Cuando una ciudad, deja nacer en ella a personas de la categoría de Cánovas del Castillo, o del renombre universal de Pablo Ruiz Picasso y otros, es positivo detenerse para conocer algo de ella.
FUNDACIÓN. LOS FENICIOS.
Fenicia es en nombre de una antigua región y civilización semita, originaria de la costa oriental del Mediterráneo, en lo que corresponde aproximadamente al actual Líbano. El pueblo creador de esta cultura, los fenicios, que se autodenominaba kna'ani o ben kna'an, coincide con el pueblo cananeo de la Biblia, pero el nombre de fenicio se aplica más bien a los descendientes de los cananeos que habitaban en la franja costera desde Dor (actual Israel) hasta Arados, o Arwad (actual Siria), entre 1200 adC y la conquista musulmana. El pueblo fenicio contribuyó a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, aunque no se le considere como original creador de una gran cultura propia. Los fenicios utilizaban un alfabeto fonético, que los griegos adaptaron a su propia lengua y, con el tiempo, sirvió de modelo para los posteriores alfabetos occidentales. Este alfabeto constaba de 22 signos para las consonantes, y no tenia vocales, pero fue muy importante pues era sencillo y práctico, a diferencia de otros alfabetos coetáneos que sólo dominaban los escribas y altos funcionarios, tras un arduo aprendizaje. La cultura fenicia fue muy importante en su época pero, desgraciadamente, han quedado pocas huellas de su historia. Conocemos de su existencia, sobre todo, a través de los textos de otros pueblos que entraron en contacto con ellos, en particular los asirios, babilonios y, más tarde, los griegos. Se estudia principalmente en las ruinas de las ciudades que fueron colonias de Sidón o Tiro, como las de Cerdeña y Andalucía y, sobre todo, en las establecidas en la isla de Chipre.
La provincia malagueña estuvo habitada desde tiempos mucho más remotos y prueba de ello son el conjunto de dólmenes de Antequera, las pinturas rupestres de la Cueva de la Pileta en Benaoján, Cueva del Tesoro en Rincón de la Victoria o la cerámica encontrada en Nerja. En el lugar donde se asienta la ciudad, existía un poblamiento túrdulo.
La fundación de Antequera va ligada a la aparición del municipio romano de Antikaria donde existió el único Colegio de Pontífices de los Césares que hubo en España. Los restos de civilizaciones anteriores se hallan en la arqueología prehistórica y se manifiestan en poblados cuya datación oscila entre 2.000 y 2.500 años a.C., aunque otras opiniones los datan en unos 4.000 años. Los principales testigos de esta época son los dólmenes de Menga, Viera, El Romeral y El Alcaide, los tres primeros próximos a la ciudad y fácilmente visitables y el último cercano a Villanueva de Algaidas, considerados el mejor conjunto dolménico de España y cuyo principal exponente es el dólmen de Menga verdadero hito del megalitismo peninsular.
Los túrdulos fueron un pueblo prerromano asentado entre los valles del río Guadiana y el Guadalquivir, aproximadamente entre la Oretania y la Turdetania, cuya capital fue el antiguo oppidum de Ipolka, conocida como Obulco en tiempos de los romanos, y que se corresponde actualmente con la ciudad de Porcuna, en Jaén. Entre otras particularidades, se cree que se diferenciaban de los demás pueblos ibéricos en el idioma, supuestamente de origen tartesio.
Tartessos (griego:Τάρτησσος, latín: Tartessus) fue el nombre por el que los griegos conocían a la primera civilización de Occidente. Heredera de la cultura megalítica del suroeste ibérico, que se desarrolló supuestamente en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica. Tuvo por eje el río Tartessos, que los romanos llamaron luego Baetis (antes Oleum flumen río de aceite) y los árabes Guadalquivir (que significa río grande). Sin embargo, nada es seguro y varios autores tratan de situar el río Tartessos en las bocas del Odiel y el Tinto (ría de Huelva), en el Mar Menor, en las bocas del Guadiana o en el mismo Tajo. Los tartesios desarrollaron una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Herodoto, del siglo V a.C., que habla del rey Argantonio y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del siglo IV, del escritor romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada Ora maritima, poema en el que se describen las costas mediterráneas. Según el poeta, utilizó fuentes antiquísimas de autor desconocido. Una de estas fuentes data del siglo IV a.C., de la que Avieno escribió que era un "periplo", es decir, un viaje de navegación costera, realizado por un marino griego y cartaginés, en el que partiendo de las costas de Britannia o de Cornualles (Inglaterra) llegó hasta Massalia (Marsella). Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la Península Ibérica.
