20 septiembre, 2007

LA LINEA ESTELLA.-

EL PRINCIPIO DEL FIN PARA ABDELKRIM. BEN TIEB: UN MENU LEGIONARIO. ENCUENTRO HISTORICO.
Durante buena parte de 1924, Primo de Rivera decía a quien deseaba escucharle – si le hablaban de desembarcar en Alhucemas – “que los tiros no iban por ahí”. El Rey – partidario del desembarco – animaba a Franco para que tratase de convencer al Dictador y Franco era reacio a enfrentarse a un hombre que se había “pronunciado” con un Manifiesto en el que, entre otras cosas decía: “este Manifiesto es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón sin perturbar”. Terminó por colaborar hasta Largo Caballero – el Lenin español – como Consejero de Estado a quien no por ello, sus amiguetes dejaron de considerar, demócrata de toda la vida.
EL ESTADO DE LA CUESTION. ALMUERZO CON LA LEGION EN BEN TIEB.
La oficialidad estaba revuelta ante las que entendían como tesis abandonistas de Primo y cuando el día 19 de Julio de 1924, el Dictador visitó en su campamento de Ben Tieb a la Legión, se esperaban incidentes.
La leyenda dice que – se supone que para animar al general – se le ofreció un menú muy legionario consistente en huevos condimentados de muy diversas formas – los Caballeros Legionarios, siempre tan “sutiles” a la hora de insinuar - aunque Franco se lo niega a La Cierva, si bien reconoce que, al ofrecer el banquete, pronunció palabras muy duras – era demasiada la sangre derramada para abandonar - lo que fue censurado por el también general Aizpuru. Sin embargo el Dictador terció conciliador y parece que fue convencido. Franco le dice a La Cierva: “se comportó como un caballero”.
Sea como fuere, la cuestión es que tuvo lugar un giro copernicano en la praxis de Primo. Puso en práctica la estrategia de la que dio en denominarse Línea Estella – por su marquesado, del mismo nombre - y el reloj se puso en marcha en contra de Abdelkrim.
DESCRIPCION.
Consistía en:
Zona oriental.- Proteger Melilla.
Zona occidental.-
Aislar la intrincada, indómita y rebelde kabila de Anyera, entre Ceuta y Tánger.
Abandonar Chauen.
Dejar abiertas las comunicaciones entre Ceuta, Tetuán, Tánger, Larache y Alcazarkivir.
Disminuir la línea del frente y hacerlo inatacable para Abdelkrim.
Nunca se sabrá si lo que ocurrió, era lo que pretendía el marqués de Estella. Pero al quedar libre el paso hacia los feraces valles del sur, la marea rifeña cayó sobre la zona administrada por Francia, arrasando puesto tras puesto y provocó la sustitución de Lyauteay por el héroe de Verdún, Petain, quien se entrevistó con Primo en Ceuta para ofrecer la colaboración de su país. En medio del desastre francés, el que había de ser mariscal de Francia en Indochina, De Lattre de Tassigny, organizaba – muy a la francesa – raids de aprovisionamiento: hielo y condecoraciones.
Lyauteay había pronosticado la ofensiva rifeña, ante la indiferencia de su gobierno. Contaba con una escasa fuerza de 64.000 hombres de ellos, solamente 2.000 europeos y contemplaba la caída – uno a uno – de sus puestos, cuando fue sustituido. Antes se hunde la línea del Uarga y los siempre indecisos de Beni Zerual – a caballo entre las dos zonas -- se someten a los rifeños y pagan vasallaje. Las estadísticas consiguen avergonzar a Francia por su desprecio cuando el desastre de Annual:
Puestos perdidos: 43 de 666.
Cañones, 51. Morteros, 35. Ametralladoras, 200. Fusiles, 5.000.
Millones de cartuchos.
Muertos y desaparecidos, más de 3.000.
Centenares de prisioneros.
LA RETIRADA DE LOS DIEZ MIL.-
En tanto La Legión llegaba hasta Chauen – “la triste” – para permitir el repliegue de los civiles, el gran trapisonda – el Señor de Beni Aros – el imponente Raisuni, contemplaba la pleamar de las harkas rifeñas y – de manera lógica – se declara amigo de España fuera de su protección. Es su sentencia de muerte. Abdelkrim dicta a su lugarteniente Mohamed el Jeriro, “cázame al perro”. Este al frente de 2.500 hombres y una reserva de otros 2.000, apresa al versátil funambulista y, vía Chauen – Uad Lau – una cala en Bocoya y Targuist, llega a Tamasit. Con él, 16 millones de ptas. de las de entonces, producto de sus muchos chantajes y miles de fusiles para el cydna de Axdir. Incapaz de soportar el cautiverio, moría – 19.04.1925 – “de esa enfermedad que se llama la flor”, según diagnóstico del “Emir”, quien muy probablemente “colabora” en el asunto.
Entre los días 30 de Septiembre y 17 de Noviembre, la Legión – al mando de Franco - permanece – cercada – en la ciudad, procediendo a concentrar los dispersos puestos. El día 15, comienza la retirada.
Abdelkrim se persona en la zona y se implica en los feroces combates frente a cinco Banderas escalonadas, por primera vez en retaguardia – el puesto de mayor peligro - cubriendo al resto. El 12 de Diciembre, casi un mes después, consiguen llegar extenuados – casi a rastras a Ben Karrich - junto a la estación del ff.cc. Las bajas – demasiado manipuladas – seguramente serían la novena parte de las de Annual, entre los fallecidos, Serrano Orive, junto a Castro Girona, uno de los maestros de Franco. Son los días de Xeruta, Koba Darsa, Dar Akoba o Zoco el Arba. Franco ganó su segunda Medalla Militar individual.
LOS PRELIMINARES DE ALHUCEMAS.-
Los acontecimientos más relevantes del periodo, son:
Pequeñas infiltraciones enemigas. Represalias españolas.
Bombardeo del peñón de Alhucemas, con los cañones apresados en Annual.
Conversaciones con Francia en Madrid.
Ultimos preparativos.
UN ENCUENTRO HISTORICO.
En Enero de 1925 Franco realiza dos reconocimientos de Alcázarseguer desde los cañoneros “Bonifaz” – la prensa de Madrid llegó a aludir al Almirante de Castilla en relación con la invasión de Tarik – y “Canalejas”. El día 14 intenta desembarcar y, aunque fracasa recibe la tercera estrella de ocho puntas junto con la confirmación de la elevación de rango del Mando del Tercio, lo que le permite continuar como sucesor de Valenzuela.
Por fin el día 30 de Marzo desembarca desde el Guardacostas “Arcila” al frente de tres batallones y pernocta en el poblado de Tarik. Fue su respuesta personal a la baraka perdida en el Biutz, el año de Anyera, en que fue herido.
Manda el buque, el alférez de navío Carrero Blanco, que le ofreció suculento desayuno antes de entrar en combate. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el menú. En tanto Tusell afirma que se trató de migas, La Cierva opina que fueron sopas de ajo. En cualquier caso, el flamante coronel, como los toreros machos, pisó la arena – la de la playa anyerina – en ayunas.
Se conocieron ese día. Un encuentro que condicionó cuarenta años de la Historia de España.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Le quedo muy agradecido por su corrección a mi relato de "Efemérides españolas", quedando constancia en el mismo de su oportuna aclaración. Le itero mi más cordial saludo.