11 mayo, 2006

SEVILLA TUVO QUE SER.-


ME LO GUISO Y ME LO COMO.
ESTA NOTICIA, NO LA ENCONTRARAN EN “EL PAIS”.-
Se están investigando un total de nueve casos de personas que trabajan para el Ayuntamiento de Sevilla que, según los primeros indicios, han podido saltarse a la torera la normativa sobre contratación con la Administración, incurriendo en un delito de incompatibilidad al aprovechar su puesto de funcionario para, bien con su nombre, el de su cónyuge o el de sus hijos, optar a la adjudicación de obras o a concursos para adquirir inmuebles o solares. Se da la circunstancia, además, de que de estos nueve casos sospechosos hasta cinco atañen a personal de la Gerencia Municipal de Urbanismo, no de la cúpula de la institución pero sí de miembros de jefaturas medias, esto es, personas con cierto grado de responsabilidad en esta delegación, hecho de especial gravedad, pues podían manejar información privilegiada y haber incurrido en delito de tráfico de influencias para obtener esos réditos inmobiliarios o de suelo por los que ahora se les ha abierto expediente. Los otros cuatro investigados forman parte del cuerpo de operarios del Ayuntamiento en general y ya fuera de Urbanismo. Inquieta especialmente a la GMU, en este sentido, la posible relación de alguna de estas personas con empresas constructoras, promotoras o relacionadas con el ámbito inmobiliario, algo que se está indagando y que podría provocar que alguno pudiera pasar por los juzgados.
Estos expedientes son el fruto del exhaustivo rastreo que lleva realizando varios meses esta delegación municipal a raíz del caso de Juan José Conde. A este ex asesor del propio alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se le adjudicó un solar en su barrio, San Jerónimo, al que había optado en un concurso su esposa, Luisa Ruiz Regalado, pese a seguir formando parte del personal de la Administración, pues es chofer municipal. La GMU dio marcha atrás al proceso y anuló la adjudicación, otorgándosela a otro de los concursantes. Hasta ahora, el único requisito exigido por Urbanismo en su mesa de contratación para las adjudicaciones mediante concursos o las solicitudes de obras menores era una declaración jurada del aspirante, en la que éste debe dar constancia de que no forma parte del personal de las distintas administraciones, o no se es cónyuge, pareja sentimental, hijo o familiar directo de éstos. Eso hizo la mujer de Conde para optar al solar de San Jerónimo, por supuesto, mintiendo.
Aparte del tema de las facturas falsas – las obras que nunca existieron – “esto”. La verdad: estas gentes municipales sevillanas, no “paran”. Y que bien se sitúan; él de asesor, ella de chofer y nosotros, a pagar. Y, como no es Marbella y no hay “pantojeo”, nadie le hace caso.

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