06 octubre, 2007

SOLIDARIDAD.-

(INTERNACIONAL).
Soy un individuo solidario, sin reparos y sin peros, y ante catastrofes o elementos imprevistos asoladores, predico y practico la solidaridad internacional.
Sin embargo, me da vergüenza, una enorme vergüenza el descontrol que rije en el destino de nuestros impuestos.
La lista de aberraciones mas peregrinas, mas alla de la mas horrorosa de las imaginaciones, se contempla en las partidas de ayudas internacionales- las nacionales son de aupa, pero al menos son de aquí-, a quienes y a que se destina el importe del sudor de los trabajadores españoles.
Por mi parte, ya darles a paises antidemocráticos, sin control del destino, ayuda alguna, es un disparate. Pero es que ademas algunos destinos concretos son mas alla de lo increíble, rayan el desequilibrio mental.
Lo de Cataluña, que se gasta mas de 600 millones de Euros a ayudar a paises donde se tortura y encarcela, o donde “no existe ese problema”, refiriéndose a la homosexualidad, y a peregrinas partidas como animales a estudiar, o a amiguetes progres de nuestros dirigentes, es de juzgado de guardia.
Y ¿por qué?. Pues, en un pais donde la lista de espera para cirugía es de 1 año de media, y que muchos se mueren antes de que le arreglen su problema, descerrojar esos tiros de dinero sobre asuntos inútiles, es clamoroso.
Pues porque mientras en este pais haya tanta pension de miseria, tanta vivienda sin minimos, tanta falta de agua, luz, sanidad, educación y seguridad, darle a todas esas partidas, excepto repito, las necesarias por cataclismos o hambrunas, es de una inmoralidad flagrante y deberia de ser delito, que mindundis en el poder, destinen, detraigan de nuestros fondos, dineros para quedar bien con sus amiguetes o para sabe Dios que cosas.
Propongo insumision y desobediencia, social, fiscal y de todo tipo, mientras las cuentas no se fiscalizen y cualquier satrapilla, pueda destinar lo que nos exigen a rajatabla de nuestro esfuerzo para dotar esas ridículas partidas, inmorales y antisociales.
A reflexionar y a protestar.
L. Soriano.

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