(TAMBIÉN SON CONOCIDOS, COMO ECOLOGISTAS TALIBANES). LOS BIOCARBURANTES: VENTAJAS E INCONVENIENTES.
Podemos definir a los biocarburantes como aquellos combustibles líquidos de origen biológico, que por sus características físico químicas resultan adecuados para sustituir a la gasolina o el gasóleo, bien sea de manera total, en mezcla con estos últimos o como aditivo. Estos productos se obtienen principalmente a partir de materia vegetal.
Actualmente se pueden encontrar dos grandes tipos de biocarburantes, el bioetanol, que sustituye a la gasolina y el biodiésel, que se puede utilizar en lugar del gasóleo. Este último se obtiene principalmente de plantas oleaginosas, tales como la colza, la soja o el girasol, si bien se pueden utilizar igualmente los aceites de fritura usados y las grasas animales. El biodiésel se utiliza en motores de comprensión, normalmente en forma de mezcla al 5% en los coches, hasta el 30% en las flotas autobuses urbanos y a menudo también en forma pura en los motores modificados.En España hay 12 plantas que producen biodiésel y decenas de ellas se encuentran en proyecto. Sin embargo, sólo 200 de las más de 8.500 gasolineras que funcionan en nuestro país, 125 de ellas en Cataluña, ofrecen biodiésel, mientras que en Alemania y Austria este producto se comercializa ya en 1.800 gasolineras. En nuestra ciudad, la Autoridad Portuaria ha hecho pública recientemente la adjudicación de una concesión con destino a la instalación de una planta de Biocombustible (Biodiésel) por un periodo de veintitrés años. La empresa adjudicataria, Biocarburantes del Estrecho S.L., ha informado que la planta proyectada tendrá capacidad para producir 200.000 toneladas de combustible al año, lo que la situaría como una de las mayores plantas de las muchas que están surgiendo en toda España para hacer frente a la demanda de biocombustible para el transporte.
La construcción costará 44 millones de euros, excluyendo el coste del terreno sobre el que asentará, en la ampliación del muelle para la terminal de contenedores. Una vez preparado el terreno, la planta podrá comenzar la producción en 14 o 16 meses, cuya materia prima será aceite de girasol o colza cultivado en España, donde la producción de ambos es mínima.
El biodiésel presenta una serie de ventajas frente a otros carburantes en los aspectos medioambientales, económicos y en lo concerniente a la seguridad y el transporte. Se trata de un combustible 100% vegetal y 100% biodegradable, además de ser una energía renovable e inagotable y no genera residuos tóxicos ni peligrosos. Una de sus principales ventajas medioambientales es que disminuye en un 90% las emisiones de CO2, contribuyendo a frenar el cambio climático. Por otro lado, el uso de aceites vegetales contribuye de manera significativa al suministro energético sostenible, lo que permite reducir la dependencia del petróleo.
Todo parece ser ventajas en el desarrollo de los biocombustibles, aunque también tienen sus inconvenientes. No conviene pasar por alto el considerable gasto de agua que presenta la producción de biodiésel en zonas con déficit hídrico, como es el caso de Ceuta, ya que el método convencional precisa entre cuatro y cinco toneladas de agua para producir una tonelada de biodiésel. Esto supondría un incremento de algo más de un 10 % del consumo total de agua en nuestra ciudad. Una cifra nada desdeñable que deberá tenerse muy en cuenta a la hora de evaluar el impacto ambiental de la instalación de la planta de biodiésel en Ceuta.
Quizás lo que más no preocupe de la futura instalación de una planta de biodiésel en Ceuta sea la ubicación prevista. Al tratarse de un complejo industrial estaría obligado a cumplir el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (Decreto 2414/1961) por lo que tendría que mantener una distancia de 2.000 metros al núcleo urbano más cercano. La realidad es que la ampliación del puerto, espacio donde se prevé la construcción de la planta de biodiésel se encuentra pegada a zonas densamente pobladas como es “Parque Ceuta”, a tan sólo 200 metros. El hecho de ignorar esta distancia podría acarrear molestias en forma de ruidos y olores a los vecinos más cercanos. Este aspecto tendría que ser convenientemente analizado y resuelto durante la tramitación del expediente de declaración de impacto ambiental.
Una planta de biodiésel, como cualquier otro tipo de instalación industrial, origina una serie de subproductos de la fabricación que requieren un tratamiento adecuado. En el caso concreto del biodiésel se produce una fracción importante de glicerina (aprox. un 10 %) a la que hay que dar una salida, ya sea introduciéndola en el mercado (algo difícil teniendo en cuenta los excedentes actuales) o por un proceso de eliminación. De igual modo, la planta tendrá que contar con un sistema de depuración para las aguas del proceso antes de verterlos al colector de la ciudad.
Como ven son muchas las cuestiones que tienen que resolverse para considerar acertada la idea de construir una planta de biodiésel en Ceuta. Los puntos más conflictivos son, sin duda, su ubicación y el importante volumen de agua que requiere este tipo de industria. Esperemos que tanto las administraciones implicadas como la empresa responsable de este proyecto informen con claridad y transparencia sobre las ventajas e inconvenientes de este proyecto industrial. Por nuestra parte, estaremos atentos al desarrollo de esta iniciativa e iremos aportando nuestro punto de vista según obtengamos información más precisa. Habrá que esperar, no obstante, a conocer el proyecto definitivo para hacer una valoración atinada y justa sobre su viabilidad ambiental.
Septem Nostra.
Pero hombre: ¿no quedamos en el calentamiento global y todo “eso”? Pues vamos a montar otra potabilizadora por ósmosis inversa, ya tenemos agua y se acabó el problema. Estos señores, nunca están contentos con nada.
