DOS MUERTOS EN RECOLETOS.-
Confirmando noticias anteriores podemos decir que en el primer andén de la derecha del paseo de Recoletos, junto al tercer árbol, cayó muerto un alférez de complemento del Cuerpo Jurídico Militar. En el mismo andén, junto al séptimo árbol, cayó muerto un picador de Caballería, y junto a él, herida de bala y en estado gravísimo, fue recogida otra persona que aún no ha sido identificada.
El cadáver del alférez fue llevado al vestíbulo de Correos. Tiene una herida de bala en la cabeza. El guardia civil que mantuvo el diálogo con el coronel se llama Ascasio López, y su compañero, Angel del Val. La primera pareja que entró a auxiliarles estaba formada por los guardias Ildefonso Fernández y Aticino Bueno.
MÁS GUARDIAS DE ASALTO HERIDOS.-
Además de los guardias de asalto que han sido asistidos en la Casa de Socorro del Hospicio, se sabe que están heridos de bala los guardias Emilio Cordero, José Gea Sánchez y Enrique Villacañas.
EL DIRECTOR GENERAL DE SEGURIDAD, EN EL TIROTEO. MENOS LOBOS...
Como nota de información podemos decir que cuando se inició el tiroteo en la calle del Conde de Xiquena, el director general de Seguridad, señor Menéndez, se puso a la cabeza de los guardias de asalto y fue el primero en hacer fuego con un rifle.
TRASLADO DE DETENIDOS.
A las seis y media de la mañana han llegado a la Dirección General de Seguridad de veinte a treinta paisanos detenidos en el palacio de Comunicaciones. El jefe superior de Policía procede a tomar las primeras declaraciones.
AL CIERRE DE NUESTRA EDICIÓN.
En la necesidad de cerrar la edición, pues el gobernador civil de Madrid nos comunica que no se permitirán ediciones extraordinarias, resumiremos las noticias que llegan hasta nosotros:
- Al alférez muerto se le ha ocupado una pistola ametralladora.
- Entre los militares detenidos figuran el general Fernández Pérez y el teniente coronel Ugarte.
- Hay heridos, como consecuencia de los sucesos, en las Casas de Socorro del Hospicio y de los Cuatro Caminos y en el Equipo Quirúrgico.
- Los escasísimos soldados que fueron arrastrados al movimiento pertenecen a la Remonta.
- El número de detenidos hasta ahora es, aproximadamente, de doscientos.
LA ACTITUD DEL SEÑOR MENÉNDEZ.
Inmediatamente después de ocurridos los sucesos en la calle del Conde de Xiquena, el director general de Seguridad se dirigió al ministerio de la Guerra para visitar al Sr. Azaña. Cuando subía la escalera principal fue avisado de que acababa de llegar a la Cibeles una camioneta con fuerzas de Caballería al mando de un teniente y un alférez. Inmediatamente, el director general de Seguridad bajó y ordenó al teniente coronel Sr. Panguas que conminara al teniente que mandaba las fuerzas de la camioneta para que se presentara en el ministerio de la Guerra y explicara su presencia en aquel lugar. El Sr. Panguas cumplimentó la orden, pero el teniente le replicó que no podía explicar su permanencia allí.
Entonces el director general de Seguridad se dirigió personalmente a la Cibeles, requiriendo al oficial nuevamente para que explicara la razón de su presencia y en virtud de qué órdenes se encontraba allí.
- No puedo decirlo replicó el teniente-. Estoy aquí por razones que no puedo comunicar a usted.
- Pues tengo orden de que usted se presente al ministro de la Guerra.
TEXTO DEL MANIFIESTO DEL GENERAL SANJURJO.
Huelva, 10 (12 n.).- Se conoce el texto del manifiesto que, firmado por el general Sanjurjo, ha sido repartido profusamente por Sevilla. En él se dice:
"Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y nos mueve a procurarla. No hay atentado que no se haya cometido, abuso que no se haya perpetrado ni inmoralidad que no haya descendido a todos los órdenes de la Administración pública, para provecho o para el despilfarro escandaloso. La fuerza ha sustituido al derecho, la arbitrariedad a la ley, la licencia a la disciplina. La violencia se ha erigido en autoridad y la obediencia se ha rebajado a la sumisión. La incapacidad se impone donde la competencia se exhibía. El despotismo hace veces de valor y de honor de la desvergüenza. Ni los braceros del campo, ni los propietarios, ni los patronos, ni los obreros, ni los capitalistas que trabajan, ni los trabajadores ocupados o en huelga forzosa, ni el productor, ni el artesano, ni el empleado, ni los militares, ni los eclesiásticos, nadie siente la interior satisfacción de la tranquilidad de una vida pública jurídicamente ordenada, la seguridad de un patrimonio legítimamente adquirido. La inviolabilidad del hogar sagrado, la plenitud de vivir en el seno de una nación civilizada; de todo este desastre brota espontáneamente la rebelión de las almas que viven sin esperanza.
