06 mayo, 2006

NEFASTAS INFLUENCIAS.-


I.- GENERALIDADES.-
En una España constitucionalmente autónoma, se hace resal­tar, se fomenta y se subvenciona desde las Instituciones el hecho diferencial, incluso remarcando sus aspectos comarcales y/o provinciales. Paralelamente en Málaga, en el aspecto de la Semana Santa, viene desvirtuándose, desde hace unos años, ante la pasi­vidad de la mayoría. Creo necesario resumir todas estas pérdidas de la propia identidad para tratar de concienciar a la opinión cofrade ante lo que yo considero ataques al acervo cultural tradicional dentro del mundillo de las Hermandades. En una primera aproximación al tema, me limitaré a enumerar someramente cuales son las agresiones a que me refiero:

Se está subvirtiendo el vocabulario cofrade malagueño, al introducir palabras foráneas. Se sacan a la calle, por parte de algunas Hermandades, tronos que casi son "pasos", con campana y varales. Como causa del proceso histórico de la Reconquista, se pretende por algunos, convencernos de que el único canon a imitar está a poniente, cuando, en realidad, el estilo malagueño nace a levante, en Vélez, cuna de grandes cofrades. Se abandonan costumbres locales, como la de la de mover los grandes tronos de Virgen a la carrerilla, con el fútil "pretexto" de que los actuales hermanos portadores, no sabrían hacer lo que los antiguos hombres de trono, a los que de manera tan brillante, sustituyeron, sal­vando a nuestra Semana Mayor de su desaparición, etc. Una Semana Santa andaluza uniforme, tomando "religiosamente" como canon el de Sevilla, constituiría una pérdida de valores culturales locales, absurda e innecesaria, que únicamente benefi­ciaría a la ciudad del Guadalquivir. Porque si un posible visi­tante, hubiese de enfrentarse a la decisión de elegir entre una copia -- que siempre sería una mala imitación -- y el original, se decidiría por este con toda seguridad. Los desfiles procesionales de Semana Santa son, sobre todo, una manifestación religiosa de culto externo, pero tienen, sin ninguna duda, connotaciones sociológicas, sociales, artísticas y artesanales, estéticas y también económicas, de gran trascenden­cia estas dentro del sector de servicios de la ciudad. Por este aspecto, por el de conservar el patrimonio cultural local y por amor propio, creo que hemos de luchar porque no se pierda lo que amamos.

II.-VOCABULARIO COFRADE. TAMAÑO DE LOS TRONOS. TALANTES.-

Hace treinta años, no se escuchaba, para nada, por Málaga la palabra "paso". Hoy a algunos, parece producirles cierta exquisi­tez erudita, que a mi juicio se traduce en cursilada, confundir ambas cosas, tan distintas. Pero el asunto no tendría mayor trascendencia, si no se hubiese traducido en algo real: algunas Hermandades salen a la calle con tronos que son algo muy lejano a la concepción tradicional local. A la preocupante proliferación de exageradamente pequeños "tronitos", amparados en las dimensio­nes, que por otra parte permiten bastante más, de la puerta de la Santa Iglesia Catedral, hay que añadir cierto talante ejempla­rizante, de silencios impuestos y seriedades tan exageradas como importadas. Ni mas silencios que los necesarios para que todo no se convierta en tristeza, ni mas "bullas" que pudieran ser irre­verentes. Y no es que, en Málaga, los tronos sean grandes, es que algunas puertas son pequeñas y bien que lo han demostrado los hermanos de las Cofradías Fusionadas de San Juan. El noble deseo de "salir de dentro" y el explicable de evitar el coste de la construcción de una Casa Hermandad, no debe confundir a los cofrades responsables a la hora de tomar decisiones.
Hoy se escuchan, afortunadamente, quejas sobre la utiliza­ción de otras expresiones, "mesa de Hermandad", "hermano de luz", "simpecado", etc. que podrían traducirse, igualmente, en algo tangible en unos años, desgraciadamente.
No puede ser producto de la casualidad, que todas las expre­siones "nuevas" y todos los giros estéticos, vayan siempre en la misma dirección. En este sentido, si bien es cierto que la Semana Santa andaluza tiene mas antigüedad allí donde la Reconquista se produjo primero, también lo es que cuando ya había procesiones en Valladolid, aun reinaba en Sevilla el poeta Almotamid. Si el criterio fuese el de la antigüedad, habría que retroceder hasta las catacumbas, donde, posiblemente, se realizaron las primeras "procesiones". Y es que cuando los castellanos llegaron a la vieja Al - Andalus, se adaptaron a cada comarca según era aquella, y aquí, recibieron las influencias de los almendros en flor por la Navidad, el azul de la bahía y el sol del Mediterráneo, que calentó sus ideas y que los iluminó por mandato de Ella, hasta hacerles, tras generaciones, realizar las cosas a su estilo, diferente de otros de la misma tierra de María Santísima.
Y es que si Andalucía se denomina así, en recuerdo de su viejo nombre árabe, Andalucía oriental es más andaluza por más mora. Guste, o no guste. Y sin complejos.
Y si alguien piensa en radicalismo por mi parte, le ofrezco una reflexión puramente carnavalesca: si cuando Napoleón llegó a las Puertas de Tierra, los gaditanos se hubieran mostrado modera­dos, ahora, en lugar de cantar por tanguillos, cantarían "La Marsellesa".

