30 junio, 2006

EL EBRO, EN 1938, PASO POR MUNICH.-

AHORA, PASA EL NERVION.-
En el año 1938, el río Ebro – sí, el mismo que, anticonstitucionalmente, quieren apropiarse algunos catalanes, los que mandan allí – pasaba por la alegre ciudad de Baviera.
Antes Hitler, se había “merendado” Renania; con unas Fuerzas Armadas que, en aquel momento, solo contaban con disciplina; calculó bien: nadie se movió. Mas tarde, reconocería que unas cuantas compañías francesas de Infantería, le habrían obligado a retirarse. Pero el mundo libre, se lo permitió, en nombre de la Paz. Se envalentonó y continuó con sus fechorías, que era lo que, realmente, sabía hacer. ¿Les “suena” de algo?
Poco tiempo después – al segundo intento, que el primero no lo permitió la Italia de Mussolini, miren ustedes por donde – se "tragó" su patria austriaca. Y el mundo libre volvió a tolerarlo. No había pasado mucho tiempo y anunció que se anexionaba la región de los Sudetes, zona de aquella República Checa y Eslovaca, cuyos habitantes tenían mayoritariamente el alemán como lengua materna, pretextando, buen y conocido pretexto, la falta de libertad, la opresión a que el gobierno checo sometía a aquellos “alemanes”, sus queridos compatriotas – insisto: era austriaco, tal que Durán y Lérida es aragonés, como Carod Rovira y Montilla cordobés – lo que resultaba un intolerable atentado a sus derechos humanos. El “apóstol” de la paz – otro, mira por donde, al que la boca se le llenaba de “anhelos de paz”, el premier Chamberlain – contra los aislados gritos de Churchill, entonces considerado por los medios de comunicación debidamente dirigidos y orquestados, como “belicista” y poco recomendable por ser “demasiado” de derechas” – acudió, junto a franceses, italianos y checos, a Munich a dialogar y negociar con el nazi. Al principio todo eran plácemes, pero, en determinado momento de la Conferencia, el cabo austriaco, envidó: ya no le eran suficientes los Sudetes, ahora quería proceder a desmembrar Checoslovaquia. Y, la cobardía de franceses y británicos, permitió que, también, se “engullera” aquel país. Fue entonces cuando prometió que no le quedaban más reivindicaciones territoriales en Europa: había comenzado su particular “alto el fuego permanente”. Lo peor, que muchos le creyeron o le quisieron creer. ¿Les “suena”?
Por entonces tenía lugar en España la Batalla del Ebro y aunque no se hablase, todavía, de globalización, algunas cuestiones ya estaban relacionadas: el comunismo internacional, deseaba prolongar la contienda Civil española, para, de esa manera, “enlazarla” con la mas que previsible II Guerra Mundial; ellos si eran realistas y acertaban en sus análisis; sabían que era la única manera de poder ganar aquella Guerra, que – de manera irremisible – estaban perdiendo y acabaron por perder, aunque ahora quieran “ganarla” a través de la "anti - memoria histórica". El gran río mediterráneo – que nace en Fontibre, cerca de Reinosa, Santander y que, por tanto no es un río exclusivamente catalán, como el Guadalquivir tampoco es exclusivamente andaluz – pasaba por Munich.
Entre tanto Chamberlain, volvía al Reino Unido, clamando orgulloso “Paz en nuestros tiempos”, “Hitler ha perdido el autobús”. Desconozco que clase de autobús perdía el viejo cabo austriaco, tras anexionarse Renania, Austria y Checoslovaquia, pero el premier “vendía” que lo ocurrido era bueno para la Gran Bretaña – lo que es bueno para Alemania, es bueno para la Gran Bretaña - en tanto que Daladier – como de costumbre – hacía de Don Tancredo; Francia era, moralmente, una nación sin alma, muy lejos del patriotismo demostrado por sus nacionales en la Gran Guerra. Instalada en la comodidad, nadie quería “complicarse”. ¿Les “suena la situación”?
Solamente, la voz de Winston Churchill clamaba – se había quedado “solo”, ¿les “suena"? – vanamente en el desierto.
Lo que ocurrió posteriormente, todo el mundo lo sabe: Hitler, tal y como estaba en su “hoja de ruta”, atacó Polonia; Francia y Gran Bretaña – con desgana, a los tres días – declararon la guerra a Alemania. Hubieron de morir millones de personas en Europa, Asia, Africa y Oceanía – americanos USA también dieron su sangre por la Libertad, aunque, ahora, muy pocos seamos capaces de proclamarlo y reconocerlo - entre 1939 y 1945, para reducir – a cenizas, se hizo necesario – a aquellos a los que, tanto, se les había permitido tan indebidamente. Nunca fueron tantos los que tanto daño hicieron a tantos, a toda la Humanidad, pretextando “Anhelos de Paz”. Lo único que deseaban era mantener su status de aquel momento, su sillón y su situación de privilegio: igual que ahora: mantenerlo y, si es posible, hasta la edad de jubilación, o para "dejarlo en herencia.
En estos días, por Munich pasan el Nervión, el Bidasoa y el Urumea. Los terroristas lo que saben es matar. Lo que han dicho es que desean constituir la República marxista de Euskalherría, que consiste en trozos de la España vasca, la muy histórica Navarra – en realidad, las Comunidades Históricas españolas son Castilla y León, Aragón y Navarra - y “cuarto y mitad” de Francia. Estos asesinos, cuando hablan de procedimientos democráticos, se refieren a los de Ceaucescu, o a los de la desaparecida y mal llamada, República Democrática Alemana. Si lo consiguiesen, se merendarían primero a los burgueses que les rodean, los Arzallus y compañía y, caso de no emprenderla con Francia – ojala, ese sería su fin, como lo fue el de Abdelkrim o el de las piojosas bandas terroristas de Sidi Ifni – terminarían por exigir a España – estado español, en su vocabulario – el Nuevo Tributo de las Cien Doncellas, en forma de lavadoras, camiones o Dios sabe qué.
Entonces, en 1938, Chamberlain y Daladier, traicionaron a sus respectivas Patrias: los malos españoles – por activa, o por dejadez o “pasotismo” - hacen ahora lo propio. Porque España está, como aquella Francia de 1938, sin alma y sin pulso; instalada en las hipotecas y el euribor, los viajes – vuele ahora y pague después – las salsas rosas y los abyectos tomates televisivos y el testamento de la Jurado. Han olvidado el de Isabel I de Castilla y de España, la Católica Fundadora del Estado más antiguo de Europa: el mismo que se quieren “cargar”. Y así nos van las cosas. Solo se arreglarán, con tiros y muertos… otra vez.

LA AMISTAD USA TIENE UN PRECIO:

ESPAÑA VUELVE A IRAK.-
La "mentira originaria" del Gobierno Rodríguez pasa factura. Esa mentira para consumo interno provocó un desperfecto externo. Pero daba igual. En el extranjero no votan. Es conocido que Rodríguez ganó las elecciones prometiendo una retirada condicional de Irak. Es igualmente conocido que Rodríguez retiró las tropas españolas de Irak incumpliendo su promesa: no esperó a ver si el "30 de junio" de 2004 iba a haber una resolución del Consejo de Seguridad avalando (según él) esa presencia. En efecto, el Gobierno, después de haber retirado las tropas (sin cumplir el plazo que él mismo estableció) votó a favor de la resolución 1546 (8 de junio de 2004) que "pide a los Estados Miembros y a las organizaciones internacionales y regionales que presten asistencia a la fuerza multinacional, en particular con fuerzas militares, según se convenga con el Gobierno del Irak, para ayudar a satisfacer las necesidades del pueblo iraquí en materia de seguridad y estabilidad". Para colmo, en Túnez el 9 de septiembre de 2004 hizo un llamamiento a que todos los demás países siguieran su "ejemplo".
¿Por qué Rodríguez retiró las tropas incumpliendo las condiciones que él mismo había fijado a su promesa? Difícil saberlo. Pudiera pensarse que con esta medida intentaba dar credibilidad a la teoría que ligaba el 11-M con Irak. El gobierno promovía así la ficción de que el 11-M fue culpa de nuestra política en Irak. Para ello se promovió una retirada que deliberadamente se dejó que fuera interpretada como una "rendición" ante los que el Gobierno quería que fueran considerados autores del atentado. Sin embargo, el auto del juez del caso 11-M descarta cualquier autoría intelectual de Al Qaeda. La ficción promovida por el Gobierno tuvo buenos réditos en el electorado interno... pero tuvo un coste inesperado en el exterior, donde fue vista como el Gobierno español pretendía que fuera vista: una rendición ante el terrorismo islámico. El resultado es que después de la retirada española el terrorismo en Irak se recrudeció. Y esa maniobra de Rodríguez para consumo interno causó la pérdida de muchas vidas en el Ejército norteamericano.
Para intentar arreglar el estropicio, el gobierno de Rodríguez ofreció a USA una colaboración inconfesable: nunca como con Rodríguez aterrizaron en España tantos "vuelos de la CIA" transportando a detenidos para ser torturados en ciertos países. Ahora, para que Rice visite España, USA exige que la ayuda también sea pública: el gobierno español debe comprometerse a colaborar con el nuevo gobierno iraquí. Esto implica reconocer la legitimidad de este gobierno surgido de la guerra. Dicho de otra manera: indirectamente, Rodríguez reconoce que la guerra de Irak era legal. Tantas maniobras para volver al punto de partida. Dos años perdidos.
Carlos Ruiz Miguel es Analista del GEES en el área de Magreb y en temas de Derecho Constitucional.

LAS ARMAS DE SADAM, ENCONTRADAS.-

ESPAÑA VUELVE A IRAK... en realidad siempre estuvo, representada por una fragata.
Gracias a la persistencia del Wall Street Journal y de los presidentes del Comité de Inteligencia del Congreso norteamericano y del grupo republicano del Senado, la inteligencia americana acaba de reconocer que desde finales de 2003 hasta la fecha se han encontrado en Irak algo más de 500 armas y municiones que contenían gas mostaza y gas sarín. Y aunque en un estado degradado no por ello menos letales.
La noticia es importante al menos por tres razones. La primera porque viene a demostrar que los temores sobre un posible arsenal de armas de destrucción masiva en las manos de Sadamm no eran tan descabellados como se ha querido dar a entender desde la intervención en el 2003. Cierto, todo apunta a que estos sistemas llevaban varios años almacenados y su existencia comprobada no eran la causa de la deposición de Saddam. Pero demuestran lo que los miembros de la coalición decían antes de su ataque, que Saddam no colaboraba, no decía toda la verdad y que su ambición seguía estando viva.
En segundo lugar, viene a suponer una llamada de atención. Lo que se ha encontrado hasta la fecha no ha sido el fruto de una labor sistemática, sino más bien todo lo contrario. Hay que suponer que puede haber más munición todavía descontrolada. Y eso es importante para las condiciones de la seguridad en Irak hoy. Hasta ahora los explosivos utilizados para atacar por parte de los sadamistas y terroristas han sido convencionales. Si estas municiones químicas cayeran en manos de los terroristas, el escenario podría resultar más que complejo. Por muy degradada que se encuentre esta munición, sigue siendo altamente letal y su dispersión por medio de una bomba sucia conllevaría la muerte de cientos o miles de iraquíes según donde se hiciera estallar.
Por último, el tira y afloja entre los republicanos y la comunidad de inteligencia norteamericana pone en evidencia el juego sucio al que los servicios secretos se están prestando. Sintiéndose víctimas al haber sido acusados de errores de bulto en su apreciación de la amenaza (fallos ante el 11-S, fallos en Irak y fallos en Libia, entre otros), han reaccionado descargando sus culpas en la actual administración de George W. Bush, amparándose en la impunidad política que les da ser anónimos funcionarios y no políticos electos.
Desgraciadamente, lo que está sucediendo en los Estados Unidos, donde la política es la guerra por otros medios, tiene grandes similitudes con lo que pasa en nuestra España donde los servicios de inteligencia siempre ha seguido su propia agenda cuando no han ido en contra del gobierno cuando éste ha sido del PP. Y es que en todas partes cuecen habas.
Por cierto, ¿por qué nadie se ha hecho eco de las armas que se han descubierto en Irak? ¿Será que al PSOE ya no le interesa agitar el tema, o que el PP prefiere el olvido?
GEES / Libertad Digital.

