EL PAÍS SE ENSAÑA CON ZP Y GONZÁLEZ RECONOCE QUE POLANCO TUVO TELE "PORQUE ERA MÁS AMIGO".
Flaco favor le ha hecho Felipe González al emporio Prisa con la guerra del fútbol de fondo. Mientras El País ataca el compadreo de Zapatero con los directivos de La Sexta (Mediapro), el ex presidente, ayudando, se marca un speech a calzón quitado en el que reconoce abiertamente que “le dimos la tele de pago a Polanco porque era más amigo”. El episodio, por obsceno, no deja de ser real.
“Por amigos de Zapatero pasan varios de los más destacados accionistas, directivos y promotores de la cadena de televisión La Sexta, de la que es accionista la productora Mediapro, cuyo presidente, Jaume Roures, promueve el periódico Público, de próxima aparición”. El entrecomillado está extraído de la impagable información que El País publicó el pasado sábado en su página 44. Titulado Fuego amigo desde el entorno presidencial, pone de manifiesto la amistad del presidente del Gobierno con Miguel Barroso y José Manuel Contreras. El primero, siendo secretario de Estado de Comunicación, fue el muñidor de la ley ministerial de julio de 2005 que permitió nacer a La Sexta. El segundo, consejero delegado del nuevo canal de televisión, ha sido socio de Barroso en iniciativas relacionadas con la comunicación y la imagen de candidatos socialistas y pasaba por ser un viejo amigo de Zapatero, con el que ha jugado algún que otro partidillo de baloncesto en La Moncloa.
“Varios de los implicados en la citada guerra del fútbol, en particular quienes con su comportamiento han provocado el conflicto, son personas que se dicen próximas al entorno del presidente Zapatero”, reza literalmente el reportaje. La percha de la información fueron, precisamente, las palabras que Felipe González pronunció sobre la guerra del fútbol en el homenaje póstumo a Jesús Polanco. “Me preocupan el fuego amigo, los daños colaterales y otras cosas absurdas que estamos viviendo”, se sinceró. La lectura de Prisa es que estas declaraciones han tenido “un impacto inmediato en el auditorio y han provocado revuelo y alarma en el seno del Gobierno y del PSOE”. Y todo esto a escasos seis meses de las generales.
El “nerviosismo de Prisa”, que empieza a perder dinero a cuenta de este asunto, es tal que, casualmente, ha olvidado la parte más mollar del discurso de Felipe González: “Me tocó romper el monopolio de televisión. Concedimos licencias para tres cadenas: dos en abierto y una de pago. Ésa le cayó a Polanco, en un país que no está acostumbrado a pagar por casi nada. A Polanco le dimos la tele de pago. La más incierta, la más difícil, porque era más amigo, se supone”. Estas francas palabras han sido pertinentemente ignoradas en la crónica del acto publicada por El País el viernes y cuidadosamente cortadas en el audio que aún permanece en elpais.com.
El ataque de cuernos que sufre Prisa es tan monumental como el edificio de Correos de Madrid. Acostumbrado a capitalizar en exclusiva las prebendas gubernamentales, desaparecido Jesús del Gran Poder, su cañón Bertha se ha puesto a disparar en todas direcciones. Si hace pocos meses el blanco de su ira era el Partido Popular liderado por Mariano Rajoy, ahora es el PSOE de Zapatero.
“JANLI”, AL ATAQUE.
Se confirma que el periódico El País, la Cadena SER y Cuatro han recibido orden de endurecer las críticas al Ejecutivo que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero. El objetivo es presionar al máximo al Gobierno “hasta que doble la rodilla y se avenga a dar la cara por nosotros en esta confrontación”, se escucha desde la compañía.
En este marco se encuadra lo sucedido el pasado martes, cuando el propio Juan Luis Cebrián ordenó levantar la información y el editorial – complacientes con el plan estrella sobre Vivienda que acababan de presentar Zapatero y Chacón - y sustituirlos por otros de signo opuesto.
