09 mayo, 2006

CERRAR LA ONU Y REFORMAR LA OTAN.-


La ONU ha demostrado ser un gigante muy gastoso y un nido de corruptos. La Organización se mantiene gracias a la desproporcionada aportación de los Estados Unidos, quienes contribuyen mucho mas que cualquiera de los otros países miembros y, en la Asamblea General, tiene un voto como el resto. Es verdad que posee derecho de veto en el Consejo de Seguridad, pero también que los otros países – China, Rusia, Gran Bretaña y Francia – que tienen el mismo derecho, aportan, así mismo, mucho menos que la gran nación americana. Por otra parte, carece de sentido que países como Irán, Siria, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, o Sudan, por poner algún ejemplo, ostenten la misma representatividad que Alemania, Canadá o Australia, cuando sus decisiones dependen del pie con el que el “mandón” de turno se levante cada mañana.
Por todo lo expuesto, no sería de extrañar que, cualquier año de estos, los Estados Unidos decidiesen abandonar la ONU – es decir, la “dejasen caer” – para fundar una Liga de Naciones Democráticas.
Respecto de la OTAN, la amenaza global del Islam, reduce al absurdo la limitación al Atlántico Norte del ámbito de la Alianza. Como propuso nuestro Presidente Aznár – la cabeza mejor de España, en relación con la Política Exterior – se hace necesaria una reforma del Pacto – idealmente en el seno de la citada Liga - incorporando a países como India, Japón, Australia o Nueva Zelanda. Está muy claro que se contaría con las reticencias francesas – al menos en la Francia de Chirac, no sabemos si también en la de su Ministro del Interior – y de algún otro país de la Unión Europea, pero dado que la creación de una verdadera fuerza disuasoria por parte de esta resulta de todo punto imposible, los europeos, mas tarde o mas temprano, acabaremos coincidiendo en situarnos, con carácter definitivo, hasta que “escampe” en los campos islámicos, “bajo el paraguas” norteamericano. Y “eso”, conlleva ciertos costes de independencia de decisiones exteriores.
En relación con España, es impensable que los Rodríguez, Moratinos etc. estuvieran por la labor, pero también considero impensable que – después de la que están “liando” – los españoles vuelvan a depositar su confianza en “mindundis” de clase alguna, a menos que, mayoritariamente, decidan hacerse el harakiri. Puede que “la cosa” se ponga tan mal, que terminemos por llamar a Aznár, a gritos, como los británicos hicieron lo propio con Churchill, cuando Hitler comenzó a hacer de las suyas; el antes denostado Winston, se convertía en el hombre del momento, porque la mejor Alianza de Civilizaciones es derrotar al Islam y volverlo a colocar, en cuanto a poderío y amenaza virtual, donde está situado ideológicamente: en la Edad Media.

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