CAMBIO DE RUMBO.-

EL PRINCIPIO DEL FIN DEL FRANQUISMO. LA CRISIS DE 1956.-
Hace cincuenta años, al ministro Arrese le impidieron dar al Régimen leyes que asegurasen su supervivencia a la muerte de Franco. Durante esta etapa critica, los falangistas más lucidos vaticinaron que el sucesor del Caudillo acabaría con el franquismo.
Los hijos de nuestros amigos nos abandonan”. Esta frase, atribuida al propio Franco refleja el clima de descontento que se empezaba a respirar en la universidad española a mediados de los años cincuenta. De la nueva generación, que no había vivido los conflictos de la guerra civil, surgía un nuevo movimiento de oposición interna, que alcanzó su cúspide en las manifestaciones de 1956. La respuesta oficial a esta crisis, que ponía a la luz los problemas que el Régimen tendría que afrontar para asegurar su futura, acabaría demostrando su incapacidad para perpetuarse muerto Franco.
José Luís de Arrese, que como ministro de 1941 a 1945 se había encargado de domesticar a los díscolos falangistas, fue el hombre elegido por Franco para controlar la crisis, siendo este de nuevo nombrado ministro en 1956. Pero Arrese, no se conformó con simplemente apagar fuegos, sino que quiso institucionalizar el Estado, par a asegurar la supervivencia del franquismo. Su mayor colaborador fue el falangista camisa vieja Emilio Lamo de Espinosa, que trabajó en redactar tres leyes fundamentales que según entendía, elevarían al Régimen franquista a un estado de derecho e instaurarían “un orden institucional en la vía intermedia entre el totalitarismo y la democracia liberal”.
Lamo de Espinosa predecía con lucidez que el monarca sucesor a Franco usaría su posición constitucional para desmontar el Régimen, de forma totalmente legal. Que para eso era hijo de su padre. Para evitar esto, el falangista proponía que Franco fuera delegando gran parte de sus poderes en determinadas instituciones que limitarían la mano libre del próximo Jefe de Estado. Las nuevas leyes fundamentales se debatirían en el Consejo Nacional en Salamanca, donde los consejeros no se limitaron a enmendar los proyectos sino que expresaron su visión sobre lo que el régimen era y lo que debía de ser su futuro. Las leyes fracasaron, al no encontrar el acuerdo de casi ningún consejero, siendo considerados las leyes demasiado totalitarias por algunos, e incluso innecesarias por otros que ponían su fe en la colaboración del rey, y suscitaron oposición de casi todos los sectores.
Al final los Procuradores en las Cortes franquistas, se hicieron – una cuestión de principios - el “harakiri”. Sin ellos, colectivamente, la Transición hubiese sido imposible de la misma manera en que se llevó a la práctica. Nadie se lo ha reconocido. ¿Para que? Tal y como van las cosas, ¿para qué?
En la fotografía, Arrese con Raimundo Fernández Cuesta - fundador de la Falange - y Agustín Muñoz Grandes, quien mandó - primera etapa - la División Azul. Este pudo escapar de la cárcel en Madrid - se refugió en una embajada - y así escapó de las garras de los - Santiago Carrillo y Cazorla - que llevaron a cabo "las sacas" y los asesinatos de Paracuellos y Torrejón de Ardoz.
Alvaro de Diego, profesor de Historia del CEU, ha explicado el fracaso de estas reformas que indicaron un claro cambio en la política del franquismo.

SECUELAS DEL 11 M.-

DINAMITAS Y DINAMITAS.-
VAYAMOS ESPECIALIZANDONOS EN LA MATERIA, QUE HABREMOS DE USARLA SI DESEAMOS CONTINUAR SIENDO LIBRES.- La nitroglicerina - o trinitroglicerina - es una sustancia explosiva bastante inestable. A Alfred Nobel se le ocurrió la idea de mezclar la nitroglicerina con un absorbente para lograr un compuesto explosivo menos peligroso: de esa manera nació la dinamita.
Con el paso de los años, se buscaron formas de hacer todavía más estable la dinamita y para ello se recurrió a sustituir total o parcialmente la nitroglicerina por otros productos similares menos sensibles. Concretamente, se utilizan como sustitutos dos productos: el nitrato amónico y el nitroglicol (también llamado dinitroetilenglicol). Hoy en día, la dinamita se fabrica mezclando nitroglicerina y/o nitrato amónico y/o nitroglicol con algunos otros productos estabilizantes y absorbentes. Algunas veces se añaden también otros productos explosivos. Las diversas composiciones utilizadas dan lugar a las distintas marcas comerciales de dinamita.
En concreto, la Goma-2 ECO se fabrica con nitroglicol, nitrato amónico, nitrocelulosa, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico. Por su parte, el Titadine o Titadyn se fabrica con nitroglicol, nitrato amónico, nitroglicerina, nitrocelulosa y dinitrotolueno. ¿Y qué importancia tiene esto? Pues bastante. Como se recordará, Sánchez Manzano declaró en la Comisión del 11-M que en los focos de explosión de los trenes se había encontrado nitroglicerina. Decíamos en ese hilo que lo único que se podía deducir de eso es que en los trenes estalló algún explosivo en cuya composición entrara la nitroglicerina, y comentábamos que hay otros explosivos distintos a la dinamita donde la nitroglicerina también se usa. Sin embargo, hay otra cosa de gran importancia que también podemos deducir (y que muy certeramente detectó el bloguero belga197): la aparición de nitroglicerina indica que en los trenes no pudo utilizarse Goma-2 ECO pura, porque la Goma-2 ECO no incluye nitroglicerina en su composición.
Por tanto, es absolutamente imposible que las bombas de los trenes fueran como la de Vallecas. Si fueran como la de Vallecas (es decir, Goma-2 ECO pura), no podrían nunca haber quedado restos de nitroglicerina. En los trenes estalló otra cosa: Titadine, RDX con nitroglicerina, algún explosivo casero con nitroglicerina o Goma-2 mezclada con alguna otra cosa que lleve nitroglicerina. Pero Goma-2 ECO pura, nunca.
Se haría necesario llamar la atención del juez sobre estos extremos, porque la declaración de Sánchez Manzano ante la Comisión 11-M es la mejor demostración de que todo el caso se ha construido sobre una tarjeta telefónica innecesaria, encontrada en un teléfono innecesario, que se hallaba en una mochila que apareció de la nada, la cual contenía un explosivo que es imposible que fuera como el de los trenes.
Negras dan jaque. Tic, tac...
De un trabajo de Luís del Pino.