TARTESSOS: ORIGEN.
Se puede decir que Tartessos es la aculturación de las gentes indígenas por parte de los fenicios. Esta teoría se apoya en las cronologías de colonización y en los restos arqueológicos, como cerámicas de retícula bruñida, de barniz rojo y las representaciones religiosas, que claramente hacen referencias a diosas orientales como Astarté, notando que las letras t-r-t se semejan claramente a Tartessos y dioses como Baal o Melkhart (que bajo su forma de toro aparece representado en numerosas ocasiones). No está muy claro quiénes eran esos indígenas con los que se encontraron los fenicios. Algunos historiadores, creen que pudieron venir a la península junto a los Pueblos del Mar. Otros piensan que pudieron ser pueblos indoeuropeos, gentes que vinieron desde las estepas al norte del Cáucaso, que se asentaron sobre las gentes prehistóricas y podrían haber formado las culturas de El Argar o la de los Campos de urnas. Con la llegada de los fenicios se aculturizaron creando el reino de Tartessos.
TARTESSOS: REFERENCIAS HISTÓRICAS.
«Dicen que Tartessos es un río en la tierra de los íberos, llegando al mar por dos bocas y que entre esas dos bocas se encuentra una ciudad de ese mismo nombre. El río, que es el más largo de Iberia y tiene marea, llamado en días más recientes Baetis y hay algunos que piensan que Tartessos fue el nombre antiguo de Carpia, una ciudad de los íberos». En la Biblia aparecen referencias a un lugar llamado 'Tarshish', también conocido como 'Tarsis' o 'Tarsisch'. «En efecto, el Rey Salomón tenía naves de Tarsis en el mar junto con las naves de Hiram. Las naves de Tarsis venían una vez cada tres años y traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Antiguo Testamento, Libro de los Reyes I, 10-22». En la actualidad, no se cree que Salomón se refiriera a Tartessos, sino que se refería al puerto de Aqaba, en la península del Sinaí.
En un texto del Profeta Ezequiel (siglo VI a.C.) se comenta que Tiro comerciaba con Tarsis y en este caso es posible que sí se refiera a Tartessos, puesto que Fenicia ya había contactado con ellos. En la estela de Assarhaddon (siglo VII a.C.) aparece el nombre de Tarsis, pero no se puede referir a Tartessos porque los Asirios no tuvieron ninguna relación con el Mediterráneo Occidental. Los poetas Anacreonte y Estesícoro nombran a Tartessos al referirse al rey Gerión. Cuando el viajero Pausanias visitó Grecia en el siglo II a.C. (Paus. Desc. 6.XIX.3) vio dos cámaras en un santuario de Olimpia, que la gente de Elis afirmaba realizadas con bronce tartesio. Herodoto, habla sobre el rey Argantonio y de las relaciones de Tartessos con Grecia. Plinio y Justino hablan de Tartessos, pero de manera confusa e imprecisa.
Muchos creyeron (todavía se cree en la actualidad) que la Atlántida de Platón se refería a Tartessos. Otras teorías afirman que se refería al mundo Minoico de Creta, o a Chipre, o a Israel, o a Irlanda, o a Iberia y Marruecos a la vez, o incluso a Indonesia, entre otras hipótesis.
Fenicia es en nombre de una antigua región y civilización semita, originaria de la costa oriental del Mediterráneo, en lo que corresponde aproximadamente al actual Líbano. El pueblo creador de esta cultura, los fenicios, que se autodenominaba kna'ani o ben kna'an, coincide con el pueblo cananeo de la Biblia, pero el nombre de fenicio se aplica más bien a los descendientes de los cananeos que habitaban en la franja costera desde Dor (actual Israel) hasta Arados, o Arwad (actual Siria), entre 1200 adC y la conquista musulmana. El pueblo fenicio contribuyó a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, aunque no se le considere como original creador de una gran cultura propia. Los fenicios utilizaban un alfabeto fonético, que los griegos adaptaron a su propia lengua y, con el tiempo, sirvió de modelo para los posteriores alfabetos occidentales. Este alfabeto constaba de 22 signos para las consonantes, y no tenia vocales, pero fue muy importante pues era sencillo y práctico, a diferencia de otros alfabetos coetáneos que sólo dominaban los escribas y altos funcionarios, tras un arduo aprendizaje. La cultura fenicia fue muy importante en su época pero, desgraciadamente, han quedado pocas huellas de su historia. Conocemos de su existencia, sobre todo, a través de los textos de otros pueblos que entraron en contacto con ellos, en particular los asirios, babilonios y, más tarde, los griegos. Se estudia principalmente en las ruinas de las ciudades que fueron colonias de Sidón o Tiro, como las de Cerdeña y Andalucía y, sobre todo, en las establecidas en la isla de Chipre.