"No nos impresiona la emoción de la violencia dimanante del dramatismo de un levantamiento para el triunfo del pueblo. Las angustias del país nos emocionan profundamente. La revolución será siempre un crimen o una locura dondequiera que prevalezca la justicia y el derecho, pero no es justicia ni derecho donde prevalezca la tiranía, medios justificativos que copiamos de la revolución que se hizo en abril de 1931. Momentos mucho más desdichados que aquéllos fueron otros de año y medio de sectarismo tiránico de la economía nacional, que ha sufrido el quebranto de miles de millones; se ha hecho mofa y escarnio en el Parlamento de lo más fuertemente arraigado en la mayoría de los españoles; se han destrozado los organismos de defensa e insultado groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado la criminalidad de modo alarmante. El parao forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria a muchos miles de obreros. No se ha tenido en varios meses ni un día de sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante del incendio, huelgas revolucionarias, robos, atracos y amenazas. Las leyes de excepción nos privan más que nunca de los derechos ciudadanos, y por si estos y otros males fueran pocos, se han alentado imprudentemente los sentimientos de varias regiones y envenenado aspiraciones que podían ser legítimas en su origen, poniendo en peligro inminente la integridad de España.
"Por amor a España y por imperativos de nuestra conciencia y nuestro deber, que nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas las funciones del poder público con el carácter de Junta provisional. Las Cortes, que eran ilegítimas en su origen por el régimen de terror en que fueron convocadas y erigidas, y facciosas por la prorrogación de sus funciones a extremos ni siguiera consignados en su propia convocatoria, han sido disueltas. No venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a libertar a España de la alarma, que sólo en un año ha ocasionado daños tan gravísimos en lo material y en lo moral. La forma en que los Poderes del Estado han de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos designados en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni coacciones que impidan manifestarse libremente la voluntad individual de los electores.
"Para ello es preciso, ante todo, que la paz y la disciplina sociales se restablezcan en beneficio de todas las clases y no en el de una sola de ellas, de modo que los actos políticos de todas las tendencias puedan celebrarse en un ambiente de tolerancia y de respeto mutuo, sin que las gentes pacíficas se vean amenazadas, como en el último simulacro de elecciones, por bandas de forajidos.
"Los poderes que esta Junta provisional asume durarán el tiempo indispensable para restablecer la disciplina, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier Parlamente que la nación elija; pero durante ese período de restauración de la paz pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos de terrorismo a que acabamos de poner término, y sobre todo de cuantos estén al servicio de los organizaciones extranjeras, cuyo fin esencial es el de introducir y fomentar la discordia interna en las naciones, organizaciones que por lo que aquí respecta quedan desde este momento declaradas fuera de la ley.
"España necesita de todos sus hijos, y a todos hace un llamamiento apremiante para que con fe y energía nos ayuden y alienten en nuestra obra de reconstrucción, y, sobre todo, truequen en amor el odio que estimula la innoble lucha de clases que convierte las relaciones económicas entre obreros y patronos en una lucha más propia de pueblos y tiempos bárbaros que de una nación civilizada.
»Intelectuales, técnicos y funcionarios de todo orden: poned a contribución de la hermosa obra que nos proponemos vuestra inteligencia, conocimiento y honrado trabajo, origen de ideas salvadoras, provechosas iniciativas y rendimientos admirables. A todos, repetimos, requerimos para que cooperen a dotar a España de instituciones estables, a instaurar la paz interior desaparecida, a reconstituir su economía sobre la base de la estricta justicia social, sin la que no hay dicha verdadera; a imponer la libertad, que respeta todos los derechos legítimos, reconoce y acata las justas jerarquías y hace cumplir todos los deberes naturales y sociales.
"Sólo a estos fines responderán los decretos de la Junta provisional, y para ello requiere la colaboración de todos los ciudadanos. La cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza, si se produjera cualquier intento perturbador, para reprimirlo de un modo severo.
"¡Viva España y viva la soberanía nacional!"
Confirmando noticias anteriores podemos decir que en el primer andén de la derecha del paseo de Recoletos, junto al tercer árbol, cayó muerto un alférez de complemento del Cuerpo Jurídico Militar. En el mismo andén, junto al séptimo árbol, cayó muerto un picador de Caballería, y junto a él, herida de bala y en estado gravísimo, fue recogida otra persona que aún no ha sido identificada.