15 junio, 2006

6.3.1938. COMBATE DE CABO DE PALOS.-

HUNDIMIENTO DEL CRUCERO BALEARES.-
Situación y fuerzas enfrentadas. En 1938 la inactividad de la Flota Republicana, cuyo único cometido era la escolta de los buques que arribaban a sus puertos, frente a una activa Flota Nacionalista, que no sólo escoltaba a sus convoyes, sino que además combatía -en inferioridad numérica- con su antónima, llevó al alto mando republicano a confeccionar un plan para elevar la moral de las dotaciones y, a la vez, asestar un duro golpe al enemigo. Quizás extrañe el orden de los objetivos, pero a tenor de la operación proyectada, con la escasa preparación de la flota, era más que improbable llevarla a cabo. La operación proyectada por el mando republicano consistía en la acción de tres de las lanchas rápidas torpederas de origen soviético - las nº-11, - 21 y -31 - que partirían de su base de Portman el 5 de marzo y, al anochecer, se encontrarían con la 1ª Flotilla de Destructores a 14 millas del puerto de Alicante, para a continuación dirigirse a Formentera y, una vez allí, repostar de los destructores. Finalmente, estaba previsto dirigirse a la Bahía de Palma para atacar a los cruceros nacionales allí fondeados. Como se puede apreciar, la operación resultaba poco creíble, no por las intenciones y planificación, sino por la imposibilidad de llevarla a cabo con unas dotaciones, las de las lanchas, que carecían de preparación alguna para este tipo de misión. Las fuerzas navales designadas para llevar a cabo la acción -aparte de las lanchas ya mencionadas que, como se verá, no participaron en acción alguna - eran:
1ª Flotilla de Destructores (al mando del T.N. Sánchez Barreiro), compuesta por los destructores: "Jorge Juan" (T.N. Ignacio Figueres)
"Escaño" (T.N. Luís Núñez de Castro)
"Ulloa" (T.N. Diego Marón Jordán), todos ellos pertenecientes a la
segunda serie de los Churruca y "Almirante Valdés" (T.N. -habilitado- Juan B. Oyarzábal Oruete), clase Churruca (1ª serie).
Como apoyo, se contaba con el grueso de la Flota Republicana (al mando del Almirante González Ubieta), compuesta por:
Crucero "Libertad" (T.N. Eduardo Armada Sabau), de la
clase Cervera
Crucero "
Méndez Núñez" (T.N. Pedro Prado Mendizábal), del tipo homónimo
2ª Flotilla de Destructores (al mando del T.N. Fernando Oliva Llamusí):
"Sánchez Barcaíztegui" (T.N. Alvaro Calderón Martínez) y
"Lepanto" (T.N. David Gasca Aznár),
clase Churruca de la primera serie;
"Almirante Antequera" (T.N. Ricardo Noval Ruiz) y
"Gravina" (T.N. José Luís Barbastro Jiménez), de la
segunda serie de los Churruca y "Lazaga" (T.N. Ramón Guitar de Virto), de la clase Alsedo
Estos buques de apoyo se situarían al nordeste de cabo de Palos, hasta reunirse con la 1ª flotilla a su vuelta de Formentera. En la madrugada del 5, contando con los partes metereológicos favorables y tras haber sido detectados en su fondeadero los cruceros nacionalistas, se decidió iniciar la operación. A las 15:38 horas salió de Cartagena la 1ª Flotilla, para hacerlo 32 minutos más tarde el resto de la flota. No había pasado ni una hora desde su partida, cuando al Almirante González Ubieta, se le comunicó el regreso de las lanchas a Portman por mal tiempo.
Al mismo tiempo, la División Nacional de Cruceros del Contralmirante Vierna, compuesta por los cruceros:
"Baleares" (C.N. Isidro Fontenla Maristany) y "Canarias" (C.N. Rafael Estrada Arnaiz), únicos integrantes de la
clase Canarias, y el "Almirante Cervera" (C.N. Ramón Agacino Armas), gemelo del republicano "Libertad", contactaba con un convoy compuesto por los mercantes "Umbe Mendi" y "Aizkori Mendi", escoltados por los cañoneros "Canalejas" y "Cánovas", regresando estos últimos a Palma.
El combate. La flota republicana, a pesar de no contar ya con el concurso de las lanchas torpederas, sigue con la operación, a 20 nudos (según la Orden de Operaciones 142 - C, la cual indicaba rumbos, horarios y formaciones prefijadas), para a las 00:45 arrumbar al 256º hacia Cartagena y a las 07:00 horas reunirse con la 1ª Flotilla de Destructores y entrar en la base de Cartagena. La operación se lleva a cabo con normalidad cuando, a las 00:38 horas y rumbo 65º, se contacta visualmente con la División de Cruceros Nacional, que viene de vuelta encontrada por la amura de babor y a una distancia de 2.000 metros. El contacto de la División de Cruceros con las naves republicanas es, al parecer a las 00:40 horas. En ese momento, el "Baleares" cae a babor, justo cuando desde el puesto A del "Canarias" se observa la presencia de la Flota Republicana, aumentando la velocidad de los cruceros a 22 nudos, cayendo al 210º y pasando por la popa del grueso republicano. A las 00:41, el "Sánchez" dispara tres torpedos sobre el "Cervera", sin éxito. El encuentro ha sido rápido, tanto que hasta las 00:44 horas en las unidades republicanas no se ordena "cada uno a su puesto" y "preparados para lanzar torpedos" 1. En ninguna de las formaciones se esperaba el encuentro. La flota republicana contaba con un parte de su aviación que indicaba que apenas 24 horas atrás los cruceros estaban fondeados en su base de Palma, y los nacionalistas, pese a tener un buen servicio de información en Cartagena, desconocían la salida de la Flota Republicana. Además, la aviación nacionalista no había efectuado ningún reconocimiento aéreo, debido a la descoordinación existente entre la Flota y la "Aviación Legionaria" estacionada en Palma. Apenas ha transcurrido el encuentro, Ubieta cambia de rumbo - a las 00:45 horas -, cayendo al 155º. La División de Cruceros pierde el contacto con la flota enemiga a las 00:55 horas, iniciando a continuación una serie de inversiones de rumbo, para no alejarse de los mercantes que escoltaba.
A las 01:15 horas Ubieta busca el rumbo 256º, directo a su base, ya que la flota republicana ha cumplido con su misión, "entablando combate con el enemigo en caso de encontrarlo". Igualmente, los buques de Vierna caen al 220º a las 01:20 horas.
Por parte de los nacionalistas, el Contralmirante Vierna posiblemente creyó que lo más conveniente sería escoltar a los mercantes y evitar el combate nocturno, conociendo la presencia de destructores. Quizás creyó que la Flota Republicana habría puesto rumbo a Cartagena inmediatamente después del encuentro, en lugar de tardar media hora en hacerlo. A las 02:00 horas, Vierna invirtió la marcha para, 15 minutos después, volver al rumbo original. Mientras efectúa estas maniobras, se comunica con los demás cruceros por el Scott. Estas señales fueron vistas desde la flota republicana a las 02:13 horas, ordenándose a las 02:14 horas al jefe de la 2ª Flotilla de Destructores que iniciase ataque. Apenas un minuto más tarde, ambas flotas entraban en contacto de nuevo, yendo de vuelta encontrada. La distancia era aproximadamente de 2.000 metros. El "Baleares" es el primero en abrir fuego, y lo hizo con granadas iluminantes, para situar correctamente a la flota republicana y poder atacar con la artillería. Responde el "Libertad", sin resultado, sumándose al combate los destructores, que lanzan sucesivamente sus torpedos: a las 02:17 horas cuatro desde el "Sánchez Barcaíztegui", a las 02:18 horas cinco desde el "Antequera" y, finalmente, tres el "Lepanto" a las 02:19 horas.
Pasado un minuto desde el último lanzamiento, desde el "Libertad" se vio al "Baleares" "volar en medio de una gran llamarada de la que se aprecia una altura de 1.200 metros por haber sido alcanzado por los torpedos".
El "Lepanto" había dado en el blanco (la explicación para conocer que fue el "Lepanto" el autor del hundimiento es la siguiente: "como los lanzamientos nocturnos se hacen presurosamente y con la máxima velocidad del torpedo - 42 nudos para el de 533 mm - los tiempos de impacto que han de transcurrir están comprendidos entre 1 y 1'2 minutos,(...) y entre las 2 horas 21 minutos y las 2 horas 21'2 minutos, si quien logra el impacto es el "Lepanto").
En ninguna formación se daba crédito a lo sucedido. Ubieta manda suspender el fuego, y prosigue en el mismo rumbo y velocidad mientras Rafael Estrada, comandante del "Canarias" - que asume el mando de la división de cruceros -, empieza a poner orden en sus filas, identificando al "Cervera". Ante el avistamiento de unas sombras, efectúa inversiones de rumbo hasta que a las 02:42 horas se dirige en demanda del convoy, dándole escolta por temor a un ataque y con la intención de regresar, cuando éste ya estuviese a salvo, en ayuda de su gemelo.
Mientras ambas flotas abandonan el lugar, dos destructores británicos, los "Boreas" y "Kempenfelt" ven los proyectiles iluminantes y la explosión, dirigiéndose al lugar del combate a toda máquina. A las 03:50 horas ven al crucero en llamas y a las 04:25 horas pueden ya ver a los hombres del "Baleares" en el agua. A partir de ese momento, se inicia una operación de rescate tan audaz como arriesgada, llegando a abarloarse el "Kempenfelt" al "Baleares", teniendo que desistir de la maniobra ya que el crucero empezó a hundirse. En total, se rescataron 469 hombres. El proyectado auxilio del "Canarias" fue en vano, pues el "Baleares" desapareció a las 05:08 horas, arrastrando consigo a 788 hombres, "un contralmirante, un capitán de navío, un capitán de fragata, cuatro capitanes de corbeta, 30 oficiales, 62 suboficiales, 32 cabos y 657 hombres de marinería, infantería de marina, maestranza, etc.", sin duda el mayor desastre de un buque en la historia de la Marina española (téngase en cuenta que en esta acción murieron más hombres que en todas las operaciones navales de la Guerra de 1898). A las 07:20 horas, reaparecen los cruceros nacionalistas, iniciándose el traslado de los heridos. El "Canarias" permanece con las máquinas en marcha y no arría ningún bote, en previsión de un posible ataque, que efectivamente llega a las 08:58 horas, cuando una formación de 9 Tupolev SB - 2 "Katiuska" bombardea los buques, llevándose la peor parte el "Boreas" donde hubo un muerto y cuatro heridos. Triste y duro tributo para una acción tan desinteresada.
Análisis y consecuencias. Después del combate, en el bando republicano se criticó al Almirante Ubieta por no ir a cazar al resto de la Flota Nacional, indicando éste que cesó el fuego por la perdida del contacto con la División de Cruceros, debido a que el encuentro fue de vuelta encontrada y "se sumaron las velocidades" (la velocidad relativa era de 42 nudos), perdiéndose de vista ambas formaciones en muy poco tiempo - aproximadamente 17 minutos -. Además, los destructores habían lanzado 15 de sus 30 torpedos y "un combate de noche, además de ser completamente casual, no puede ni debe tener nunca una segunda parte. Tenemos un ejemplo clarísimo: los ataques de los destructores ingleses a la Flota de Alta Mar alemana en la noche del 31 de mayo al 1 de junio de 1916 (después de la batalla de Jutlandia). Las dos flotillas inglesas se encontraron casualmente con la flota alemana y la fueron atacando a medida que cada una se encontraba con ella, pero ninguna volvió a repetir el ataque, lo que fácilmente se comprende, dado que se exponían a encontrarse de noche con otra flotilla propia de las que venía detrás, y expuestas, por consiguiente, a confundirlas con el enemigo". Por otro lado, se había alterado la formación de los destructores para que pudieran sumarse al combate artillero, por lo que la adopción de la formación de ataque se hubiera demorado durante cierto tiempo; debido a la oscuridad, el temor a utilizar la onda corta - para no ser detectados - y, por supuesto, la falta de preparación de las dotaciones de los destructores para efectuar la maniobra. Tan sólo dos de los destructores mantenían intacta su dotación de torpedos: el "Gravina" y el "Lazaga", por lo que sería mas útil mantenerlos como escolta de los cruceros, antes que arriesgarlos en un combate cuyo resultado predice Ubieta como "una destrucción segura".
Se ha comentado el hecho de que la Flota Republicana desconocía la presencia del convoy. De no haber sido así, ¿deberían los buques republicanos haberse lanzado a su caza? Probablemente no, porque el contacto con el convoy hubiese sido bastante complicado; como más arriba se ha visto, había que cambiar la formación de las naves y además un ataque de este estilo podía resultar una temeridad, porque en cualquier maniobra, la flota de Ubieta se podría haber encontrado entre los cruceros nacionales y la costa africana, con consecuencias inimaginables - sobre todo tras haber gastado la mitad de sus torpedos -. En el bando nacional se pecó de una excesiva auto confianza, con el agravante de contar con unas dotaciones hastiadas (y proporcionalmente combativas) por la monotonía de este tipo de misión, la casi inexistencia de una cooperación con la aviación - los reconocimientos tan solo se efectuaban "¡cuando no podían hacer otra cosa!" - y la falta de escolta por parte de los destructores de procedencia italiana (clases "
Melilla" y "Teruel"), que hubieran proporcionado una mayor libertad a los cruceros en el caso de un combate como el que se produjo. Se ha criticado el excesivo uso de las bengalas por parte de la división de cruceros, aunque esta profusión estaba "apoyada en la preceptividad vigente en la época" - el mismo Ubieta manifiesta que a sus cruceros "es muy necesario el proporcionárselas (las bengalas)" -. Sin embargo, el T.N. Manuel Cervera (oficial superviviente más antiguo) manifiesta en el informe sobre las causas de la perdida del "Baleares" que el uso de bengalas debe restringirse "solamente para bombardeos de objetivos fijos y conocidos o para iluminar blancos perfectamente situados, pero nunca sin esta certeza, pues puede servir para que un enemigo en situación opuesta a la que se supone reconozca y descubra perfectamente al que dispara el luminoso". Es imposible saber si en el puente del "Baleares" se había identificado el blanco, pero probablemente el uso de bengalas fue un grave error, ya que la visibilidad era bastante buena aquella noche y la División de Cruceros estaba suficientemente preparada para disparar de noche de una forma efectiva, como también hizo el "Libertad" con mucha menor preparación. Señala el mismo oficial una excesiva precaución en disparar, ya que no se podía hacer "sin orden expresa del puente", añadiendo que "con una perfecta información que deben tener los buques en operaciones de la situación de las fuerzas propias, no cabe duda que todo buque apagado en la costa roja ha de ser enemigo". Por último, cabe resaltar otro error que llevó a la pérdida del "Baleares": el excesivo uso de las señales de los telégrafos luminosos - o Scott -. No olvidemos que estas señales fueron vistas por la flota republicana a las 02:13 horas, un minuto más tarde se dio la orden de ataque, a las 2:15 horas el "Baleares" efectuó su fatal andanada iluminante y, finalmente, los destructores lanzaron sus torpedos entre las 2:17 y las 2:19, con el resultado ya conocido. La conclusión es que la División de Cruceros cometió más errores que su contrario, no sólo por considerar una escolta como algo rutinario - el almirante Moreno no embarcó por considera la operación como secundaria - sino también por carecer de información - teniendo todos los medios para evitarlo - por abusar de la señalización luminosa y, finalmente, por delatarse el "Baleares" al utilizar sus proyectiles iluminantes. A pesar de la perdida de un tercio de su potencial, la Flota Nacional no cambió su actitud, continuando su dominio del mar -no en vano el "Canarias" era conocido como el "Emperador del Mar" y el "Cervera" como el "Chulo del Cantábrico" - y sustituyendo en la División de Cruceros al "Baleares" por el recién reformado "Navarra". Por parte republicana, la operación proyectada era de muy difícil realización, pensada sólo con el fin de elevar la moral; pero, al saber aprovechar los medios disponibles de una forma efectiva - además de contar con la "colaboración" del adversario - Ubieta consiguió un resultado mucho mayor del que cabía suponer. Sin embargo, la flota republicana no supo aprovechar el éxito para romper el dominio enemigo y eso le condujo finalmente a la derrota.
Resumido de un trabajo de Jorge Peñalva.

