27 julio, 2006

ROLLS DE MARBELLA, BMW DEL PER.-

PSOE ANDALUCIA GANA ELECCIONES, ¡CLARO! Citaba Ignacio Camacho lo que le dijo Alfonso de Hohenlohe, príncipe azul en la Marbella dorada. Hohenlohe llevó a Marbella la flor del Gotha y del Elenco de Títulos del Reino. Y otra flor propiamente dicha: la buganvilla. Escribes «Noches de buganvillas y jazmines» y te sale un libro de poemas sobre aquella Marbella, cuando la Milla de Oro no era cardo máximo que conduce directamente al trullo de Alhaurín de la Torre y del juez Torres. Había por las encaladas tapias de los conventos buganvillas púrpura, moradas como cardenales, pero faltaba la paleta de los insólitos colores que trajo Hohenlohe... ¡desde Kenia!: el avellana, el rojo sangre, el amarillo caña. Camacho recordaba que Hohenlohe le decía entre buganvillas y enjoyadas damas de noche que Marbella era el único lugar del mundo donde nadie se sorprendía de ver Rolls Royces por colleras, “enchampelados”. Añado que más raro era que tampoco nadie se hiciera la clásica pregunta que ahora formula el juez marbellero:
- ¿De dónde habrá sacado éste ese pedazo de Rolls?
Estoy en una playa cuyo nombre no habré de citar, que es la otra cara de Marbella. Si tuviera que acuñar un topónimo turístico, diría que es la Costa del PER. Estética Gran Hermano en los chavales. Estética Omaíta en sus madres. Padres como progenitores de Operación Triunfo. El granero andaluz de votos del PSOE, en bañador. Las mayorías absolutas de Cháves, bajo la sombrilla con el "picaíllo y la asendía”. Y como en Marbella nadie se sorprendía de ver Rolls Royces, aquí nadie se extraña de ver tantísimo BMW. Yo sí me sorprendo, rarito que soy. Ves acercarse uno de esos cochazos, y piensas que dentro viene un ejecutivo de las nuevas tecnologías que llega de jugar al squash. Por aquí. Viene la clásica familia de pueblo, con el padre perceptor de peonadas y virtuoso de los chapuces en dinero negro. Viene la madre que va a la academia de bailes modernos que paga el alcalde. Viene la suegra que cobra la pensión no contributiva que le da Cháves. Los dos niños, de anillada oreja, con los casquitos del «ipod», oyendo los mp3 que se bajaron por el ADSL gratis que da el Ayuntamiento.
Y no hay ni un BMW ni dos. A manojitos. Complejo me da aparcar al lado mi Ford casi de pedales. Los observo, poderosos, gritones, en la playa. Los amos del mundo: del tercer mundo andaluz. Ni un periódico bajo las sombrillas. En todo caso, un gratuito. Ponen el transistor a toda pastilla. Canal Sur: la nuestra. O la SER, los nuestros. Les importa un bledo que el Gobierno negocie con una banda de asesinos. Son tan felices quizá porque no saben nada del Estatuto catalán. Aunque rezan a la Patrona, han oído lo de los crucifijos en las escuelas como el que oye llover: ¡las mentiras que dicen los fachas, menos mal que echamos al tío del bigote! La madre, mientras hace el picadillo en la mesa de campimplaya que ha dispuesto en el vivac de la sombrilla, se lamenta:
- ¡Qué pena que aquí no podamos ver el Tomate, a ver qué dicen de La Pantoja!
Proclaman que el PER ya no existe. Ahora se llama Programa de Fomento del Empleo Agrario. Mas el Gobierno y la Junta de Andalucía lo perpetúan. Han dado este año la habitual nueva morterá: 75 millones de euros. El 3,5 por ciento más que el año pasado: que no decaiga la afición votante. Que no decaiga la venta de BMW en los pueblos. ¡Prontito va a desmontar el PP esta trama de intereses, tan régimen que, como el de Franco, ahora se basa en la propaganda de la Paz! Que esto no salga de Eurasia, pero ZP va camino de sus XXV años de Paz. De paz en las Vascongadas, de paz en el Líbano y de paz en los concesionarios de BMW.
Antonio Burgos.

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