UN BARCO DE VEINTICINCO AÑOS, ES VIEJO. CON TREINTA, ES NECESARIO DESGUAZARLO… O VENDERLO A ZAMBIA.
UN BARCO DE VEINTRES AÑOS NO TIENE “GRAN PREDICAMENTO” NI TAMPOCO “MUCHA ENJUNDIA”: ES UN BODRIO.
El pasado sábado se presentó el último buque patrulla de la Guardia Civil que tiene como misión actual impedir la entrada de cayucos en las Islas Canarias. Ha recibido el nombre de “Río Miño” y de proa a popa hay 52 metros. La autonomía es de 22.000 millas náuticas.
A pesar de la ayuda que supone esta nueva embarcación para la vigilancia de las costas y su capacidad para albergar a más de 150 personas, fuentes de la Guardia Civil consultadas por El Confidencial Digital aseguran que los más de 7 millones de euros que ha costado el buque de segunda mano han supuesto un desembolso exagerado. “Un cayuco va casi al doble de nudos”, explican.
Entre otros inconvenientes que se han detectado en los primeros días de servicio en la Benemérita, el buque, construido en 1984 y destinado a la pesca, “requiere de un guardia engrasándolo permanentemente”, aseguran las mismas fuentes. Y señalan que el problema está originado en la antigüedad del motor, 22 años.
Con la inversión realizada por el Ministerio de Interior, “hubiera sido más rentable mandar hacer un barco moderno y adecuado a las necesidades que tuviese una durabilidad de al menos 30 años”, critican. Según estas versiones, lo importante - lo importante, para quien se lo ha llevado, es precisamente "eso": que se lo ha llevado - no es la distancia que se puede recorrer con este pesquero convertido en patrullera, sino que “habría sido más interesante valorar la capacidad de respuesta que se echa en falta”.
UN BARCO DE VEINTRES AÑOS NO TIENE “GRAN PREDICAMENTO” NI TAMPOCO “MUCHA ENJUNDIA”: ES UN BODRIO.
El pasado sábado se presentó el último buque patrulla de la Guardia Civil que tiene como misión actual impedir la entrada de cayucos en las Islas Canarias. Ha recibido el nombre de “Río Miño” y de proa a popa hay 52 metros. La autonomía es de 22.000 millas náuticas.
A pesar de la ayuda que supone esta nueva embarcación para la vigilancia de las costas y su capacidad para albergar a más de 150 personas, fuentes de la Guardia Civil consultadas por El Confidencial Digital aseguran que los más de 7 millones de euros que ha costado el buque de segunda mano han supuesto un desembolso exagerado. “Un cayuco va casi al doble de nudos”, explican.
Entre otros inconvenientes que se han detectado en los primeros días de servicio en la Benemérita, el buque, construido en 1984 y destinado a la pesca, “requiere de un guardia engrasándolo permanentemente”, aseguran las mismas fuentes. Y señalan que el problema está originado en la antigüedad del motor, 22 años.
Con la inversión realizada por el Ministerio de Interior, “hubiera sido más rentable mandar hacer un barco moderno y adecuado a las necesidades que tuviese una durabilidad de al menos 30 años”, critican. Según estas versiones, lo importante - lo importante, para quien se lo ha llevado, es precisamente "eso": que se lo ha llevado - no es la distancia que se puede recorrer con este pesquero convertido en patrullera, sino que “habría sido más interesante valorar la capacidad de respuesta que se echa en falta”.
2 comentarios:
Calentito.....
Podía haberle puesto de nombre Río Manzanares (aprendiz de río)
Publicar un comentario