(Y PRIVILEGIADOS).
Los nacidos en Europa a partir de los años cincuentaytantos, y hasta el día de hoy, somos unos privilegiados de la vida, como nunca desde hace muchos siglos.
Es cierto que unos mas que otros, pero en general, jamás la humanidad ha regalado una etapa de prosperidad en paz, seguridad libre de guerras propias y con calamidades atenuadas. Hemos podido usar en grandes proporciones de territorio y seres humanos afectados, agua corriente, electricidad, inventos como el teléfono, la refrigeración, la sanidad, la alimentación, el cine y el entretenimiento y ocio en general, de libertad, de trabajo y capacidad de gasto, de educación y de atención infantil y de tercera edad, inauditas hasta este momento en la historia de la humanidad.
Nos ha tocado una gran lotería, deberíamos ser conscientes de ello y estar sumamente agradecidos a quien creamos que sea el artífice de esta situación disfrutada. No lo entienden así ya una gran mayoría de Europeos, ni lo valoran, ni lo agradecen.
Sin embargo, desde mi particular punto de vista y de mi personal opinión, nadie nos ha regalado, a los Occidentales, absolutamente nada. Con todo y nuestros defectos, pasado y bagaje, hemos llegado hasta aquí.
Hemos aprendido durísimas lecciones, con elevadísimo coste en cientos de millones de victimas humanas, países devastados, ciudades destruidas piedra por piedra, religiones opresivas que han evolucionado, enfermedades asoladoras que hemos controlado, regímenes absolutistas que hemos superado, locos asesinos a quienes hemos derrotado, sistemas políticos represores, torturadores y asesinos que hemos derribado, y...., aquí estamos.
Así pues, no, no es casualidad, es todo lo expuesto y además suerte de que hayan convergido, tantas y tantas circunstancias, que mezcladas todas han conseguido este bienestar y calidad de vida real de la que estamos aun disfrutando, no se por cuanto mas tiempo. Si tenemos este bienestar, se debe a nuestros valores básicos comunes y a nuestro trabajo serio, incansable e inteligente, fruto de usar la cabeza y la lógica, además de inventar magnificas soluciones para nuestros problemas.
Pues bien, estamos dispuestos a perder todo eso, hacer que los sacrificios de nuestros mayores haya sido en vano y a tirar por la borda tanto bienestar al creernos que podemos permitirnos continuar cada día con mas derechos, con menos responsabilidades, siendo cada día menos productivos y preparándonos peor y con menos tesón para afrontar la durísima vida que es, en realidad la que nos toca vivir.
Sindicatos suicidas, Haciendas insensibles, empresarios sin cerebro, gobiernos desentendidos, jóvenes desorientados y maliciosos políticos interesados.
Todos, tantos insensatos, estamos dispuestos a morir ahogados de derechos que no solo no nos los podemos permitir, sino que estamos empeñados en trasladárselos a quienes no se los han ganado nunca, no los valoran, ni nos los respetaran cuando nos desalojen del gobierno de nuestras vidas. No somos lo suficientemente productivos ya para tener tantos derechos y los países emergentes, nos los quitaran por estar dispuestos a rebajar derechos justos ciertos y conseguidos con lucha, y otros demenciales que dan hasta vergüenza disfrutarlos, estando el mundo tan desigualmente repartido, no ser extensibles a los demás ciudadanos del común, y perjudicar a quien de verdad necesita de esos medios para sus mínimas atenciones y dignidad vital.
A reflexionar y a proteger.
L. Soriano.
Los nacidos en Europa a partir de los años cincuentaytantos, y hasta el día de hoy, somos unos privilegiados de la vida, como nunca desde hace muchos siglos.
Es cierto que unos mas que otros, pero en general, jamás la humanidad ha regalado una etapa de prosperidad en paz, seguridad libre de guerras propias y con calamidades atenuadas. Hemos podido usar en grandes proporciones de territorio y seres humanos afectados, agua corriente, electricidad, inventos como el teléfono, la refrigeración, la sanidad, la alimentación, el cine y el entretenimiento y ocio en general, de libertad, de trabajo y capacidad de gasto, de educación y de atención infantil y de tercera edad, inauditas hasta este momento en la historia de la humanidad.
Nos ha tocado una gran lotería, deberíamos ser conscientes de ello y estar sumamente agradecidos a quien creamos que sea el artífice de esta situación disfrutada. No lo entienden así ya una gran mayoría de Europeos, ni lo valoran, ni lo agradecen.
Sin embargo, desde mi particular punto de vista y de mi personal opinión, nadie nos ha regalado, a los Occidentales, absolutamente nada. Con todo y nuestros defectos, pasado y bagaje, hemos llegado hasta aquí.
Hemos aprendido durísimas lecciones, con elevadísimo coste en cientos de millones de victimas humanas, países devastados, ciudades destruidas piedra por piedra, religiones opresivas que han evolucionado, enfermedades asoladoras que hemos controlado, regímenes absolutistas que hemos superado, locos asesinos a quienes hemos derrotado, sistemas políticos represores, torturadores y asesinos que hemos derribado, y...., aquí estamos.
Así pues, no, no es casualidad, es todo lo expuesto y además suerte de que hayan convergido, tantas y tantas circunstancias, que mezcladas todas han conseguido este bienestar y calidad de vida real de la que estamos aun disfrutando, no se por cuanto mas tiempo. Si tenemos este bienestar, se debe a nuestros valores básicos comunes y a nuestro trabajo serio, incansable e inteligente, fruto de usar la cabeza y la lógica, además de inventar magnificas soluciones para nuestros problemas.
Pues bien, estamos dispuestos a perder todo eso, hacer que los sacrificios de nuestros mayores haya sido en vano y a tirar por la borda tanto bienestar al creernos que podemos permitirnos continuar cada día con mas derechos, con menos responsabilidades, siendo cada día menos productivos y preparándonos peor y con menos tesón para afrontar la durísima vida que es, en realidad la que nos toca vivir.
Sindicatos suicidas, Haciendas insensibles, empresarios sin cerebro, gobiernos desentendidos, jóvenes desorientados y maliciosos políticos interesados.
Todos, tantos insensatos, estamos dispuestos a morir ahogados de derechos que no solo no nos los podemos permitir, sino que estamos empeñados en trasladárselos a quienes no se los han ganado nunca, no los valoran, ni nos los respetaran cuando nos desalojen del gobierno de nuestras vidas. No somos lo suficientemente productivos ya para tener tantos derechos y los países emergentes, nos los quitaran por estar dispuestos a rebajar derechos justos ciertos y conseguidos con lucha, y otros demenciales que dan hasta vergüenza disfrutarlos, estando el mundo tan desigualmente repartido, no ser extensibles a los demás ciudadanos del común, y perjudicar a quien de verdad necesita de esos medios para sus mínimas atenciones y dignidad vital.
A reflexionar y a proteger.
L. Soriano.
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