14 junio, 2006

EL ARMA SUBMARINA DURANTE LA GUERRA CIVIL.-

La guerra submarina durante la Guerra Civil española no fue tan decisiva como, años después, lo sería en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el Arma Submarina española y los submarinos de otras naciones, principalmente Italia y Alemania, no fueron ajenos a los combates y acciones de guerra que se produjeron entre el 17 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939. Al inicio de la contienda, la Armada Española contaba con 12 submarinos, 6 de la serie B y 6 de la serie C - ver "Málaga y el submarino C 3", en esta misma blog - que quedaron bajo el control gubernamental. El bando nacionalista, carente de este tipo de buques, incorporó el 20 de abril de 1937 los submarinos italianos Archimede (General Mola) y Torricelli (General Sanjurjo), completando un total de 14 submarinos que quedaron asignados a la Armada Española, bien en el bando republicano o en el bando nacionalista. La Armada Italiana contribuyó a la causa nacionalista mediante la participación varias unidades de superficie y de 58 submarinos, que efectuaron misiones de patrulla e intercepción del tráfico mercante en aguas del Mediterráneo, el mar Egeo, el canal de Sicilia y el norte de África. Muchos de estos buques intervinieron en combates y en el bombardeo de objetivos en las costas españolas. La Kriegsmarine, igualmente, envió varias de sus más modernas unidades de superficie y no menos de 8 submarinos a aguas españolas. Poco se sabe de la participación de unidades submarinas de otros países y, aunque se ha especulado sobre la presencia de submarinos soviéticos en aguas españolas, éste punto nunca ha sido demostrado.
La Intervención Alemana. El fracaso del golpe militar de julio de 1936 contra el gobierno de la República, sumió a España en una cruel guerra que habría de extenderse hasta 1939. La situación política de Europa en aquellos años invitó a las potencias extranjeras a intervenir en el conflicto, bien para defender sus intereses y los de sus ciudadanos en España, bien adquiriendo un papel más activo apoyando a las fuerzas de uno u otro bando. De forma inmediata, el gobierno francés comenzó a enviar ayuda al Frente Popular republicano e igualmente hizo la Unión Soviética, ayuda que culminó con la formación e intervención de las Brigadas Internacionales. El bando nacional obtuvo el apoyo del gobierno alemán y de la Italia de Mussolini (ver La Intervención Italiana). Ambos países contribuyeron a la guerra submarina, prestando un gran servicio a la mermada flota nacional, carente de submarinos.
El inicio de la intervención alemana. Las circunstancias de la intervención alemana relativa a la guerra submarina han permanecido ocultas a la historia hasta hace pocos años. Esta falta de información fue debida a las condiciones de confidencialidad y secreto bajo las que se desarrollaron estas operaciones y, aun hoy, quedan muchas lagunas. En la tarde del 17 de julio de 1936, el agregado naval en español en París, Teniente de Navío Arturo Génova, dimitió de su cargo y, a principios de agosto, volvió a España para informarse de la situación naval. En aquellos primeros días se vio la necesidad de establecer el control de los mares, ya que una gran parte de las tropas nacionales se encontraban bloqueadas en el Marruecos Español por la escuadra republicana, que controlaba el Estrecho de Gibraltar y, además, los embarques de armas procedentes de Francia y destinados a los puertos republicanos del Mediterráneo se multiplicaban según pasaba el tiempo. Génova, como submarinista, pensó que la solución estaría en la guerra submarina e inició contactos con las potencias amigas para obtener dos submarinos. Viajo a Alemania y se entrevistó con el Almirante Canaris, desplazándose después a Lisboa y a Roma. El Alto Mando Naval Alemán (OKM) y, principalmente, el Almirante Raeder se resistieron a la idea de ceder submarinos a la flota nacional, basándose en los riesgos políticos que implicaría tal acción. Alemania se encontraba en un rápido proceso de rearme, fruto del tratado anglo alemán de abril de 1935, y no deseaba atraer la atención de las otras potencias. A principios de octubre, el Almirante Moreno, jefe de la flota nacional, solicitó del oficial de enlace alemán, Comandante Wagner, la cesión de al menos un submarino. Wagner dejó que Moreno creyese que Alemania cedería un submarino del Tipo IIA, para misiones costeras, bajo mando alemán. Esta cesión nunca se produjo. El 24 de octubre se celebró una reunión en Berlín entre Hitler y el Conde Ciano, Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, para formar el Eje Roma-Berlín. Durante esta reunión, Ciano informó a Hitler de la intención de utilizar dos submarinos para apoyar al bando nacional y ambos países acordaron incrementar su ayuda a dicho bando, incluyendo la utilización de la Legión Cóndor.
El diseño de la Operación Ursula. El 2 de noviembre, el OKM desarrolló un plan para enviar dos submarinos oceánicos a las costas españolas. A pesar de los riesgos políticos, se pensó que esta acción sería un buen entrenamiento para los buques y sus tripulaciones en caso de una futura guerra Franco-Alemana. La operación se diseñó como unas maniobras y recibió el nombre de Ursula, en honor a la hija de Capitán Karl Dönitz, jefe del Arma Submarina alemana. La orden de operación llegó el 6 de noviembre y se asignó al Almirante Boehm como jefe de la operación y enlace entre el OKM y los submarinos. Boehm debía coordinar las acciones de los submarinos alemanes con las de los submarinos italianos, estableciendo patrullas de dos semanas en las que se alternarían los buques de ambas naciones. Las órdenes eran atacar a los buques de guerra republicanos, principalmente acorazados y cruceros. Todas las acciones deberían realizarse en el mayor de los secretos. Para esta misión, los submarinos asignados fueron el U-33 y el U-34, ambos del Tipo VIIA, pertenecientes a la 2ª Flotilla "Saltzwedel" (Wilhelmshaven), y sus comandantes titulares (Ottoheinrich Junker y Ernst Sobe) fueron sustituidos por submarinistas más experimentados, los Tenientes Kurt Freiwald y Harald Grosse, respectivamente. Grosse ya había navegado por aguas españolas en 1931, durante las pruebas del
E-1, submarino diseñado por la Yngenieurs Kontor voor Scheepsbouw de Holanda, empresa financiada por la Kriegsmarine, y construido en los astilleros españoles de Horacio Echevarrieta. El 17 de noviembre los comandantes Lange y Heye son enviados a Roma para coordinar con los almirantes Pini y Di Giamberino las acciones submarinas. En esta reunión se acordó que los submarinos italianos patrullarían en sus zonas hasta el 29 de noviembre, volviendo después a sus bases. El día 30 de noviembre, los submarinos alemanes llegarían a sus zonas de patrulla. El 11 de diciembre, los submarinos alemanes se retirarían y serían reemplazados por submarinos italianos. Como medida de seguridad, la noche del relevo ningún submarino podría lanzar torpedos a otro submarino. Además, nadie, excepto los oficiales involucrados en las operaciones debían ser informados. Esto incluía al gobierno nacional español, motivo por el cual una gran parte de las operaciones han permanecido ocultas hasta hace poco. Los submarinos alemanes, en caso de emergencia, podrían hacer uso de la base italiana de La Magdalena, a la cual deberían entrar bajo pabellón italiano.
La Operación Ursula. El 20 de noviembre el U-33 y el U-34 salieron del Elba. Ambos buques no debían ser avistados, incluso por barcos alemanes. Para ello, debían borrar todos los elementos de identificación y arriar las banderas hasta su vuelta. Si alguno de ellos era descubierto, debía volver inmediatamente. Las tripulaciones fueron instruidas para guardar el máximo secreto de por vida, bajo pena de muerte. Atravesaron el Canal de la Mancha el 22 de noviembre y cruzaron el Estrecho de Gibraltar en la noche del 27 al 28 de noviembre, donde se cruzaron con un destructor republicano que no llegó a detectarlos. A su llegada al Mediterráneo, aguardaron a que los submarinos italianos se retiraran de sus zonas de patrulla. Durante esta espera, el U-34 fue destacado a aguas de Málaga, en busca de blancos ocasionales. En la tarde del 29 de noviembre, los submarinos italianos volvieron a sus bases. El U-33 se dirigió al Este del Cabo de Palos, patrullando desde este punto hacia el Norte, hasta el Cabo de la Nao. La zona de patrulla del U-34 comprendía desde el Oeste del Cabo de Palos hasta Cartagena. En la tarde del 30 de noviembre, ambos submarinos estaban en sus zonas, listos para operar. Durante los días que siguieron, la confusión reinó entre los comandantes de ambos submarinos, el oficial de enlace Boehm y el OKM. Las órdenes llegaban lentamente y las normas de operaciones variaban con frecuencia debido a los riesgos políticos. Los submarinos solo recibían órdenes por las noches, cuando se distanciaban veinte millas de la costa para emerger y recargar sus baterías. En un momento dado, Boehm llegó a desconocer que ordenes estaban vigentes para sus comandantes. Al anochecer del 1 de diciembre, el U-34 atacó a un destructor republicano que patrullaba a la entrada del puerto de Cartagena. El torpedo falló y fue a estrellase y explotar en la costa. Nadie se preocupó en investigar aquella explosión, por lo que el secreto de la operación se mantuvo. A la noche siguiente, Grosse inició una nueva maniobra de ataque, pero fue abortada por un destructor británico. Al amanecer del 5 de diciembre, se lanzó un nuevo torpedo contra un destructor de la clase Almirante Antequera, sin alcanzarlo. El 8 de diciembre se produjo un nuevo ataque contra un destructor y un nuevo fracaso. El resto del día, el torpedero alemán Wolf patrulló delante del puerto de Cartagena impidiendo nuevas maniobras de ataque. El U-33 no tuvo mejor suerte. Su zona de operaciones tenía menos tráfico y, por tanto, menos oportunidades de ataque. El 2 de diciembre se avistó un convoy, pero las maniobras del destructor de escolta impidieron el ataque. El 5 de diciembre se avistó un destructor oscurecido sin que llegara a ser identificado, por lo que no fue atacado. A la noche siguiente, Freiwald avistó al crucero Méndez Núñez y a dos destructores que tampoco consiguió identificar. El 11 de diciembre, ambos submarinos dejaron sus zonas de operaciones e iniciaron el retorno. El 12 de diciembre, el U-34 fue despachado nuevamente hacia aguas de Málaga.
El submarino republicano
C-3 navegaba en superficie frente a las costas de Málaga. Después de comer, los marineros de la Orden y Lizón subieron a cubierta para tirar por la borda los restos de la comida. En la torreta se encontraba el comandante, Alférez de Navío Antonio Arbona y el Capitán de la Marina Mercante Agustín García. A las 1419 se produjo una explosión en la mitad del buque. Los marineros que se hallaban en cubierta salieron despedidos y cayeron al agua, al igual que el Capitán García. El buque se partió en dos y se hundió rápidamente, arrastrando al fondo al resto de la tripulación. El U-34 se había cobrado su primera presa. El hundimiento del C-3 fue atribuido primeramente a un submarino extranjero, pero la investigación posterior determinó que la causa del hundimiento fue una explosión accidental. ¡Qué lejos estaban los investigadores de la verdad! Una vez más, la presencia de submarinos alemanes permaneció oculta. El 15 de diciembre, los submarinos alemanes volvieron a casa. En 1939, sus comandantes y sus tripulaciones fueron condecorados por Hitler.
Las conclusiones de la Operación Ursula. La Operación Ursula no puede ser considerada un éxito militar debido a la escasez de sus resultados prácticos. Las especiales características de la operación y el secreto bajo el que se desarrolló impidieron una mayor eficacia de los submarinos. Sin embargo, sirvió como entrenamiento para la contienda que habría de venir años después. Durante su desarrollo, los encuentros entre los oficiales alemanes e italianos determinaron que sería la Marina Italiana la que se haría cargo de las operaciones submarinas en el Mediterráneo, dejando el Atlántico bajo control alemán. Por este motivo, no se enviaron más submarinos de reemplazo.
El bombardeo del Deutschland. El 29 de mayo de 1937 el acorazado de bolsillo alemán Deutschland se encontraba fondeado en la bahía de Ibiza junto al destructor Leopard. A las 1912 horas, dos bombarderos republicanos Katiuska lanzaron varias bombas de las que tres alcanzaron al acorazado, provocando 20 muertos y 80 heridos, además de diversos daños en el buque. Como represalia, el 31 de mayo, el acorazado Admiral Scheer y los destructores Seeadler y Albatross realizaron un bombardeo naval contra las instalaciones portuarias y baterías de costa de Almería. El gobierno alemán lanzó un comunicado denunciando los ataques contra buques italianos y alemanes, advirtiendo de la toma de medidas para evitarlos. Entre el 1 y el 7 de junio, varias unidades de superficie fueron enviadas a aguas españolas. También se enviaron a los submarinos U-28, U-33, U-34 y U-35...

