28 julio, 2007

NI DESCUBRIMIENTO, NI DE JUDAS.-

Desde el momento en que leí que la Revista de la Sociedad Geográfica británica anunciaba un descubrimiento en este sentido, esperaba como agua de Mayo el número de su revista – a la que estoy suscrito – correspondiente precisamente a dicho mes, pues son gente seria – siglos ha - y no iban a intentar confundir o engañar a sus lectores. Desde la primera noticia – cuando su artículo estaba en prensa – intuí “camelo habemus”; los publicistas de la revista, no son tan serios como los editores. Además, la TV polancona, anunciaba reportaje ad hoc: seguro, era una trola. De la lectura del artículo, obtengo las siguientes conclusiones:
El “descubrimiento” tuvo lugar allá por los años setenta del siglo pasado en la ribera derecha del Nilo – entre El-Minya y el Monasterio de San Antonio - y el documento estuvo en manos de especuladores y tratantes de antigüedades, hasta el año 2000, vagando por Europa y los Estados Unidos, sin suerte. Y puesto que no se vendía ni a la de tres – rechazado lo fue por la Universidad de Yale, entre otros - decidieron sacarlo de su estado físico “cataléptico” y restaurarlo, con el apoyo económico de la citada revista: lógico, pues, era que intentase sacarle algún jugo. Los de Nacional Geographic, anuncian que sometido a la prueba del carbono 14, el manuscrito – escrito en copto - data de un día entre 220 y 340 d. J. C. así que, como el idioma de los Apóstoles antes de las lenguas de fuego era el arameo, lo escribió alguien que no lo había sido. Primer tapón, zurrapa.
El artículo se pierde después en un refrito de hechos objetivos – las primeras Epístolas de San Pablo datadas en su fecha – interpretaciones desenfocadas sobre las reacciones de Irineo, Obispo de Lyon, juzgadas a la luz de la actualidad y no de su época - 180 d. J. C. – o referencias al un gnosticismo cristiano trasnochado en la noche de los tiempos, o a los evangelios apócrifos.
Cuenta la anécdota de un sacerdote – monje en el Monasterio de San Antonio – que se tambaleó, turbado, al oir la hipótesis de que el señor Iscariote hubiese actuado como lo hizo, siguiendo instrucciones de su Maestro: aceptarla sería tanto como negar la Omnipotencia de Dios, quien hubiese necesitado del concurso de Judas, para que su Hijo, Salvase a la humanidad. De chirigota “golpista”.
Déjenos en paz los enemigos de Cristo. Ocúpense de sus cosas; la Fe para el que la “trabaja”. Y demuestren que tienen “peso específico en la entrepierna”, criticando al Islam. A que NO.
http://claridad-meridiana.blogspot.com/

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