El cadáver del alférez fue llevado al vestíbulo de Correos. Tiene una herida de bala en la cabeza. El guardia civil que mantuvo el diálogo con el coronel se llama Ascasio López, y su compañero, Angel del Val. La primera pareja que entró a auxiliarles estaba formada por los guardias Ildefonso Fernández y Aticino Bueno.
MÁS GUARDIAS DE ASALTO HERIDOS.-
Además de los guardias de asalto que han sido asistidos en la Casa de Socorro del Hospicio, se sabe que están heridos de bala los guardias Emilio Cordero, José Gea Sánchez y Enrique Villacañas.
EL DIRECTOR GENERAL DE SEGURIDAD, EN EL TIROTEO. MENOS LOBOS...
Como nota de información podemos decir que cuando se inició el tiroteo en la calle del Conde de Xiquena, el director general de Seguridad, señor Menéndez, se puso a la cabeza de los guardias de asalto y fue el primero en hacer fuego con un rifle.
TRASLADO DE DETENIDOS.
A las seis y media de la mañana han llegado a la Dirección General de Seguridad de veinte a treinta paisanos detenidos en el palacio de Comunicaciones. El jefe superior de Policía procede a tomar las primeras declaraciones.
AL CIERRE DE NUESTRA EDICIÓN.
En la necesidad de cerrar la edición, pues el gobernador civil de Madrid nos comunica que no se permitirán ediciones extraordinarias, resumiremos las noticias que llegan hasta nosotros:
- Al alférez muerto se le ha ocupado una pistola ametralladora.
- Entre los militares detenidos figuran el general Fernández Pérez y el teniente coronel Ugarte.
- Hay heridos, como consecuencia de los sucesos, en las Casas de Socorro del Hospicio y de los Cuatro Caminos y en el Equipo Quirúrgico.
- Los escasísimos soldados que fueron arrastrados al movimiento pertenecen a la Remonta.
- El número de detenidos hasta ahora es, aproximadamente, de doscientos.
LA ACTITUD DEL SEÑOR MENÉNDEZ.
Inmediatamente después de ocurridos los sucesos en la calle del Conde de Xiquena, el director general de Seguridad se dirigió al ministerio de la Guerra para visitar al Sr. Azaña. Cuando subía la escalera principal fue avisado de que acababa de llegar a la Cibeles una camioneta con fuerzas de Caballería al mando de un teniente y un alférez. Inmediatamente, el director general de Seguridad bajó y ordenó al teniente coronel Sr. Panguas que conminara al teniente que mandaba las fuerzas de la camioneta para que se presentara en el ministerio de la Guerra y explicara su presencia en aquel lugar. El Sr. Panguas cumplimentó la orden, pero el teniente le replicó que no podía explicar su permanencia allí.
Entonces el director general de Seguridad se dirigió personalmente a la Cibeles, requiriendo al oficial nuevamente para que explicara la razón de su presencia y en virtud de qué órdenes se encontraba allí.
- No puedo decirlo replicó el teniente-. Estoy aquí por razones que no puedo comunicar a usted.
- Pues tengo orden de que usted se presente al ministro de la Guerra.
TEXTO DEL MANIFIESTO DEL GENERAL SANJURJO.
Huelva, 10 (12 n.).- Se conoce el texto del manifiesto que, firmado por el general Sanjurjo, ha sido repartido profusamente por Sevilla. En él se dice:
"Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y nos mueve a procurarla. No hay atentado que no se haya cometido, abuso que no se haya perpetrado ni inmoralidad que no haya descendido a todos los órdenes de la Administración pública, para provecho o para el despilfarro escandaloso. La fuerza ha sustituido al derecho, la arbitrariedad a la ley, la licencia a la disciplina. La violencia se ha erigido en autoridad y la obediencia se ha rebajado a la sumisión. La incapacidad se impone donde la competencia se exhibía. El despotismo hace veces de valor y de honor de la desvergüenza. Ni los braceros del campo, ni los propietarios, ni los patronos, ni los obreros, ni los capitalistas que trabajan, ni los trabajadores ocupados o en huelga forzosa, ni el productor, ni el artesano, ni el empleado, ni los militares, ni los eclesiásticos, nadie siente la interior satisfacción de la tranquilidad de una vida pública jurídicamente ordenada, la seguridad de un patrimonio legítimamente adquirido. La inviolabilidad del hogar sagrado, la plenitud de vivir en el seno de una nación civilizada; de todo este desastre brota espontáneamente la rebelión de las almas que viven sin esperanza.