BAUTISMO DE FUEGO DEL ARMA SUBMARINA.-

EVACUACION DEL PEÑON DE VELEZ.-
El 18 de agosto de 1916, al mando del capitán de corbeta don Fernando de Carranza Reguera, daban comienzo en Estados Unidos las pruebas de mar del submarino tipo Holland que el gobierno español había encargado a los astillero Fore River & Co., de Quincy Massachussetts. Bautizado con el nombre de Isaac Peral, con él comenzaba la presencia de sumergibles en nuestra Armada, una Armada que por aquellas fechas empezaba a levantar cabeza, resurgiendo de sus cenizas, tras el aún reciente descalabro sufrido como consecuencia de las pérdidas coloniales de Ultramar.
Tras una interminable fase de pruebas de mar (fue el primer buque de la Armada que montó motores diesel, y su puesta a punto resultó muy compleja), que habrían de durar hasta las Navidades de 1916, y ante la inminente entrada de los Estados Unidos en la primera Guerra Mundial, el peligro de que el sumergible fuera incautado por el país constructor era evidente. Esta circunstancia, que hacía peligrar seriamente la presencia en nuestra Armada de nuestro primer y ansiado submarino operativo, llevó al mando a tomar una decisión nada habitual, y quizá única en la historia naval militar española: escaparse, dándose a la fuga, para dirigirse a las islas Canarias, la España más occidental. La empresa no era nada fácil, pues el barco no estaba alistado en su totalidad y la distancia que tenían por la proa no era nada despreciable: 4000 millas.
Así, el 26 de febrero de 1917, el sumergible comenzó la aventura de la travesía Atlántica. Tras un viaje lleno de inquietudes y sobresaltos, lograron llegar al puerto de Las Palmas, convoyados por el trasatlántico Claudio López, el 12 de marzo.
Mes y medio después, el 26 de abril, a las 1700 horas, el flamante Isaac Peral enfilaba la bocana del puerto de Cartagena, donde llegó en olor de multitudes, como no podía ser de otra manera. La recién nacida Flotilla de Submarinos acababa de incorporar su primera unidad. La Armada estaba de enhorabuena. A este Isaac Peral, que había de ser huérfano de hermano gemelo, pronto se le unirían ese mismo año de 1917 los “trillizos” italianos que habrían de constituir la serie “A”: el Narciso Monturiol (A-1), el Cosme García (A-2), y el A-3, que nunca ostentaría nombre. Pronto estos buques comenzaron a hacer diferentes prácticas de inmersión en aguas cercanas a Cartagena, y los elogios no tardaron en estar en boca de todos. Tanto es así que el gobierno apostó de pleno por la nueva arma, contratando, en abril de 1919, con la sociedad Española de Construcción Naval la construcción de media docena de unidades, que conformaría la serie “B”.
El primero de ellos, el B-1, se entregaría a la Armada en 10 de enero de 1922, y pronto habría de entrar de lleno, cogido de la mano del Isaac Peral, en los anales de nuestra historia naval reciente.
Hasta este año, 1922, la flotilla, a la que ya se había unido el buque de salvamento Canguro y algunos torpederos que actuaban como buques de apoyo, se había dedicado a hacer cruceros por diferentes puertos del Mediterráneo. Su presencia despertaba inusitado interés. La gente se agolpaba en las escolleras de los muelles para verlos evolucionar y cada vez su radio de acción empezaba a ampliarse. Pronto habrían de cruzar el estrecho de Gibraltar y el océano Atlántico, con toda su grandeza.
Desde las islas Canarias hasta la cornisa cantábrica, sus puertos fueron visitados por nuestros primeros submarinos. En uno de estos viajes, el 22 de agosto de 1919, S.M. el Rey don Alfonso XIII hacía inmersión por primera vez en uno de ellos: el honor le cupo al Narciso Monturiol (A-1), en aguas cercanas al palacio de La Magdalena, en Santander. Los elogios del monarca venían a corroborar los del resto de los españoles, que ya se habían deleitado con la presencia de los sumergibles. Las crónicas de la época hablan de que “S.M. el Rey ha quedado tan complacido, que ha ordenado al Ministro la publicación en el Diario Oficial de Marina de una circular que exprese su Real agrado y la satisfacción que había experimentado por el alto grado de eficiencia de nuestros nuevos buques, a cuyas dotaciones felicita pública y efusivamente para conocimiento de la Marina toda”. En medio de este ambiente de demostraciones y sus consecuentes efusivas felicitaciones, transcurren los cinco primeros años de vida de la nueva arma.
Pero habría de llegar la primavera de 1922 y con ella el bautismo de fuego para los sumergibles. Era Semana Santa, y en las calles de Cartagena se recordaba como todos los años la pasión de Cristo. El ambiente festivo que vivía la ciudad por una vez no se contagiaba a las dependencias militares, sino todo lo contrario. Las noticias que llegaban procedentes de Marruecos no podían ser más alarmantes. Las kabilas morunas se habían sublevado contra la presencia militar española y las distintas guarniciones repelían como podían los ataques, pero en una de ellas, enclavada en la costa del Rif, la situación era realmente grabe: el peñón de Vélez de la Gomera. Las dimensiones del minúsculo peñón (bajo soberanía española desde el siglo XVI), 360 m de largo, por 109 de ancho, y con una elevación máxima de 77 m, lo convertían en una verdadera “ratonera” para sus habitantes. El censo de población civil rondaba las 100 personas, más la guarnición militar, que triplicaba el número. Todos ellos, asediados varios días bajo el fuego enemigo, estaban en una situación cada vez más insostenible. La lluvia de balas era incesante, y su evacuación no podía ni debía hacerse esperar. Cualquier intento de salvar a la angustiada población debía hacerse por mar, así que el ministro de Marina, don José Rivera y Álvarez de Canero, que acababa de estrenar el cargo hacía tan sólo unos días, fue el encargado por el gobierno de tomar las riendas del problema.
¿Qué barcos podían acercarse lo más discretamente posible? La respuesta era bien sencilla: a la flotilla de submarinos la había llegado la hora de la verdad, Atrás quedaban cinco años de salir en la prensa colmados de elogios y de recibir visitas de personalidades civiles y militares.
El jefe de la Estación de Submarinos, y capitán de fragata don Mateo García de los Reyes, recibe órdenes concretas de Madrid: dos submarinos debían ser alistados para salir urgentemente hacía el peñón e intentar evacuar a su población civil. Como buque desde el que se coordinaría la acción es designado el acorazado España. El jefe de la Flotilla llama a su despacho a los tenientes de navío don Casimiro Carre Chicarro, comandante del Isaac Peral y don Francisco Regalado Rodríguez, comandante del submarino B -1.
Allí les explica la situación y pronto se diseña una orden de operaciones. El tiempo apremia y corre contra los habitantes del peñón. Los dos submarinos fueron rápidamente alistados, y ese mismo día, al anochecer, abandonan Cartagena. El jefe de la Flotilla quiere dirigir personalmente la primera acción de guerra de sus submarinos. Quiere estar con su gente, para lo que pide autorización al ministro, que no duda en acceder a lo solicitado.
Arbola, pues, su insignia en el Isaac Peral y se hacen a la mar. Por su popa, en línea de fila, el B-1 le sigue aguas a poca distancia. Atrás quedan los ecos de los tambores de la semana santa, y por la proa una misión desconocida. Las dotaciones hacían conjeturas acerca del viaje. A bordo se sabia que la situación en el Marruecos español era un poco delicada, pero poco más. Nada más salir de la bocana, los motores fueron puestos al límite de sus posibilidades; la velocidad tenia que ser la máxima. El levante sopla con fuerza, y los barcos toman la mar de la peor forma: de través. Esto hace que la velocidad media este por debajo de la deseable, y en consecuencia los barcos sufren más de la cuenta. Con la mar castigándoles durante toda la travesía, los dos submarinos llegan a Melilla. Mientras el jefe de flotilla y los comandantes rinden visita al gobernador militar y ultiman el plan, las dotaciones reparan no pocas averías. El embrague de un motor del Peral tiene problemas, así como todos los elementos de cubierta de ambos buques: antenas de TSH partidas, a los botes salvavidas, que eran de lona, se les han reventado las costuras, las cabrias se han salido de su basada.... Al caer la tarde, los dos submarinos están de nuevo "listos para desempeñar comisión”. El capitán de fragata García de los Reyes enseña con orgullo sus barcos al gobernador militar, que queda entusiasmado. La misión encomendada, ahora si, se hace publica a las dotaciones, a los que el gobernador alienta y estimula con unas palabras: “lo que ustedes van a realizar, ya se ha intentado sin éxito, pero he quedado gratamente impresionado con esta mi primera visita y no tengo duda de que van a lograr los objetivos que el gobierno se ha propuesto”. El jefe de Flotilla y el gobernador se funde en un abrazo y, acto seguido, las dotaciones ocupan sus puestos de “babor y estribor de guardia”, abandonando Melilla al caer la tarde.
Durante la noche se efectúa el tránsito en superficie, y al alba, el peñón se presenta ante ellos. La mar y el viento han caído bastante. Las condiciones meteorológicas empiezan a ponerse a favor. Junto a los submarinos se encuentra el "España", cuyo comandante envía al amanecer un bote al Peral. El comandante del acorazado desea una última toma de contacto con el jefe de flotilla, que acude a bordo. Los submarinos, mientras tanto, permanecen en superficie, expectantes. Pasan varias horas cuando, a media mañana, el palo popel del "España" iza al viento una señal táctica de banderas que tiene como destinatario a los submarinos: “Q. O. O.”, que significa “alistarse para inmersión”. Rápidamente los segundos comandantes hacen ejecutar la orden y en unos minutos los dos submarinos se encuentran listos para hacer inmersión, a la espera del regreso del jefe de flotilla, que lo hace minutos después a bordo de una gasolinera, uno de los botes autopropulsados del acorazado.
Una vez el jefe a bordo del Peral los dos submarinos hacen inmersión y se dirigen al peñón a cota periscópica. No ha pasado una hora cuando el Peral pasa frente a la caleta del cementerio. La distancia a tierra es muy pequeña, apenas 100 metros, y desde el periscopio se pueden observar algunas personas que señalan con sus dedos las estelas que los mástiles van dejando. Mientras el B-1 se mantiene en retaguardia, a la expectativa de acontecimientos, el Peral rodea la caleta e intenta meterse en la pequeña ensenada que hay entre el peñón y la costa.
La maniobra es delicada, y entraña el peligro de encallar, con lo que toda la operación prevista podía irse al traste.
Desde el periscopio se observa cómo se desprenden trozos de roca de los impactos de bala enemigos que siguen haciendo blanco en el peñón. El espacio donde el submarino debe revisarse es muy pequeño, pero el buque ciaboga muy bien y su comandante consigue aproarlo al lugar previsto. Se soplan lastres y, tras una blanca burbuja de espuma, el Peral emerge ante los ojos atónitos de la gente que contempla la escena. La escotilla superior de la torreta se abre, y el primero en asomar la cabeza es el jefe de flotilla. En ese momento, la gente irrumpe en vítores, a los que acompaña una atronadora ovación, que se llega a oír en la cámara de mando, como también se oyen los silbidos de algunos proyectiles, según dejaron escrito testigos presénciales. Entretanto el B-1 hace también superficie y se mantiene al socaire del peñón, a resguardo del fuego enemigo.
El jefe cruza unas palabras con el comandante militar del peñón, a quien propone la evacuación del personal civil cuando anochezca, amparado en las sombras. En ese momento una granada cae a pocos metros del costado del Peral, lo que arranca una nueva salva de aplausos de los espectadores al ver que el barco que ha de salvarse no ha sufrido daños. El comandante militar, cuya respuesta se oye clara mente a bordo, acepta sin dudar el ofrecimiento, pues además tampoco tiene otras alternativas para escoger; así que sobre la marcha acuerdan la hora: “a las 2230 de hoy, estaremos de nuevo en este punto”, apostilla el jefe de flotilla, que puntualiza: “el submarino meterá la proa en la caleta y un bote del España hará el barqueo de niños, mujeres y hombres no combatientes, por ese orden”. El comandante que manda las tropas asediadas se despide del jefe de flotilla, con un escueto “hasta luego”, palabras que éste le repite, mientras ordena al comandante del Peral que ponga rumbo noroeste en “avante a toda fuerza”. Los motores diesel rugen como leones, y comienza la evasión. El B-1, como ha venido haciendo desde la salida de Cartagena, sigue aguas al Peral. Cuando creen estar fuera del alcance de las armas del enemigo el B-1 da una pitada larga, que es interpretada por las tropas moras como un desafío, lo que les hace redoblar sus andanadas, sin resultado, por suerte para los submarinos.
El bautismo de fuego de la bisoña Flotilla acababa de ser realidad. Cuando se alejan un par de millas de la costa, el España, que se había mantenido expectantes, manda apartarse a los submarinos, y envía una serie de andanadas con su artillería de grueso calibre (según prensa de la época, entre 30 y 40 proyectiles), que son suficientes para hacer callar la artillería enemiga. Cuando cesa el fuego del acorazado, de nuevo envían una gasolinera que se acerca al Peral para recoger al jefe.
El mando del "España" está ávido de noticias. El jefe permanecerá a bordo el resto del día, ya no regresará a los submarinos hasta las 2130 de la noche. A esa hora, faltan sólo 60 minutos para estar en el punto convenido con el comandante militar del peñón, que está a dos millas. Los submarinos se encuentran en superficie, con los motores diesel parados y en oscurecimiento total. La mar está en calma y nada rompe el silencio de la noche, sólo el suave roce de las olas que besan los lastres, cuando se empiezan a oír los motores de dos gasolineras del "España" que se dirigen a los submarinos, que apenas se siluetean en la oscuridad de la noche, que es cerrada.
El comandante que manda las tropas asediadas se despide del jefe de flotilla, con un escueto “hasta luego”, palabras que éste le repite, mientras ordena al comandante del Peral que ponga rumbo noroeste en “avante a toda fuerza”. Los motores diesel rugen como leones, y comienza la evasión. El B-1, como ha venido haciendo desde la salida de Cartagena, sigue aguas al Peral. Cuando creen estar fuera del alcance de las armas del enemigo el B-1 da una pitada larga, que es interpretada por las tropas moras como un desafío, lo que les hace redoblar sus andanadas, sin resultado, por suerte para los submarinos. La evacuación sigue al ritmo lento que se ha venido desarrollando toda la noche. Es la única pega que se puede poner a la operación, que por lo demás roza la perfección. A las 0300 horas la maniobra no se puede ni debe demorar más tiempo, pues las corrientes empiezan a abatir el barco, que se ha logrado mantener todo el tiempo en el sitio con ligeras y frecuentes paladas avante y atrás. A esa hora ya hay 58 personas a bordo, pero quedan unas pocas aún. El jefe ordena al comandante que salga de la caleta y entre de nuevo para tratar de mejorar la posición, pero en la maniobra el barco queda iluminado al quedar fuera de la sombra que proyecta la roca, lo que, como era de prever hace que aumenten los disparos desde tierra. De nuevo el barco se aproxima a la caleta, según había ordenado el jefe, y se embarcan otras ocho personas más, que son las últimas.
Acto seguido, comienza la maniobra de evasión, y a las 0330 el Peral se abarloa al España y comienza el desembarco de la gente, que sube a bordo por la escala de botes. Cuando el alba viene a romper las sombras de la noche, todo el personal se encuentra ya sano y salvo a bordo del acorazado. Los niños han dejado de llorar, porque el sueño les ha vencido, ha sido una noche muy larga y movida. Una buena sopa de ajo calienta los estómagos de los adultos y, a continuación, en un local habilitado con coys, que todos encuentran de lo más cómodo, se tumban a dormir. Su odisea ha terminado feliz mente. Por la mañana, en las torretas de los submarinos pueden apreciarse algunos impactos de fusil, que afortunadamente no llegaron a herir a nadie. El comandante del "España" informa del resultado de la acción al almirante jefe del estado Mayor Central, don Gabriel Antón, que ordena al jefe del Estado Mayor de la Escuadra, don Mariano González Manchón, que haga un resumen de los hechos para la orden general de la Escuadra, para que todo el personal tenga conocimiento de ello.
Por esta acción, y tras los informes de la Armada, S. M. El Rey don Alfonso XIII concede al capitán de fragata don Mateo García de los Reyes la medalla Naval, máxima distinción que se otorgaba en aquella época. Dicha medalla fue costeada entre todos los miembros de las dotaciones del Peral y del B-1, y ofrecida a su jefe como muestra de cariño, ya que estaba muy bien considerado entre sus subalternos, por su carácter siempre amable y cordial. Tanto la real orden que concede la condecoración como el resumen de la acción que había ordenado redactar el almirante Antón se publicaron en el Diario Oficial del Ministerio de Marina nº 132, del año 1922. Con posterioridad, un mes después, los dos submarinos protagonistas de la historia volvieron al peñón acompañados por otros submarinos, el A-3, para suministrar víveres a la guarnición militar, en un ambiente mucho menos tenso y más relajado, porque los moros apenas inquietaban ya, entre otras razones porque los cañones del 30,5 del España se habían encargado de silenciar para siempre no pocas posiciones. Al poco, la Medalla Naval que había recibido el jefe de flotilla, se hizo extensiva a los tenientes de Navío Carre y Regalado, comandantes respectivamente del Peral y del B-1. El resto de las dotaciones de los dos submarinos también recibieron otra condecoración, aunque de menor entidad. El bautismo de fuego de los submarinos Españoles ya era una realidad, y el gobierno supo agradecerlo con las condecoraciones concedidas. Tampoco los submarinistas querían ningún otro reconocimiento. Simplemente habían cumplido con su obligación.

