El clima y los iconoclastas.-
Una familia protestante pasa una temporada en Málaga. «El carácter de los naturales de aquí es de lo más agradable. Nunca debería confundirse la seriedad castellana con lo divertido de un andaluz. Estos son como niños: alegres, amistosos y corteses. Cantan y bailan si tienen dos perras en sus bolsillos ¿Para qué trabajar? Como me decía un laborioso escocés: “Disfrutan diez veces más que nosotros”...». «Estamos un 12 de diciembre con las ventanas abiertas y un termómetro que no baja de los 65 ó 66 grados Fahrenheit. Me cuesta creer que exista este clima ...». «Salimos a cubierta y nos encontramos con el que barco estaba anclado en la bahía de Málaga. La ciudad presenta un excelente aspecto desde el mar. Yace protegida a ambos lados por elevadas colinas y montañas. La Catedral se levanta grandiosa aunque inacabada. Sonaban alborozadas las campanas de las iglesias, pero el ambiente no era el que estamos acostumbrados a presenciar un día de domingo en Inglaterra: no sólo las tiendas estaban abiertas, sino también los zapateros y los sastres trabajaban. Nuestra residencia es la Fonda, situada en la Alameda o paseo. Todas las ciudades españolas tienen su alameda. Esta es soberbia». Un «refinado entretenimiento» para una tarde de domingo: corrida de vacas con mujeres picadores: «No me refiero a una corrida de toros sino de vacas. Es una diversión en la que los picadores son mujeres. La mujer aparece montada en un burro con una pica, y a horcajadas como un hombre. Luego se suelta la vaca en el ruedo. La consecuencia es que el asno, perseguido por la vaca, le presenta a ésta su parte trasera. Los cuernos han sido manipulados, para que no puedan herir y asno y jinete son empujados hasta la saciedad. Para hacer más interesante la celebración, los jinetes son jóvenes negras (¿?). Aunque no es muy corriente, lo cierto es que constituye un entretenimiento refinado para ocupar la tarde del domingo».
En la tierra de María Santísima. «Hallo algo envidiable y placentero en el carácter de la gente de Málaga. Al contrario que en nuestro país, nadie parece necesitar nada (....) Hasta ahora, no he dicho nada de lo que más me disgusta: la adoración de la Virgen. En mi opinión lo destroza todo. «Las iglesias están llenas de sus imágenes, que son como grotescas muñecas, absurdamente vestidas. Están cubiertas de flores y se les da más relieve que al crucifijo. Me refirió un clérigo de Gibraltar que, en los últimos años, desgraciadamente, esta práctica de las imágenes se ha extendió mucho allí». «Me parece ahora que de toda España, Málaga es el lugar menos religioso y Sevilla el que más. A pesar de que esta última suele ser muy frecuentada por un gran concurso de visitantes, siempre ofrece un aspecto tranquilo, pacífico y además religioso»
Una familia protestante pasa una temporada en Málaga. «El carácter de los naturales de aquí es de lo más agradable. Nunca debería confundirse la seriedad castellana con lo divertido de un andaluz. Estos son como niños: alegres, amistosos y corteses. Cantan y bailan si tienen dos perras en sus bolsillos ¿Para qué trabajar? Como me decía un laborioso escocés: “Disfrutan diez veces más que nosotros”...». «Estamos un 12 de diciembre con las ventanas abiertas y un termómetro que no baja de los 65 ó 66 grados Fahrenheit. Me cuesta creer que exista este clima ...». «Salimos a cubierta y nos encontramos con el que barco estaba anclado en la bahía de Málaga. La ciudad presenta un excelente aspecto desde el mar. Yace protegida a ambos lados por elevadas colinas y montañas. La Catedral se levanta grandiosa aunque inacabada. Sonaban alborozadas las campanas de las iglesias, pero el ambiente no era el que estamos acostumbrados a presenciar un día de domingo en Inglaterra: no sólo las tiendas estaban abiertas, sino también los zapateros y los sastres trabajaban. Nuestra residencia es la Fonda, situada en la Alameda o paseo. Todas las ciudades españolas tienen su alameda. Esta es soberbia». Un «refinado entretenimiento» para una tarde de domingo: corrida de vacas con mujeres picadores: «No me refiero a una corrida de toros sino de vacas. Es una diversión en la que los picadores son mujeres. La mujer aparece montada en un burro con una pica, y a horcajadas como un hombre. Luego se suelta la vaca en el ruedo. La consecuencia es que el asno, perseguido por la vaca, le presenta a ésta su parte trasera. Los cuernos han sido manipulados, para que no puedan herir y asno y jinete son empujados hasta la saciedad. Para hacer más interesante la celebración, los jinetes son jóvenes negras (¿?). Aunque no es muy corriente, lo cierto es que constituye un entretenimiento refinado para ocupar la tarde del domingo».
En la tierra de María Santísima. «Hallo algo envidiable y placentero en el carácter de la gente de Málaga. Al contrario que en nuestro país, nadie parece necesitar nada (....) Hasta ahora, no he dicho nada de lo que más me disgusta: la adoración de la Virgen. En mi opinión lo destroza todo. «Las iglesias están llenas de sus imágenes, que son como grotescas muñecas, absurdamente vestidas. Están cubiertas de flores y se les da más relieve que al crucifijo. Me refirió un clérigo de Gibraltar que, en los últimos años, desgraciadamente, esta práctica de las imágenes se ha extendió mucho allí». «Me parece ahora que de toda España, Málaga es el lugar menos religioso y Sevilla el que más. A pesar de que esta última suele ser muy frecuentada por un gran concurso de visitantes, siempre ofrece un aspecto tranquilo, pacífico y además religioso»
No hay comentarios:
Publicar un comentario