Podemos definir a los biocarburantes como aquellos combustibles líquidos de origen biológico, que por sus características físico químicas resultan adecuados para sustituir a la gasolina o el gasóleo, bien sea de manera total, en mezcla con estos últimos o como aditivo. Estos productos se obtienen principalmente a partir de materia vegetal.
Actualmente se pueden encontrar dos grandes tipos de biocarburantes, el bioetanol, que sustituye a la gasolina y el biodiésel, que se puede utilizar en lugar del gasóleo. Este último se obtiene principalmente de plantas oleaginosas, tales como la colza, la soja o el girasol, si bien se pueden utilizar igualmente los aceites de fritura usados y las grasas animales. El biodiésel se utiliza en motores de comprensión, normalmente en forma de mezcla al 5% en los coches, hasta el 30% en las flotas autobuses urbanos y a menudo también en forma pura en los motores modificados.En España hay 12 plantas que producen biodiésel y decenas de ellas se encuentran en proyecto. Sin embargo, sólo 200 de las más de 8.500 gasolineras que funcionan en nuestro país, 125 de ellas en Cataluña, ofrecen biodiésel, mientras que en Alemania y Austria este producto se comercializa ya en 1.800 gasolineras. En nuestra ciudad, la Autoridad Portuaria ha hecho pública recientemente la adjudicación de una concesión con destino a la instalación de una planta de Biocombustible (Biodiésel) por un periodo de veintitrés años. La empresa adjudicataria, Biocarburantes del Estrecho S.L., ha informado que la planta proyectada tendrá capacidad para producir 200.000 toneladas de combustible al año, lo que la situaría como una de las mayores plantas de las muchas que están surgiendo en toda España para hacer frente a la demanda de biocombustible para el transporte.
La construcción costará 44 millones de euros, excluyendo el coste del terreno sobre el que asentará, en la ampliación del muelle para la terminal de contenedores. Una vez preparado el terreno, la planta podrá comenzar la producción en 14 o 16 meses, cuya materia prima será aceite de girasol o colza cultivado en España, donde la producción de ambos es mínima.
El biodiésel presenta una serie de ventajas frente a otros carburantes en los aspectos medioambientales, económicos y en lo concerniente a la seguridad y el transporte. Se trata de un combustible 100% vegetal y 100% biodegradable, además de ser una energía renovable e inagotable y no genera residuos tóxicos ni peligrosos. Una de sus principales ventajas medioambientales es que disminuye en un 90% las emisiones de CO2, contribuyendo a frenar el cambio climático. Por otro lado, el uso de aceites vegetales contribuye de manera significativa al suministro energético sostenible, lo que permite reducir la dependencia del petróleo.
Todo parece ser ventajas en el desarrollo de los biocombustibles, aunque también tienen sus inconvenientes. No conviene pasar por alto el considerable gasto de agua que presenta la producción de biodiésel en zonas con déficit hídrico, como es el caso de Ceuta, ya que el método convencional precisa entre cuatro y cinco toneladas de agua para producir una tonelada de biodiésel. Esto supondría un incremento de algo más de un 10 % del consumo total de agua en nuestra ciudad. Una cifra nada desdeñable que deberá tenerse muy en cuenta a la hora de evaluar el impacto ambiental de la instalación de la planta de biodiésel en Ceuta.
Quizás lo que más no preocupe de la futura instalación de una planta de biodiésel en Ceuta sea la ubicación prevista. Al tratarse de un complejo industrial estaría obligado a cumplir el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (Decreto 2414/1961) por lo que tendría que mantener una distancia de 2.000 metros al núcleo urbano más cercano. La realidad es que la ampliación del puerto, espacio donde se prevé la construcción de la planta de biodiésel se encuentra pegada a zonas densamente pobladas como es “Parque Ceuta”, a tan sólo 200 metros. El hecho de ignorar esta distancia podría acarrear molestias en forma de ruidos y olores a los vecinos más cercanos. Este aspecto tendría que ser convenientemente analizado y resuelto durante la tramitación del expediente de declaración de impacto ambiental.
Una planta de biodiésel, como cualquier otro tipo de instalación industrial, origina una serie de subproductos de la fabricación que requieren un tratamiento adecuado. En el caso concreto del biodiésel se produce una fracción importante de glicerina (aprox. un 10 %) a la que hay que dar una salida, ya sea introduciéndola en el mercado (algo difícil teniendo en cuenta los excedentes actuales) o por un proceso de eliminación. De igual modo, la planta tendrá que contar con un sistema de depuración para las aguas del proceso antes de verterlos al colector de la ciudad.
Como ven son muchas las cuestiones que tienen que resolverse para considerar acertada la idea de construir una planta de biodiésel en Ceuta. Los puntos más conflictivos son, sin duda, su ubicación y el importante volumen de agua que requiere este tipo de industria. Esperemos que tanto las administraciones implicadas como la empresa responsable de este proyecto informen con claridad y transparencia sobre las ventajas e inconvenientes de este proyecto industrial. Por nuestra parte, estaremos atentos al desarrollo de esta iniciativa e iremos aportando nuestro punto de vista según obtengamos información más precisa. Habrá que esperar, no obstante, a conocer el proyecto definitivo para hacer una valoración atinada y justa sobre su viabilidad ambiental.
Septem Nostra.
Pero hombre: ¿no quedamos en el calentamiento global y todo “eso”? Pues vamos a montar otra potabilizadora por ósmosis inversa, ya tenemos agua y se acabó el problema. Estos señores, nunca están contentos con nada.
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