III.- SEMANA SANTA, SEVILLA Y ACOMPAÑAMIENTO MILITAR.-
Creo innecesario insistir sobre el hecho comprobado de que el acompañamiento militar en nuestra Semana Mayor, es tradición secular y no algo que nace después de la guerra civil. El que afirme lo contrario se equivoca, o quiere confundir a los demás. Pues bien: cómo una nota mas de que todos los intentos de variar lo genuinamente malagueño tienen el mismo origen, es conveniente hacerse eco de un libro del ilustre cofrade sevillano J. Carrero, Hermano Mayor de la Hermandad de las Penas de San Vicente cuando lo escribió: "Anales de las Cofradías sevillanas" (Sevilla, 1.984).
Recoge, que en el año 1.939, por iniciativa del general Millán Astray, La Legión desfiló con la Cofradía de Estudiantes de allí (Cristo de la Buena Muerte y Nª. Sra. de la Angustia) y cuenta lo que aconteció, para resaltar "la seriedad de la Herman­dad". Para comenzar afirma (página 188), que El Tercio fue a Sevi­lla "porque <<>> del Tercio". Cuenta que era norma de la Hermandad no llevar música tras el paso del Cristo y que el general ordenó a la Banda, delante de la tribuna, tocar "El Novio de la Muerte". Cuando terminó la esta­ción Penitencial, los cofrades hicieron saber al general que al año siguiente no debía volver la Laureada Banda. Añade que "posiblemente molestó la reacción de los cofrades, porque no volvió La Legión a acompañar <<>>".
Pueden obtenerse conclusiones muy jugosas:

1.- En Sevilla consideran que la música legionaria no es "seria". No dicen que no les guste, dan por hecho que su canon es inmutable en su propia esencia.

2.- Afirma que es la imagen, la que es Patrón del Tercio, en ningún caso la Advocación. No se piensa que "en algún otro sitio" pueda haber otra imagen a la que la Legión, desde hacía mas de diez años entonces, considerase su Protector, que no su Patrón. Ni que en cada acuartelamiento de La Legión pueda existir otra imagen del Stmo. Cristo de la Buena Muerte (y Animas), que sea copia de otra diferente de la de allí.

3.- Como El Tercio no volvió a Sevilla, nunca mas pudo acompañar a "su Patrón", que allí comienza y termina el mundo. Pues mire usted, sí que continuó acompañando a su Protector, como venía haciéndolo desde los años veinte y al ritmo de aquella antigua canción de cabaret, que se redimió, convertida en Marcha, al acompañar a Cristo por las calles de Málaga y, que yo sepa, también por las de Ceuta. Y estoy por asegurar, que así mismo por las de Melilla.

4.- Menos mal que no les pareció "serio". De lo contrario nos hubiéramos quedado sin El Tercio, entre los seudópodos de la ameba sevillana.
Me parece que queda patente el origen, nefasta influencia, de la oposición al acompañamiento militar en nuestra ciudad: "los Principios Fundamentales" de la Semana Santa, ignorando despre­ciativamente el hecho diferencial.

IV. CONCLUSION.-
Todo efecto responde, necesariamente, a una causa que lo produce y puede comprenderse mejor aquel, si se conoce esta. Para auxiliarnos, tomemos la frase que un gran periodista, mejor escritor y paradigma del "sevillanismo", pronunció en la T. V. autónoma, durante los pasados carnavales:
"Andalucía es, fundamentalmente, Sevilla y Cádiz." Con desgana y de pasada, citó el Reino de Granada y también pronunció la palabra Córdoba. No le faltó mas que cantar al "maravilloso" clima de su tierra, igual que unos a los que conozco, que cuando lo hicieron les contesté: "Desde luego; lo mejor de Sevilla, es su clima y... su bahía."
No puede ser un desliz, ni simples deseos de molestar, la "boutade" del ínclito D. Antonio Burgos; es lo suficientemente inteligente como para saber lo que dice y cuando. Creo que es la punta del iceberg de un grupito de sabios que orquestan y dirigen al resto, quienes, sin darse cuenta, son instrumentalizados por ellos. Y con muy buen resultado, lo reconozco. Estoy convencido de que detrás de todo, existen claros móviles económicos.
Hytasa, es a Intelhorce, cómo el futuro Parque Tecnológico de La Cartuja, es al Parque malagueño de igual nombre, que nació con vocación regionalista. Veremos en que termina. En Sevilla, ciudad tradicionalmente con una oferta hotelera reducida, no saben qué hacer con el superávit de oferta tras la EXPO. Cual­quier viajero que deje Málaga y su provincia, es un posible cliente. Uniformicemos, que así será más fácil la capitación: todo el mundo prefiere el original, a una copia. Destruyamos el hecho diferencial.
Ya lo afirmó, sin ambages, en el programa "Comedor de invi­tados de R.N.E. correspondiente al viernes 10 de Abril, el diplo­mático sr. Casinello, sustituto del profesor Olivencia en la EXPO: en la Cartuja, se hará un Parque Tecnológico, pero no se producirá nada. "Algunas de las ideas que se produzcan en Sevi­lla, se pondrán en ejecución en Málaga". Es decir, Sevilla se queda con las ideas y a Málaga, envían la polución, dejando reducido el Proyecto original, a un simple polígono industrial de tecnología punta.
La historia refleja los viejos pleitos con Cádiz por el comercio de Indias y la realidad nos hace ver la ignorancia de los lugares colombinos y la bahía de Cádiz, en la conmemoración del Quinto Centenario. La ameba, continúa emitiendo seudópodos, tal que hace quinientos años.
Tengan cuidado los malagueños con sus tradiciones, no vaya a ser que, además de perderlas y de haber tenido que pagar los lujos de la EXPO y el AVE, haya que pagar la factura de la posi­ble y sevillana crisis hotelera del 93. Ojo.

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