La provincia malagueña estuvo habitada desde tiempos mucho más remotos y prueba de ello son el conjunto de dólmenes de Antequera, las pinturas rupestres de la Cueva de la Pileta en Benaoján, Cueva del Tesoro en Rincón de la Victoria o la cerámica encontrada en Nerja. En el lugar donde se asienta la ciudad, existía un poblamiento túrdulo.
La fundación de Antequera va ligada a la aparición del municipio romano de Antikaria donde existió el único Colegio de Pontífices de los Césares que hubo en España. Los restos de civilizaciones anteriores se hallan en la arqueología prehistórica y se manifiestan en poblados cuya datación oscila entre 2.000 y 2.500 años a.C., aunque otras opiniones los datan en unos 4.000 años. Los principales testigos de esta época son los dólmenes de Menga, Viera, El Romeral y El Alcaide, los tres primeros próximos a la ciudad y fácilmente visitables y el último cercano a Villanueva de Algaidas, considerados el mejor conjunto dolménico de España y cuyo principal exponente es el dólmen de Menga verdadero hito del megalitismo peninsular.
Los túrdulos fueron un pueblo prerromano asentado entre los valles del río Guadiana y el Guadalquivir, aproximadamente entre la Oretania y la Turdetania, cuya capital fue el antiguo oppidum de Ipolka, conocida como Obulco en tiempos de los romanos, y que se corresponde actualmente con la ciudad de Porcuna, en Jaén. Entre otras particularidades, se cree que se diferenciaban de los demás pueblos ibéricos en el idioma, supuestamente de origen tartesio.
Tartessos (griego:Τάρτησσος, latín: Tartessus) fue el nombre por el que los griegos conocían a la primera civilización de Occidente. Heredera de la cultura megalítica del suroeste ibérico, que se desarrolló supuestamente en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica. Tuvo por eje el río Tartessos, que los romanos llamaron luego Baetis (antes Oleum flumen río de aceite) y los árabes Guadalquivir (que significa río grande). Sin embargo, nada es seguro y varios autores tratan de situar el río Tartessos en las bocas del Odiel y el Tinto (ría de Huelva), en el Mar Menor, en las bocas del Guadiana o en el mismo Tajo. Los tartesios desarrollaron una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Herodoto, del siglo V a.C., que habla del rey Argantonio y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del siglo IV, del escritor romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada Ora maritima, poema en el que se describen las costas mediterráneas. Según el poeta, utilizó fuentes antiquísimas de autor desconocido. Una de estas fuentes data del siglo IV a.C., de la que Avieno escribió que era un "periplo", es decir, un viaje de navegación costera, realizado por un marino griego y cartaginés, en el que partiendo de las costas de Britannia o de Cornualles (Inglaterra) llegó hasta Massalia (Marsella). Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la Península Ibérica.
TARTESSOS: ORIGEN.
Se puede decir que Tartessos es la aculturación de las gentes indígenas por parte de los fenicios. Esta teoría se apoya en las cronologías de colonización y en los restos arqueológicos, como cerámicas de retícula bruñida, de barniz rojo y las representaciones religiosas, que claramente hacen referencias a diosas orientales como Astarté, notando que las letras t-r-t se semejan claramente a Tartessos y dioses como Baal o Melkhart (que bajo su forma de toro aparece representado en numerosas ocasiones). No está muy claro quiénes eran esos indígenas con los que se encontraron los fenicios. Algunos historiadores, creen que pudieron venir a la península junto a los Pueblos del Mar. Otros piensan que pudieron ser pueblos indoeuropeos, gentes que vinieron desde las estepas al norte del Cáucaso, que se asentaron sobre las gentes prehistóricas y podrían haber formado las culturas de El Argar o la de los Campos de urnas. Con la llegada de los fenicios se aculturizaron creando el reino de Tartessos.
