25 julio, 2006

HIZBOLA Y ETA.-

¡CUANTA MENTIRA! Lo que nos dolía a los españoles, “el santuario” – en Francia – de ETA, hasta que a los vecinos les dio por colaborar y comenzaron las detenciones de terroristas. Y, eso que, desde allí, no mataban, “solamente” se “preparaban” y “organizaban”, en la impunidad más absoluta. ¿Qué hubiésemos pensado si nos hubieran disparado, desde Francia, cientos de misiles diariamente, destruyendo infraestructuras e hiriendo y asesinando compatriotas?
Pues exactamente este es el paralelismo de Hizbolá – autora del atentado en las afueras de Madrid, restaurante “El Descanso”, que causó tantas víctimas norteamericanas - desde el Líbano. Es una organización terrorista, como ETA, que mata, secuestra y extorsiona, como ETA. Y algunos afirman que la reacción de Israel es desproporcionada… precisamente porque es eficaz. ¿Cuál sería la reacción de cualquier otro país ante un hecho semejante?
Nos hacen ver que los libaneses están entre dos fuegos. Incierto. Tienen como “huéspedes” a los terroristas, no solo en el Sur de su territorio, sino en el propio gobierno, con un ministro que los representa y, con tal de vivir en precaria paz, les importa poco que asesinen israelitas. No han colaborado lo mas mínimo en desarmar a los violentos – como ordena la Resolución 1559 del Consejo de Seguridad - tampoco en solicitar la presencia de una verdadera fuerza de interposición para que colabore con ellos en tal tarea. No son inocentes: colaboran con los terroristas – por activa y pasiva - y, como es natural, sufren ahora las consecuencias.
La posición de la ONU, es de una hipocresía, que raya lo sublime. Hay en el Sur del Líbano, 2000 cascos azules – la mayoría polacos – desarmados y sin un claro mandato de interposición o instrucciones para una actuación que resulte eficaz y su Secretario General, grita por la Paz. ¡Menudo es el tal Annan!
Israel es culpable de desear que, junto a su frontera Norte, no haya terroristas que disparen misiles contra sus conciudadanos y de defenderse ante tales ataques. Ante tal análisis se alzan voces “recordando” anteriores maldades israelitas y, de esa guisa, entramos en la dinámica “del huevo y la gallina”. Pues recordemos: cuando las Naciones Unidas reconocieron la existencia del Estado de Israel – con unas fronteras absurdas e indefendibles - cinco países árabes atacaron al recién nacido. Superó Israel sus dificultades, se ganó el derecho a existir y jamás se lo perdonaron algunos de sus vecinos. Y los que se lo han perdonado o, al menos, han aceptado su existencia, ha sido tras varias guerras más y otras tantas derrotas.
Entre tanto, el Ejército israelí estrecha el cerco a Hizbulá en Bint Jbeil (en la foto pequeña). Las Fuerzas Armadas israelíes y los terroristas de Hizbulá se han enfrentado esta madrugada en el sur del Líbano, cerca de Bint Jbeil, que Tel Aviv define como la "capital del terror" de la organización chií, informó la CNN.

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