http://www.submarinos.net/

01 junio, 2006

LA LENGUA VIVA. CAPRICHOS ONOMÁSTICOS.-

Ya sabía yo que lo de Curro iba a quedar claro. Ángel Guerrero Eguíluz aduce que se trata de la apócope de Pacurro. Suena bien. En cambio, me parece inverosímil la presunción de que Curro viene de Curia Romana, según señala Vicente Sabater Garcerán. ¿Qué diría de saberlo, Curro Romero?
J. de la Fuente aporta un curioso hipocorístico de su ambiente familiar: Tucho. El original es Hipólito, que por aféresis pasó a ser Lito, y de ahí Litucho. Al final se quedó en Tucho. Todavía hay otro Hipólito, primo del primero, que derivó en Tuchete y finalmente en Chete. Mas rebuscado es el hipocorístico de la abuela de nuestro comunicante: Ascamina. Su nombre original era Francisca, de forma cariñosa "Francisca mía" y, de ahí, Ascamina. La colección de nombres propios más o menos extravagantes o divertidos no tiene fin. Rafael Moras (San Antonio, Tejas, USA), relata uno de esos nombres que se dan en México: Masiosare. El origen está en uno de los versos del himno nacional mexicano: "Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa, Patria Querida, que el Cielo un soldado en casa hijo te dio". Es lógico que para muchos mexicanos ese arcaísmo de "más si osare" suene como una sola palabra enaltecida. Lo más curioso ─ añade don Rafael ─ es que masiosare aparece también como un nombre común, una palabra despectiva para etiquetar a los adversarios políticos. Agustín Fuentes proporciona algunos nombres propios extravagantes, además de Cojoncio, que así se llama un amigo de la familia.
Burgondonoforina, Clodia, Marciana, Amilana, Satorio, Felicísimo, Alipio, Celedonio, Crescencio, Faleonisiris, Baldomero o Teófilo. Don Agustín certifica que son todos nombres de personas que él conoce. Propone don Agustín que recojamos también apodos. Por ejemplo, "El Estreñido". Así pasó a la pequeña historia familiar un jovencito que intentó cortejar a una señorita. Esta le dio calabazas. Para desilusionarse, se imaginó al pretendiente haciendo los esfuerzos pertinentes en un estreñimiento agudo. Así cristalizó el apodo. Por si sirve de ánimo a los libertarios, diré que el apodo de mi abuelo paterno era "El Cuco". Como es sabido, el cuco es el pájaro que pone los huevos en el nido de otro. Supongo que yo habré heredado el apodo. Manuel González acaba de leer mi libro El espíritu de Sancho Panza, que trata de los refranes. Comenta don Manuel que el espíritu de Sancho Panza no era solo el de ensartar refranes sino motes. En la misma línea don Manuel me aporta algunos motes o apodos ingeniosos de algunos personajes que él ha conocido.
Xa comín, un cartero que repartía el correo a la hora de comer. A la pregunta de si gustaba, el cartero respondía "Gracias, ya comí". Todavía hoy sus nietos son "os xacomines". Un vecino de un pueblo levantino era conocido como "Amargo dolor", porque así empezaba el estribillo que cantaba en las procesiones de la Virgen Dolorosa. En una provincia insular, un vecino apellidado Duro Duro pasó a llamarse "Diez Pesetas". Un lugareño gallego, conocido por llegar tarde a todas partes, recibió el mote de "O tren d’as nove". Naturalmente, ese tren llegaba siempre con retraso.
Jaime García - Pelayo y Gross, malagueño, Licenciado en Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales e Ingeniero Técnico de Obras Públicas, da cuenta de un señor de Jerez de la Frontera que se apellidaba Abollado de Asco. Había también un tal Francisco García Cojones que intentó alterar el apellido y llegó con su pretensión hasta el mismísimo general Franco. Ante la pregunta de cómo le gustaría llamarse, respondió: "Excelencia, si no le importa, me gustaría llamarme Francisco Grandes Cojones".
Ignacio Garijo Pérez interviene en la cuestión de los lemas o los escudos de los apellidos. Su opinión profesional es que los apellidos como tales no tienen lemas ni escudos. Son los linajes, esto es, las personas eminentes emparentadas entre sí, quienes ostentan escudos o lemas.
Amando de Miguel. (Enviado por Jaime).