TARTESSOS: REFERENCIAS HISTÓRICAS.
«Dicen que Tartessos es un río en la tierra de los íberos, llegando al mar por dos bocas y que entre esas dos bocas se encuentra una ciudad de ese mismo nombre. El río, que es el más largo de Iberia y tiene marea, llamado en días más recientes Baetis y hay algunos que piensan que Tartessos fue el nombre antiguo de Carpia, una ciudad de los íberos». En la Biblia aparecen referencias a un lugar llamado 'Tarshish', también conocido como 'Tarsis' o 'Tarsisch'. «En efecto, el Rey Salomón tenía naves de Tarsis en el mar junto con las naves de Hiram. Las naves de Tarsis venían una vez cada tres años y traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Antiguo Testamento, Libro de los Reyes I, 10-22». En la actualidad, no se cree que Salomón se refiriera a Tartessos, sino que se refería al puerto de Aqaba, en la península del Sinaí.
En un texto del Profeta Ezequiel (siglo VI a.C.) se comenta que Tiro comerciaba con Tarsis y en este caso es posible que sí se refiera a Tartessos, puesto que Fenicia ya había contactado con ellos. En la estela de Assarhaddon (siglo VII a.C.) aparece el nombre de Tarsis, pero no se puede referir a Tartessos porque los Asirios no tuvieron ninguna relación con el Mediterráneo Occidental. Los poetas Anacreonte y Estesícoro nombran a Tartessos al referirse al rey Gerión. Cuando el viajero Pausanias visitó Grecia en el siglo II a.C. (Paus. Desc. 6.XIX.3) vio dos cámaras en un santuario de Olimpia, que la gente de Elis afirmaba realizadas con bronce tartesio. Herodoto, habla sobre el rey Argantonio y de las relaciones de Tartessos con Grecia. Plinio y Justino hablan de Tartessos, pero de manera confusa e imprecisa.
Muchos creyeron (todavía se cree en la actualidad) que la Atlántida de Platón se refería a Tartessos. Otras teorías afirman que se refería al mundo Minoico de Creta, o a Chipre, o a Israel, o a Irlanda, o a Iberia y Marruecos a la vez, o incluso a Indonesia, entre otras hipótesis.
En base a todo ello, Málaga fue una de las colonias comerciales fundadas por los fenicios de Tiro, desde el siglo VII a. d. C. éste periodo tuvo una duración aproximada según algunas fuentes, del 770 al 550 a. d. C. debido a las buenas condiciones para el atraque en su puerto natural al pie del monte Gibralfaro y la gran cantidad de yacimientos de plata y cobre, siendo bautizada con el nombre de Malaka (מלכה).
Gibralfaro es un monte de 131 metros de altitud, situado en la provincia de Málaga (España), en torno al cual los fenicios fundaron la actual ciudad de Málaga. A principios del siglo XIV, Yusuf I de Granada construyó en su cima el castillo homónimo, sobre un antiguo recinto fenicio que también contenía un faro, de donde proviene el nombre del cerro (Jbel-Faro, o roca del faro). Desde finales de 2005, el monte se encuentra cubierto por un espeso bosque de pinos y eucaliptos. En su falda, se encuentran los edificios históricos del Seminario y la Alcazaba.
Entre las actividades económicas que esta colonia desarrolló, hay que hacer referencia a las industrias pesqueras destinadas a la producción de púrpura y a la salazón; y llegaron a acuñar moneda.
El púrpura es un color cuyo tinte se obtenía en la antigüedad de algunas especies de moluscos gasterópodos del género Murex – Murex brandaris o Murex tinctorialis - una de cuyas especies se consume en España con el nombre de «cañadilla» o «cañaílla». La púrpura de Tiro se cotizaba a precios muy altos, sobre todo porque su obtención era trabajosa, necesitándose hasta 10000 animales para obtener un solo gramo. Desde el principio el alto precio justificó que se considerara al color púrpura símbolo de la realeza. La producción de la púrpura genuina cesó con la caída del Imperio Bizantino, empleándose desde entonces sucedáneos más baratos, como la cochinilla. Molusco gasterópodo marino comestible, con la concha provista de numerosas espinas y prolongada en un tubo largo y estrecho. Los romanos agregaban la cañailla (múrice) para obtener el tinte púrpura. En Andalucía la palabra cañadilla derivó a cañaílla.