Según estas fuentes, El País ya disponía de abundante información sobre la propuesta de Vivienda varios días antes del anuncio realizado en La Moncloa. Ese material había sido filtrado con antelación al diario de Prisa, que iba a apoyarlo sin fisuras. Así iba a hacerse, hasta la llegada de la contraorden de Cebrián. El director del periódico, Javier Moreno, no puso ninguna objeción a los cambios ordenados por el consejero delegado.
La Cadena SER y Cuatro también variaron de orientación sus piezas informativas y respondieron al unísono a la estrategia ordenada desde la dirección. Todos cumplieron. En el futuro se va a seguir con esta política de erosión al Ejecutivo, hasta que haya una decisión por parte de Moncloa.
LAS QUERELLAS.
Prisa ha decidido también endurecer la batalla jurídica que tiene abierta con Mediapro. Matías Cortés, abogado y consejero de la compañía, ha recibido orden de preparar cuantas querellas criminales sean necesarias. El objetivo que se persigue con esto es intentar minar el ánimo de los oponentes y amedrentar a los directivos de la productora que litiga por los derechos del fútbol. Algunas fuentes jurídicas, conocedoras de la trayectoria del grupo, comentan que, si Prisa ha decidido entrar en la vía de los tribunales, es porque cree que tiene buenas bazas. Hasta ahora, sus iniciativas legales han sido siempre muy bien fundamentadas.
LOS DOSIERES.
El tercer frente que ha decidido abrir el gabinete de crisis que encabeza Cebrián es el de los informes personales sobre los directivos que han decidido echarle un pulso a Prisa. De esta forma, se está recabando material sobre las trayectorias personales y las relaciones de Jaume Roures, Tatxo Benet, José Miguel Contreras, Miguel Ángel Barroso, Antonio García Ferreras… Esta estrategia pretende demostrar, por ejemplo, que la productora Mediapro sostiene un entramado mediático cuya guinda sería La Sexta, que se habría constituido en “la televisión de Zapatero”.
Flaco favor le ha hecho Felipe González al emporio Prisa con la guerra del fútbol de fondo. Mientras El País ataca el compadreo de Zapatero con los directivos de La Sexta (Mediapro), el ex presidente, ayudando, se marca un speech a calzón quitado en el que reconoce abiertamente que “le dimos la tele de pago a Polanco porque era más amigo”. El episodio, por obsceno, no deja de ser real.
“Por amigos de Zapatero pasan varios de los más destacados accionistas, directivos y promotores de la cadena de televisión La Sexta, de la que es accionista la productora Mediapro, cuyo presidente, Jaume Roures, promueve el periódico Público, de próxima aparición”. El entrecomillado está extraído de la impagable información que El País publicó el pasado sábado en su página 44. Titulado Fuego amigo desde el entorno presidencial, pone de manifiesto la amistad del presidente del Gobierno con Miguel Barroso y José Manuel Contreras. El primero, siendo secretario de Estado de Comunicación, fue el muñidor de la ley ministerial de julio de 2005 que permitió nacer a La Sexta. El segundo, consejero delegado del nuevo canal de televisión, ha sido socio de Barroso en iniciativas relacionadas con la comunicación y la imagen de candidatos socialistas y pasaba por ser un viejo amigo de Zapatero, con el que ha jugado algún que otro partidillo de baloncesto en La Moncloa.
“Varios de los implicados en la citada guerra del fútbol, en particular quienes con su comportamiento han provocado el conflicto, son personas que se dicen próximas al entorno del presidente Zapatero”, reza literalmente el reportaje. La percha de la información fueron, precisamente, las palabras que Felipe González pronunció sobre la guerra del fútbol en el homenaje póstumo a Jesús Polanco. “Me preocupan el fuego amigo, los daños colaterales y otras cosas absurdas que estamos viviendo”, se sinceró. La lectura de Prisa es que estas declaraciones han tenido “un impacto inmediato en el auditorio y han provocado revuelo y alarma en el seno del Gobierno y del PSOE”. Y todo esto a escasos seis meses de las generales.
