15 julio, 2006

TIBURON IV.-

CUANTOS GOLFARES ANDAN SUELTOS POR EL MUNDO.-
Recuerdo de la serie de films “Tiburón”, que lo que mas llamaba la atención era la actitud de las autoridades responsables. Es fácil llegar a la conclusión, de que, en todas partes, son igual de irresponsables.
En la playa de San Juan de Alicante, un ser vivo marino, ha mordido en la mano a una niña, que, como consecuencia, ha tenido que ser operada.
Pronóstico "grave-funcional". La menor, fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital General de esta ciudad. La niña sufrió una herida inciso-contusa en la mano y en la muñeca izquierda, y tuvo que ser trasladada por una unidad de Soporte Vital Básico (SVB) al Hospital General de Alicante con pronóstico "grave funcional". Los médicos operaron de urgencia a la pequeña, que presentó lesiones en los tensores situados en la palma de su mano, si bien la mordedura no parece haber afectado a la arteria radial de la mano, si bien temen los médicos temen que pueda perder algo de movilidad. No parece que la arteria esté afectada; como lo esté, pobrecita niña. También los médicos…
En concreto,
los servicios municipales, en colaboración con Protección Civil y Cruz Roja, han retirado el palangre que fue instalado en aguas de esta playa con el objeto de capturar posibles ejemplares de esta especie, informa Efe. Según fuentes municipales, el aparejo, de cuatro kilómetros del longitud y compuesto de mil anzuelos, no ha dado resultado y fue retirado en su totalidad en torno a las 14.00 horas de este viernes bajo la supervisión, entre otras autoridades, del concejal de Seguridad, Luís Concepción. Poco antes, la playa ya había sido reabierta al baño y en ella fue izada la bandera verde, tal y como había anunciado el alcalde de Alicante, Luís Díaz Alperi. El primer edil atribuyó a una "serie de coincidencias desgraciadas" el accidente, que calificó de caso aislado, y transmitió un mensaje de calma a los bañistas. El accidente se produjo a las 13.45 horas de ayer, cuando la pequeña fue mordida por este pez depredador, que posiblemente confundió el chapoteo con el movimiento de una de las presas a las que suele perseguir. En una palabra, que parte de la culpa es de la niña, por chapotear; me recuerda al Fiscal General del PSOE, hablando de “actitudes vociferantes”, en relación con los presuntos agresores del trolero Bono.
Una especie depredadora.
Además, según avanzó, tras la comparecencia la playa quedará "inmediatamente abierta" con el fin de que "vuelva a la normalidad", ya que esta medida se adoptó "en previsión de saber exactamente qué había ocurrido" y porque "hemos preferido exagerar las medidas a quedarnos cortos". En este sentido, expuso que en aguas alicantinas "hay golfares de toda la vida" - el edil había indicado que el pez pertenece "en un 95%" a la especie golfar y si el edil dice que los golfares son asiduos de toda la vida… – y que estos peces "no atacan a las personas". Por ello, el primer edil opinó que se ha dado "una serie de circunstancias que han coincidido y que han producido este lamentable accidente". El alcalde precisó que, según los expertos, los golfares se acercan a la orilla en verano a desovar pero que "no atacan a las personas", según incidió, aunque "a veces persiguiendo otros peces más pequeños, como lisas, se acercan a la orilla, y si la niña estaba chapoteando, que es normal, y el agua está caliente y revuelta, que ayer lo estaba, puede haber confundido la espuma que hacía con la mano con un pez". Señaló que el golfar, que tiene "unas mandíbulas potentísimas" y "capaces de cortar el acero", mordió a la pequeña, que "instintivamente, como es normal, pegó un tirón y se produjo un desgarro bastante importante".
Por ello, descartó "taxativamente" que el pez, de entre 60 y 80 centímetros y color gris, fuera un escualo porque "un escualo de ese tamaño es un alevín y el tamaño de su boca no le permite agarrar una muñeca", mientras que "un golfar de ese tamaño es un pedazo de pescado". A este respecto, apuntó que "no podemos asegurar al 100% que se trate de un golfar, aunque sí al 95%". Por este motivo, según incidió, "decir que ha sido una tintorera o un marrajo o de la familia de los escualos es una total y absoluta barbaridad". De esta forma, hizo hincapié en que se trata de un golfar, que tiene una "potencia brutal en las mandíbulas".
En una palabra: no saben que especie ha sido la causante – sea cual sea, quede claro, no ataca a las personas - pero quieren desterrar – a toda costa – la palabra tiburón, de tan “mala prensa”. Hay que reconocer que al calcular las probabilidades con una precisión del 95 %, hilan muy, pero que muy fino.
Pusieron un palangre de cuatro kilómetros a ver si “caía” y, visto que no, a abrir la playa al baño, precipitadamente. Todo por el turismo, si bien, en la década de los 90, una tintorera arrancó cuatro dedos de un pie a un médico sesentón, en la misma zona. Luego bien pudo repetirse el día 13, el ataque de un escualo.
¿Qué es un golfar? Quedará claro en el próximo artículo.

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