"No nos impresiona la emoción de la violencia dimanante del dramatismo de un levantamiento para el triunfo del pueblo. Las angustias del país nos emocionan profundamente. La revolución será siempre un crimen o una locura dondequiera que prevalezca la justicia y el derecho, pero no es justicia ni derecho donde prevalezca la tiranía, medios justificativos que copiamos de la revolución que se hizo en abril de 1931. Momentos mucho más desdichados que aquéllos fueron otros de año y medio de sectarismo tiránico de la economía nacional, que ha sufrido el quebranto de miles de millones; se ha hecho mofa y escarnio en el Parlamento de lo más fuertemente arraigado en la mayoría de los españoles; se han destrozado los organismos de defensa e insultado groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado la criminalidad de modo alarmante. El parao forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria a muchos miles de obreros. No se ha tenido en varios meses ni un día de sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante del incendio, huelgas revolucionarias, robos, atracos y amenazas. Las leyes de excepción nos privan más que nunca de los derechos ciudadanos, y por si estos y otros males fueran pocos, se han alentado imprudentemente los sentimientos de varias regiones y envenenado aspiraciones que podían ser legítimas en su origen, poniendo en peligro inminente la integridad de España.
"Por amor a España y por imperativos de nuestra conciencia y nuestro deber, que nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas las funciones del poder público con el carácter de Junta provisional. Las Cortes, que eran ilegítimas en su origen por el régimen de terror en que fueron convocadas y erigidas, y facciosas por la prorrogación de sus funciones a extremos ni siguiera consignados en su propia convocatoria, han sido disueltas. No venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a libertar a España de la alarma, que sólo en un año ha ocasionado daños tan gravísimos en lo material y en lo moral. La forma en que los Poderes del Estado han de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos designados en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni coacciones que impidan manifestarse libremente la voluntad individual de los electores.
"Para ello es preciso, ante todo, que la paz y la disciplina sociales se restablezcan en beneficio de todas las clases y no en el de una sola de ellas, de modo que los actos políticos de todas las tendencias puedan celebrarse en un ambiente de tolerancia y de respeto mutuo, sin que las gentes pacíficas se vean amenazadas, como en el último simulacro de elecciones, por bandas de forajidos.
"Los poderes que esta Junta provisional asume durarán el tiempo indispensable para restablecer la disciplina, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier Parlamente que la nación elija; pero durante ese período de restauración de la paz pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos de terrorismo a que acabamos de poner término, y sobre todo de cuantos estén al servicio de los organizaciones extranjeras, cuyo fin esencial es el de introducir y fomentar la discordia interna en las naciones, organizaciones que por lo que aquí respecta quedan desde este momento declaradas fuera de la ley.
"España necesita de todos sus hijos, y a todos hace un llamamiento apremiante para que con fe y energía nos ayuden y alienten en nuestra obra de reconstrucción, y, sobre todo, truequen en amor el odio que estimula la innoble lucha de clases que convierte las relaciones económicas entre obreros y patronos en una lucha más propia de pueblos y tiempos bárbaros que de una nación civilizada.
»Intelectuales, técnicos y funcionarios de todo orden: poned a contribución de la hermosa obra que nos proponemos vuestra inteligencia, conocimiento y honrado trabajo, origen de ideas salvadoras, provechosas iniciativas y rendimientos admirables. A todos, repetimos, requerimos para que cooperen a dotar a España de instituciones estables, a instaurar la paz interior desaparecida, a reconstituir su economía sobre la base de la estricta justicia social, sin la que no hay dicha verdadera; a imponer la libertad, que respeta todos los derechos legítimos, reconoce y acata las justas jerarquías y hace cumplir todos los deberes naturales y sociales.
"Sólo a estos fines responderán los decretos de la Junta provisional, y para ello requiere la colaboración de todos los ciudadanos. La cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza, si se produjera cualquier intento perturbador, para reprimirlo de un modo severo.
"¡Viva España y viva la soberanía nacional!"
FOTOGRAFIAS.
LA ESPAÑA DE ENTONCES.
1.- Manifestación de sufragistas.
2.- Manifestación pidiendo a San Antonio, un novio. En algunos casos, se comprende la necesidad de la intercesión del Santo, "gran figura" para Dominguín padre.
3.- Luchadoras del Circo Price. Jindama por doquier.
4.- Lavaderos públicos en el río Manzanares. ¿Qué hacían los Borbones aparte de fornicar?
5.- Fusilamiento del General Fanjul - pocos años después - tras fracasar en Madrid. Se "encerró" en el Cuartel de La Montaña; debió salir y "barrer" a la chusma.
6.- Casimiro Municio, verdugo de Madrid, que se relamía de gusto en público, pensando en ajusticiar al General Sanjurjo. No sobrevivió a la Guerra Civil. Justo y necesario.
7.- Portada de una biografía escrita por su sobrino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario