10 agosto, 2007

FLORENTINO Y VILLAR Y MIR.-



LLEGAN A LAS MANOS... JUDICIALES.
El veraneo mallorquín es todo incluido y acoge con igual desenvoltura tanto a irreconciliables rivales políticos como a parejas disueltas – Alicia Koplowitz y Alberto Cortina – familiares con falta de sintonía – Leticia y Cristina – o capitanes del mundo empresarial envueltos en trifulcas pecuniarias. Y así llegamos a Florentino Pérez y el ex ministro Villar Mir, enfrentados racialmente en medio de la canícula por uno de los mayores negocios que ha dado Mallorca, la construcción y gestión de un hospital público a cambio de centenares de millones de euros. Ambos optaban a ese apetecible bocado a través de sus constructoras respectivas, ACS y OHL. Hoy, el desenlace se halla en manos del Tribunal Superior de Justicia de Baleares. Los portavoces de los gigantes del cemento coinciden en que la animadversión ha de ser muy acentuada, para que se alcancen estos extremos.
El nuevo hospital de Son Espases estuvo maldito desde su concepción. Su rocambolesca peripecia se inicia con la ubicación sombría en terrenos próximos al monasterio cisterciense de La Real. La profanación de los santos lugares vinculados a Ramón Llull en los alrededores de la capital no quedó impune. El desquite fue la pérdida del poder para la alcaldesa Catalina Cirer y el presidente Jaime Matas. Antes de llegar a tan trágico desenlace, la junta que tenía decidida la adjudicación a Villar Mir se detuvo en seco. Muy poderosos debían ser los argumentos del otro candidato para obtener esta paralización. Los trámites prosiguieron por caminos cada vez más laberínticos, hasta que llegó un momento en que nadie sabía cuál era el argumento decisivo para encomendar el centro hospitalario. Un representante de OHL viajó a Palma con la certeza de que iba a recoger el encargo, y se quedó congelado cuando se le comunicó que el agraciado era el todopoderoso Florentino.
Según sus próximos, Villar Mir se subía literalmente por las paredes. Cabe recordar que el ex ministro, por un lado, y el ex alto cargo de UCD, por otro, ya habían pugnado por la presidencia del Real Madrid. De inmediato, los servicios jurídicos de OHL interpusieron un recurso contencioso administrativo contra el gobierno autonómico, considerando nula la adjudicación al coloso rival. Aunque la reclamación se detiene de momento en esta fase incruenta, los litigantes llegaron a hablar de querellas criminales que destriparan los oscuros vericuetos del proceso de adjudicación. De paso, se lamentaron de su pésima suerte en todos los concursos convocados por Matas, frente a la extraordinaria fortuna que alcanzaba el ex presidente madridista en Baleares. Por si esto fuera poco, también acusaron al político conservador de haber cedido a la presión mediática para perjudicarles. Tras el cambio de color político en la región, las facturas de este desastre burocrático – si suponemos que no hubo nada más – deberá pagarlas el ejecutivo semi progresista.
Veraneante en Mallorca desde tiempo inmemorial, Florentino lleva anunciando desde antiguo su deseo de jubilarse en la isla. Pasea su discreción y las sucesivas reediciones del 'Pitina' por Puerto Portals, y esta misma semana se ha enterado de que su paquete accionarial en la constructora que preside ha sido desarbolado por los Albertos. Los castos mallorquines tienden a olvidar que el altísimo ejecutivo es sólo un peón de los hermanos March, primeros accionistas del tinglado y tan desconocidos en su tierra natal como en Tumbuctú. Sin desaprovechar ni un segundo de sus vacaciones, los gigantes empresariales siguen viendo a Mallorca como una tierra de promisión.
En la fotografía la primera piedra del Hospital, en 1945.

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