25 marzo, 2009

CAUTIVO.-

Al acercarse a las andas al llegar a calle Jara, el sol, que no habría salido todavía, ordenaría a su nube – la misma que, cada año está allí, yo ya, hasta la saludo tan taurinamente -:
¡Tápate!
Y alumbraría a Nuestro Padre Jesús que ya iría Cautivo y a María Santísima de la Trinidad que, a su lado, no pararía de mirar de “reojillo”, el movimiento a la brisa, de Su túnica de piel de ángel: un repique de Gloria.


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