31 mayo, 2006

LOPEZ SE SENTARÁ CON BATASUNA.-

LA LEY LES IMPORTA UN PIMIENTO.- La presión batasuna y de todo el nacionalismo al Gobierno del PSOE para validar a la coalición ilegalizada, de hecho o de derecho, empieza a dar sus frutos. Después de varios días de exigencias públicas de legalización a cargo de sus distintos representantes y a sólo unas horas de la comparecencia en la Audiencia Nacional de Arnaldo Otegui y siete dirigentes más de la Mesa Nacional, imputados por el juez Grande - Marlasca, el secretario general del PSE, Pachi López, protagonizó un gesto más de acercamiento al anunciar en Radio Euskadi que se sentará con los batasunos sin esperar a su relegalización. En concreto, nada más obtenga Rodríguez Zapatero el permiso para iniciar los contactos oficiales con ETA.
Al parecer, el anuncio López, que en la práctica constituye un paso decisivo hacia la conformación de la mesa de partidos reclamada hasta la saciedad por Batasuna (a instancias de ETA) se habría producido tras unas últimas horas de un tenso tira y afloja que incluía la amenaza de los representantes batasunos de no acudir hoy la cita del juez, después de la cual Otegui, dada su reiteración delictiva, podría ingresar de nuevo en prisión.
De acuerdo con la versión obtenida por este periódico, López habría optado por calmar las aguas y evitar rupturas en un momento considerado crítico por ambas partes.
Contra la ley de Partidos. Precisamente ayer, el PSE se posicionó en Vergara (Guipúzcoa) con los partidos nacionalistas contra la ley de Partidos y dejó solo al PP en defensa de este texto que fue votado por el PSOE en el Congreso y que el Gobierno de Zapatero ha manifestado su intención de mantener. Se trata del primer cargo público del PSE que intenta favorecer expresamente la relegalización de Batasuna. Francisco Javier Garay votó a favor de una declaración institucional en la que el Ayuntamiento insta al Gobierno a derogar la ley. La votación se produjo en el transcurso de un pleno ordinario, en el que se debatió la propuesta del PNV y EA, que fue apoyada por Aralar, EB-IU y el PSE. El portavoz del PP en Vergara, Ángel Santano, criticó la actuación del concejal del PSE, “una muestra más de la falta de firmeza”.
Angel Acebes advirtió de que una negociación del PSE con Batasuna supone "pagar un precio político y rebasar una de las líneas rojas" definidas por el líder de su partido, Mariano Rajoy. Declaró: "No estamos dispuestos a que el PSOE se siente con ETA, se siente con Batasuna, y legalizarla por la vía de los hechos, esto realmente es pagar un precio político que es lo que Mariano Rajoy dijo en el Congreso de los Diputados que el PP no va a consentir". El dirigente del PP recordó que Batasuna es un partido ilegalizado por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional e insistió en que "sentarse con ellos, diciendo como dijo que era interlocutor necesario" y, por lo tanto, "en una mesa política, sobrepasa los límites de lo legal y de las líneas rojas que ayer Mariano Rajoy definió". "Sentarse con Batasuna - ETA ilegalizada es sentarse con los terroristas y, por tanto, es pagar un precio político y rebasar una de las líneas rojas, algo a lo que no estamos dispuestos", reiteró el secretario general del PP.
Por su parte, la presidenta del Partido Popular en el País Vasco, María San Gil, ha denunciado la "flexibilidad gubernamental asombrosa" que en su opinión está demostrando el Ejecutivo con "Batasuna, ETA y su entorno". "La sociedad está asombrada de cómo la Justicia está actuando con gentuza como Arnaldo Otegui", ha incidido San Gil. Sobre este aspecto, ha enfatizado que el hecho de que el presidente "de un país democrático" como España diga que la Justicia es coyuntural "debería generar una pequeña revolución" porque esto "pone en entredicho los pilares de la Justicia". María San Gil ha destacado que "la fortaleza de la democracia puede con los terroristas" y ha afirmado que con ETA no se puede negociar.
Y si hoy Grande Marlasca, los mete en la cárcel, ¿qué?
Y si López infringe la Ley de Partidos ¿qué?

UN VIAJE A CEUTA.-

DIA I.-
LOS PRELIMINARES.- En la puerta de embarque había dos caras conocidas, a quienes me era imposible ponerles un nombre, luego llegaría a conocer a uno de ellos. El resto, “finolis” Viento de componente oeste de fuerza 2 – 3 – información propia – luego se auguraba un buen vuelo.
BREVES CONSIDERACIONES EN TORNO AL APARATO.- Este modelo, tiene cuatro asientos mirando a proa en la primera fila, cinco en la segunda y dos mirando a babor. Aconsejo sentarse en el segundo asiento – comenzando a contar desde babor – de la primera fila, a fin de identificar los controles, en dirección Ceuta; o en el primero – también por babor — de la segunda, a la vuelta. En este se pueden estirar las piernas y se goza de buena vista.
EL VUELO.- Tras un despegue correcto, el helicóptero tomó rumbo 174º, en dirección a Puertomarina, en Ben – Al – Madena – costa. (Había que “ponerse a tono”). El viaje se realizó “en diagonal” Puertomarina – Punta Almina, virando suavemente a babor hasta los 144º, a una velocidad de 110 nudos y a una altura de 400 m. Sin nubes hasta el meridiano de Algeciras, donde se asentaba un sólido frente nuboso, inútil evitarlo en altura, cuando ya se hacía necesario iniciar el descenso. Entre las nubes, se dejó ver una cara conocida, algo parecido a Jorge – sector travesuras – que iba a “darse una ”. La cosa comenzaba bien. Durante el vuelo pasamos sobre muchos barcos. Uno, en especial, me produjo alegría verlo; era del “Lloyd Triestino” una filial de la “Italia Societa de Navegacione” – “Duillo”, “Conte Grande”, “Andrea Doria”, “Raffaello, etc.” — de la que Ybarrola era agente y por la que mi padre sentía especial predilección. Se trataba de un hermoso porta contenedores. La entrada a Ceuta, me desorientó. El aparato se aproximaba por Santa Catalina - El Desnarigado… ¿Habrán cambiado de sitio Loma Margarita? No; utilizábamos, ya, el nuevo helipuerto recientemente inaugurado – unos días — construido en terrenos ganados al mar, junto al dique – muelle dedicado al general Alfau.
YA EN TIERRA.- Primer tapón zurrapa, afriquito - puro: no había taxis. Muy propio. Pues a caminar, Martita. Inmediatamente una “aparición”: una furgoneta blanca de Ybarrola (Agencia Marítima, solamente consignaciones ya), sita, la empresa, en el dique - muelle de la Puntilla. Pero, pronto, una decepción: a su alrededor unos negros (muy negros, oiga), deambulaban al tun tun. No serían los primeros, ya que la ciudad está “tomada”. Por fin un taxista simpático, cara conocida, que resultó ser un vecino de el Sardinero y ex “ybarrolense” que tras identificarme, comenzó un feliz tuteo. No nos cobró. Alguien se sintió, entonces, orgulloso de su reata. Los empleados de “La Muralla”, sin embargo, antipatiquísimos. Unos “enteraos” de mucho cuidado. Como hasta las 12.30 h. no iba a aparecer Angelines, hubo tiempo para visitar la Iglesia de Africa. Allí, saludos con dos viejos conocidos, María Santísima y el Cristo de la Vera – Cruz. Y fotos de Marta junto a al monumento a los Caídos en la Guerra de 1859 – 1860, tras paseo por la Gran Vía, mas bien la Muy Corta Vía. El “Oasis” ha cerrado, por falta de trapío de las reses. Serafín está arruinado. ¿Qué hacemos? El moro del “Oasis”, ha bajado hasta San Amaro y ha puesto “Al – Andalus” y la ensalada de berenjenas estaba tan rica como la de más arriba. Yo opté por el cus cus, Marta por el pollo a la moruna y Angelines, la verdad, no lo recuerdo, no paraba de mirar al Yebel. El moro, antipático, tenía cerveza y vino “de la casa” – un Gurpegui buenecito – pero ni licor ni hielo. Total que nos fuimos hasta la calle Delgado Serrano – mira por donde — a una cafetería, cuyo nombre no recuerdo. Y allí estaba Paco Fráiz, acompañado por un tipo desconocido para mí, que le hacía señas a Paco sobre quien era yo. Parecía que me estaban esperando. Según Angelines, un negociante local, que conoce a todo el mundo. Sospechoso; mas cuando cuente lo que pasó la mañana siguiente. Ante tanto gesticular, hube de acercarme – saludo breve ante el silencio de toda la vida, que nunca habíamos cruzado palabra — y faena de aliño. ¿Y el Gafe?, pregunté. No sabía nada, claro. De inmediato se marcharon. Esta Angelines – Mares Jiménez — es sobrina segunda del Presidente Vivas y me dijo que tu; Javier, no lo habías hecho bien en el desarrollo de tu responsabilidad, porque – en Ceuta – te había dado por beber. No te preocupes: ser bebedor es mejor que marica y a mí “me tocó” serlo un par de años. También me dijo que Constanza era una falsa, que tras los golpes de pecho, había una enorme maldad. Pues que bien. Por cierto a Constanza no la llamé ya que – pese a su nueva faceta maligna – “lo” de una cubana de padre castrista y sin bautizar, le iba a venir algo grande. Tras un rato de descanso – no era conveniente continuar tal monólogo, en do mayor sostenido – nos fuimos a descansar, para reaparecer en el Centro Gallego. Fenomenal; todo un profesional: me hizo, fuera de la carta, unos filetes de lenguado rebozados, con salsa maitre d’hotel, fantásticos. A continuación Marta y yo, solos, nos fuimos de picos pardos. Total: al día siguiente no tenía que levantarme hasta las diez… Y así, tan feliz, salí del Centro Gallego. Véase foto nocturna, enchaquetado.