Clase: gasterópodo. Orden: neogasteropoda. Familia: Muricidos. Genero: Murex. Hábitat: Fondos arenoso-fangosos o detríticos, cerca de las rompientes. Localización: Mediterráneo y Atlántico oriental. Se reproduce al final de la primavera poniendo los huevos en nidos blanquecinos esponjosos. Es un molusco depredador y carnívoro, se alimenta de otros moluscos bivalvos o gasterópodos.
En heráldica, el púrpura figura también con el nombre de "violado", y tiene la peculiaridad de comportarse como color y como metal, esto es, no rompe en ningún caso con la prohibición heráldica que impide colocar color sobre color y metal sobre metal.
Clase: gasterópodo. Orden: neogasteropoda. Familia: Muricidos. Genero: Murex. Hábitat: Fondos arenoso-fangosos o detríticos, cerca de las rompientes. Localización: Mediterráneo y Atlántico oriental. Se reproduce al final de la primavera poniendo los huevos en nidos blanquecinos esponjosos. Es un molusco depredador y carnívoro, se alimenta de otros moluscos bivalvos o gasterópodos.
En heráldica, el púrpura figura también con el nombre de "violado", y tiene la peculiaridad de comportarse como color y como metal, esto es, no rompe en ningún caso con la prohibición heráldica que impide colocar color sobre color y metal sobre metal.
FOLCLORE DE LA EPOCA.
En un mosaico hallado en las ruinas de Pompeya que se conserva en el Museo de Nápoles el que quizás constituye la prueba más sugerente acerca de la antigüedad y conexiones rituales de las pandas de verdiales con arcaicas fiestas mediterráneas precristianas. Esto es debido a la similitud existente entre los instrumentos, la manera de actuar y la vestimenta de estas pandas con el grupo de músicos representado en la catalogada como Scena comica con suonatori ambulanti. Se trata de una copia en mosaico romano del siglo I de una pintura helenística del siglo III a.C. En la Scena aparece un grupo de músicos de la antigüedad helénica que portan un pandero con cintas de adorno, unos crotalillos o platillos de bronce, una caracola que anuncia la llegada de los músicos, y una flauta doble tipo aulós. Además, dos de los cuatro músicos van tocados con adornos de flores en la cabeza, al estilo de los que los tontos (chascarrillo con el que se alude a los miembros de las pandas de verdiales por celebrar su Fiesta Mayor el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes) llevan en sus sombreros de palma. Todos esos objetos, excepto la flauta doble, son característicos de las pandas de verdiales malagueñas en la actualidad lo que sugiere la existencia de una continuidad en la tradición, celebrando el solsticio de invierno: los días comenzarían a ser más largos y las noches mas cortas.
Tomando de aquí y de allí.
En un mosaico hallado en las ruinas de Pompeya que se conserva en el Museo de Nápoles el que quizás constituye la prueba más sugerente acerca de la antigüedad y conexiones rituales de las pandas de verdiales con arcaicas fiestas mediterráneas precristianas. Esto es debido a la similitud existente entre los instrumentos, la manera de actuar y la vestimenta de estas pandas con el grupo de músicos representado en la catalogada como Scena comica con suonatori ambulanti. Se trata de una copia en mosaico romano del siglo I de una pintura helenística del siglo III a.C. En la Scena aparece un grupo de músicos de la antigüedad helénica que portan un pandero con cintas de adorno, unos crotalillos o platillos de bronce, una caracola que anuncia la llegada de los músicos, y una flauta doble tipo aulós. Además, dos de los cuatro músicos van tocados con adornos de flores en la cabeza, al estilo de los que los tontos (chascarrillo con el que se alude a los miembros de las pandas de verdiales por celebrar su Fiesta Mayor el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes) llevan en sus sombreros de palma. Todos esos objetos, excepto la flauta doble, son característicos de las pandas de verdiales malagueñas en la actualidad lo que sugiere la existencia de una continuidad en la tradición, celebrando el solsticio de invierno: los días comenzarían a ser más largos y las noches mas cortas.
Tomando de aquí y de allí.
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