El “nerviosismo de Prisa”, que empieza a perder dinero a cuenta de este asunto, es tal que, casualmente, ha olvidado la parte más mollar del discurso de Felipe González: “Me tocó romper el monopolio de televisión. Concedimos licencias para tres cadenas: dos en abierto y una de pago. Ésa le cayó a Polanco, en un país que no está acostumbrado a pagar por casi nada. A Polanco le dimos la tele de pago. La más incierta, la más difícil, porque era más amigo, se supone”. Estas francas palabras han sido pertinentemente ignoradas en la crónica del acto publicada por El País el viernes y cuidadosamente cortadas en el audio que aún permanece en elpais.com.
El ataque de cuernos que sufre Prisa es tan monumental como el edificio de Correos de Madrid. Acostumbrado a capitalizar en exclusiva las prebendas gubernamentales, desaparecido Jesús del Gran Poder, su cañón Bertha se ha puesto a disparar en todas direcciones. Si hace pocos meses el blanco de su ira era el Partido Popular liderado por Mariano Rajoy, ahora es el PSOE de Zapatero.
“JANLI”, AL ATAQUE.
Se confirma que el periódico El País, la Cadena SER y Cuatro han recibido orden de endurecer las críticas al Ejecutivo que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero. El objetivo es presionar al máximo al Gobierno “hasta que doble la rodilla y se avenga a dar la cara por nosotros en esta confrontación”, se escucha desde la compañía.
En este marco se encuadra lo sucedido el pasado martes, cuando el propio Juan Luis Cebrián ordenó levantar la información y el editorial – complacientes con el plan estrella sobre Vivienda que acababan de presentar Zapatero y Chacón - y sustituirlos por otros de signo opuesto.
Según estas fuentes, El País ya disponía de abundante información sobre la propuesta de Vivienda varios días antes del anuncio realizado en La Moncloa. Ese material había sido filtrado con antelación al diario de Prisa, que iba a apoyarlo sin fisuras. Así iba a hacerse, hasta la llegada de la contraorden de Cebrián. El director del periódico, Javier Moreno, no puso ninguna objeción a los cambios ordenados por el consejero delegado.
La Cadena SER y Cuatro también variaron de orientación sus piezas informativas y respondieron al unísono a la estrategia ordenada desde la dirección. Todos cumplieron. En el futuro se va a seguir con esta política de erosión al Ejecutivo, hasta que haya una decisión por parte de Moncloa.
LAS QUERELLAS.
Prisa ha decidido también endurecer la batalla jurídica que tiene abierta con Mediapro. Matías Cortés, abogado y consejero de la compañía, ha recibido orden de preparar cuantas querellas criminales sean necesarias. El objetivo que se persigue con esto es intentar minar el ánimo de los oponentes y amedrentar a los directivos de la productora que litiga por los derechos del fútbol. Algunas fuentes jurídicas, conocedoras de la trayectoria del grupo, comentan que, si Prisa ha decidido entrar en la vía de los tribunales, es porque cree que tiene buenas bazas. Hasta ahora, sus iniciativas legales han sido siempre muy bien fundamentadas.
LOS DOSIERES.
El tercer frente que ha decidido abrir el gabinete de crisis que encabeza Cebrián es el de los informes personales sobre los directivos que han decidido echarle un pulso a Prisa. De esta forma, se está recabando material sobre las trayectorias personales y las relaciones de Jaume Roures, Tatxo Benet, José Miguel Contreras, Miguel Ángel Barroso, Antonio García Ferreras… Esta estrategia pretende demostrar, por ejemplo, que la productora Mediapro sostiene un entramado mediático cuya guinda sería La Sexta, que se habría constituido en “la televisión de Zapatero”.
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