UN VIAJE A CEUTA II.-



DIA II.-
DULCE DESPERTAR.- A las 08.30 h. unos golpes en la puerta de la habitación 303, me despertaron. Era una pareja de la Policía Nacional que venía a detenerme. Treinta minutos después, fui puesto en libertad sin cargos y sin pasar por el Juzgado. Informo aparte.
Resulta que yo había tanteado el alquiler de un coche, pero ante la falta de ganas de “vender” por parte de los del vehículo, decidí pedir a Angelines que me recomendase un taxista simpático y – en este asunto — acertó. Fuimos a “todas partes”, me cobró 23 € y me ahorré la diferencia hasta 37, mas 0,24 x kilómetro y el combustible. Un éxito. David Pérez Siles, resultó ser un hombre encantador, a quien le gustaba enseñar su Ceuta. El día había amanecido – en lo climatológico – de escándalo. Y, en “lo otro”, mas. Mi Bandera, pegada al mástil del adarve, ni un pelo de viento. Un día para enamorarse de Ceuta. Al siguiente, pensé, saltará levante. Y saltó. Hadú, si Ceuta está invadida, se me antojó un trozo de Tetuán. Penoso, más si se observa el fatalismo con que lo soportan los naturales. Temen que les acusen de racismo, carecen de personalidad e ideas propias y no saben luchar por lo suyo. Se que es difícil, pero hay que intentarlo y con decisión. También estuve en la frontera. Espectáculo tercermundista que, incluso a Marta, que tantas cosas ha visto en Cuba, le impresionó. Buscamos por la Estación Marítima, el busto de mi abuelo. ¡Vaya por Dios! Otra vez en el cuarto oscuro. Un joven celador – guarda muelles de origen marroquí, desconocía la ubicación del dichoso bustito. Pienso que será difícil que cele y guarde algo que – patrimonio del Puerto – no sabe donde está. Bien, Ceuta, bien. Camino del edificio de la Autoridad Portuaria – que nombre más cursi – nos topamos con él, recién colocado como se puede ver, que no tiene ni el césped a sus pies. Otro cambio, si bien este, para mejorar. Y otra “leyenda”. <>. Reconozco que aquello de “creador” del puerto – las cosas de Pepe Castellón – era demasiado sublime. Está, ahora, muy cerca de su emplazamiento original, dignamente situado y la leyenda me parece más propia y adecuada. Sobre la casa de Pirri, me hubiese gustado oir los comentarios de vuestra amiga María del Milagro. Almorzamos en el “Caballa”, con un joven cofrade también caballa, sobrino de Angelines y concertista de piano en ciernes, al que deseaba conocer. Resultó muy majo, pero – en nada – comparable a los hijos de mi buena amiga Maru. Es que Maru, a la chita callando, es mucha Maru… a que sí… Allí decidimos Angelines y yo, hacernos una fotografía para hacérsela llegar a un malagueño, congregante de Mena, que se va a molestar al recibirla. No solo va a ser la poli caballa, la que incordie. Por cierto, que se me ve muy compungido por la detención. Y por allí acertó a pasar un poli nacional, que dice no conocerte y que presume de estar en información, en “los altos del Golán”, tal y como llama a su zona de trabajo en el Príncipe, o algo así... Majete, poco poli, más guardia, se fue convencido de que yo era militar y del CNI. Mira que le dije que no… no hubo manera. Naturalmente, no le conté que horas antes, había sido detenido por sus compañeros. Con el concepto que tenía de mi, se habría horrorizado. Y hubiese acertado. ¿Le conoces? La larga sobremesa la corté abruptamente, porque era jueves. El Regimiento de Ingenieros nº 7, rendía honores a mi Bandera y “eso” yo tenía que verlo y – mas aun – sentirlo. Allí fue donde identifiqué a uno de mis compañeros de vuelo: el General de División Yague y Martínez del Campo – según el periódico local — Comandante General de la Plaza. Agotado por todas las emociones de un largo día, a las 22.15 h. estaba frito.

UN VIAJE A CEUTA III.-

DIA III.-
A las 06.30 h. ya no podía seguir en la cama y me dirigí a la zona de la Estación Marítima a una cafetería frente a “Supersol”, a tomar unos churritos muy ricos. Como no, estaba regentada por moránganos. Y es que a las 07.00 h. el Mercado Central estaba cerrado y no pude tomarlos allí. Ceuta se despierta tranquila. Mas tarde, haciendo tiempo para el helicóptero, paseo por el Muelle de España y las Murallas portuguesas. Por allí vimos como acarreaban casi 200 Kg. de centollos vivos y, desde el Puente del Cristo, pescaban – si si, pescaban — lisas con miga de pan.
A las 12.30 h. despegaba el aparato y volvíamos a la civilización. Ya en San Julián – que así se llama el aeropuerto malagueño —, un moro intentó pasar por delante de mí. No me contuve: ”Paisa, yo primero” No dijo nada. Me crucé con dos canelos y les miré con orgullo, en tanto a los picoletos, les saludaba con respeto. Hube de explicarle a Marta mis simbolismos ancestrales.
Parece que a los afriquitos les gusta Vivas, aunque reconocen que “los que le rodean” – mas de franquismo sociológico – son corruptos. No he detectado obras innecesarias. Solamente algo inquietante: está en explotación, desde hace unos días y para áridos con destino a la fabricación de hormigón – con explosivos – la Cantera de Benzú. Lo mismo se cargan el Fuerte que está ya “entenguerengue” y — de paso –- Nuestra Cueva del Aire.
Con lo que mejoraría la Cueva, si la guapetona de Patricia rondase por allí, sin enterarse de nada, claro, que diría mi tocayo Ignacio. Javi callaría pero disfrutaría del vermut con ginebra y de los empanedados de Maru, con una receta… que si te cuento… Los hermanitos Jorge y Javier, tras mirarse, se echarían a reír y – todos nosotros – mosqueados.
No me explico como con un hermano tan chufla – antecedente peligroso – se puede nombrar a alguien, Delegado de Nada. Así va el P. P. Mariano: cuidado con Javier, que se nos va con Pimentel…
Málaga, 17 Enero 2004.

30 mayo, 2006

PROXIMO EMBAJADOR EN TURQUIA.-

MARAGALL, ESTORBA.- No me extraña, porque nunca me resultó útil, conveniente, ni mucho menos, necesario. Pero, ahora, a quienes les estorba es, a todos los que se decían sus amigos y/o socios políticos.
A Montilla, porque quiere ser el candidato por su partido a la presidencia de la Generalidad. Lo poco que le importa a los socialistas, la moralidad de sus representantes: ni el cordobés podía llegar a mas, ni la Generalidad, a menos. A los de Convergencia, porque se unió demasiado a los de Izquierda Republicana. A estos, porque los fulminó siguiendo órdenes – creía que así salvaría el pellejo político – monclovitas. A Corto Zapatero, porque le apoyó en su discutida victoria ante Bono en las primarias aquellas y, ya se sabe, el encumbrado, no quiere que se lo recuerden: maldad humana, además de política, maldad de mal nacido.
Maragall es muy amigo del fundamentalista – y ex convicto – el turco Erdogán, ahora Primer Ministro de su país.
Paco Vázquez – el buen ex alcalde de La Coruña - otro que le estorbaba al demagogo de la Moncloa, está en la Santa Sede de embajador.
Moraleja: te veo en Ankara, Pascual.

29 mayo, 2006

QUIEREN JUECES POR ENCARGO.-

EL PSE ACUSA AL JUEZ MARLASCA DE COINCIDIR "MUCHO MÁS CON EL PP QUE CON EL GOBIERNO".-
Miguel Buen dijo este lunes que "difícilmente se pueden mezclar las acciones judiciales con la voluntad política de un gobierno", en alusión a la posibilidad de que el Ejecutivo influya en las decisiones de los jueces para favorecer a Batasuna. Pero el dirigente del PSE matizó después que, como "cualquier ciudadano, los jueces tienen sus tendencias políticas". Y apuntó que "quizá" la "forma de actuar" de Marlasca, que ha citado a declarar a Otegui, "coincida mucho más" con el PP que con el Gobierno. Mientras, el Ejecutivo podría adelantar el cese de Hernando al frente del CGPJ a través de dos enmiendas de IU y la sustitución de Grande Marlasca por un Garzón reincorporado, que “se deja querer” - el Poder Judicial sabrá "tener en cuenta" cuál es la "situación del momento" - afirmó. Entre tanto, Rosa Diez anima a su jefe político, a leerse el expediente criminal de Ternera, antes de negociar con él.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Miguel Buen hizo estas declaraciones al criticar al Gobierno vasco por haber calificado de "incomprensible" la citación de los batasunos y la verificación del alto el fuego. Buen instó a Miren Azcarate a "creerse más" la división de poderes, que "es la esencia de la política en democracia". "Quien piense que un gobierno democrático puede dar instrucciones a ningún juez está absolutamente equivocado", aseguró.
A continuación, Buen reflexionó sobre los motivos que pueden haber llevado al juez Fernando Grande Marlasca a citar a Otegui y otros miembros de Batasuna – ETA, que, sin embargo, están bien claros. "Otra cosa muy distinta", dijo, "es que, como cualquier ciudadano de este país, los jueces tengan sus tendencias políticas y que quizá la opinión del señor Grande Marlasca, incluso su forma de actuar, coincida mucho más, en estos momentos, con los deseos del PP que del Gobierno socialista, pero ahí me quedo".
Batasuna "debe estar" en la mesa de partidos.- El dirigente del PSE se mostró convencido de que "no está en riesgo" el proceso de paz y que "va a haber" mesa de partidos y que "se constituirá a medio plazo", y consideró que Batasuna-ETA, "con una representación legal y respetando las reglas del juego democrático, debe estar en ese foro porque representa una parte importante de este país". En cuanto a sus advertencias respecto a la actual situación, estimó que existe "una carga objetiva importante" en su discurso en función de que se da "un riego real de que el juez los envíe a prisión".
No obstante, criticó que sus dirigentes "hacen muy poco por cambiar esa situación", de forma que "hacen muchos discursos", pero "no dan el paso definitivo de condenar el terrorismo y manifestar claramente, sin discursos retóricos, que desean participar en política sin tutelas de ninguna banda terrorista y posicionándose con los demócratas al lado de las víctimas y contra el terrorismo". A su entender, "lo podrían hacer perfectamente, no lo hacen", de modo que, tras varios "atisbos" en declaraciones de sus dirigentes, "se quedaron ahí". Miguel Buen reiteró que el PSE trasladará a la mesa de partidos "la fórmula mejor para que los vascos se encuentren cómodos dentro del Estado español y, a través de esa inclusión, dentro de Europa", lo que, en su opinión, deberá "pasar por cesión de unos y otros en los planteamientos más extremos" y buscar "un consenso mayor" que el del Estatuto de Guernica y "concite el respaldo de fuerzas nacionalistas e incluso independentistas" y el de los que apuestan por "las mayores cuotas de autogobierno" pero con "una relación fraterna" con el resto de autonomías y "bajo el paraguas" del Estado español". Preguntado por la posibilidad de que el PSE pueda formar gobierno con Batasuna, aseguró que en su partido no existe "ninguna preocupación" – gobernar, “con quien sea y como sea” - por este aspecto y señaló que, por su parte, no descarta que "a medio o largo plazo se pueda producir con naturalidad", pero a corto plazo ve esta posibilidad "poco menos que imposible".