – por un novillo – un utrero, tres años y cuatro yerbas – afeitado. Y Don Antonio Bienvenida, tras ser cogido – no herido – por una becerra en el campo.
Zapatero, mucho peor: si alarga “la gaita”, nos convierte en carne de crematorio.
Si hay por ahí, algún “figura”, me lo explique, oiga.
Volví a instalar Windows, si bien con el inconveniente – el mismo desde el principio - de contar, solamente, con los archivos y datos del CD de instalación, al no tener aparente conexión a Internet. Digo aparente porque el equipo de María Luisa – en red con el mío, si bien me conecto a la línea telefónica yo “por delante” – si la tiene y porque – desde determinadas cuentas – me es posible enviar y recibir mensajes. Da la impresión de que Internet funciona “en segundo plano”.
A los complementos de Internet, no podía acceder sino a través del panel de control, con las limitaciones que ello supone a la hora de plasmar en realidad una deshabilitación dado que no le afecta – tomado “desde fuera” – a la hora de necesitar de reinicio para la virtualidad de una medida. Eran dos los complementos que no me gustaban nada. Se trataba de dos bibliotecas residenciadas como complementos:
khffddEV.dll y tywbri.dll.
Con “regedit”, me introduje en el registro y encontré dos entradas de la primera, pero ninguna de la segunda. Eliminé las dos y reinicié.
Me sorprendió el sistema con un aviso grave al abrir Word, lo necesitaba como blog de notas. La clásica pantalla azul, con letras blancas, me indicaba Kernel Data Impege Error. ¡Vaya por Dios, Mari Puri!
Ambas bibliotecas vestidas de lagarterana, es decir, de complementos, habían vuelto a “rehabilitarse”. Volvamos a reiniciar, no sin antes “limpiar” el registro en la medida de lo posible, con aplicaciones como Ccleaner y Registry Mechanic, lo que repetía sistemáticamente.
Voy a comprobar si Internet Explorer es el explorador predeterminado. Se lo ordeno y vuelvo a reiniciar. Nada.
Me encuentro – en ese momento y no estaba antas - que en los permisos de programas de McAfee, aparece con acceso pleno, “Ejecutar un archivo dll como una aplicación” – rundll32.exe -: interesante dato. Naturalmente, lo bloqueo, por lo que pueda ocurrir.
Utilizo Quick Clean de McAfee y casi 1100 archivos temporales son eliminados.
Vuelvo a instalar Windows desde la Consola de Recuperación y es entonces, cuando me “canta” – a través de “Sistema”, “Hardware” y del Administrador de Dispositivos que el controlador del mezclador de sonido Microsoft Kerner, necesita ser cambiado. Procedo en consecuencia. Para “compensar”, surge un aviso de desprotección en el Sistema de Seguridad, el cual no puede proceder a analizar. Para volver a instalar, necesito conexión a Internet, pues lo compré on line.
En ese momento, desde Internet “entraba” información – por ejemplo las actualizaciones de sistema de Seguridad, McAfee – pero yo continuaba sin poder leer un periódico.
Opté por instalar de nuevo el sistema operativo, en otro directorio – Windwsn – pero sin hacer partición. Un follon el “llevarme” las cosas que tenía en “el otro lado”, hasta este.
MI MAS TENAZ PENSAMIENTO.
Sigo peleándome con los duendes de la informática. Por ahora, gana el ordenador por puntos. Ya veremos a la hora de “entrar a matar”. Y es, que las orejas se ganan con el estoque.

ASUNTO FINAL.
Ahora compruebo que el CD que contiene Office 2003, está mal, por tanto tengo que recurrir - hasta que Susana o Antonio me socorran - al Office XP, que "no entiende" al anterior. Mas retrasos y, además, la configuración - en Outlook - para el correo, es diferente en ambos. Un numerito.
IMPOSIBLE LA HAIS DEJADO, PARA VOS Y PARA MÍ.
La torre está en CSI para su reparación. No pude. Pasaba de todo.
1.- No reconocía una de las disqueteras de CD’s.
2.- Interrumpía la instalación de Windows para decirme que había de modificar la configuración de pantalla.
3.- Hube de cambiar de ratón: exigía uno de Microsoft.
Y, por fin, me llamaron del taller. Pensaban primero que había que cambiar el disco duro interior, pero no era suficiente. Van a tener que cambiar la Placa Base y la CPU: aprovecharé para ponerle unas de “cinco estrellas”.
Ilidiable: un morucho “pregonao”. Entraba "rebrincao", punteando por el izquierdo y colándose por el derecho, manseaba en tablas, salía suelto y no paraba de gazapear.
Solamente merecía una faena sobre las piernas, por bajo, y un golletazo alargando el brazo, que se lo instrumentará el sobresaliente. Los “maestros” estamos para otras cosas.
Fotografía taurina, de mi Servicio de Transmisión de Experiencias.
Modesto Lafuente.

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