06 agosto, 2007

Y EL CONVOY PASO EL ESTRECHO.-



AYER FUE LA EFEMERIDES DEL “CONVOY DE LA VICTORIA”. 5 DE AGOSTO 1936. UN CONVOY MARÍTIMO PASA EL ESTRECHO DE GIBRALTAR. "TENGO QUE PASAR Y PASARE". Y PASO.
El relativo control del Estrecho por la flota republicana impidió el traslado inmediato y masivo del ejército de África, que se encontraba en el puerto de Ceuta. Estas unidades republicanas se refugiaban en la bahía de Tánger, el General Franco protestó ante las autoridades internacionales esta protección a esos buques, puesto que en consonancia con la legislación que gobernaba la ciudad y su pequeño hinterland, declarados neutrales, ninguna nave de guerra en estado de beligerancia podía hacer uso de las aguas de la bahía y puerto de Tánger. El gobierno de la República intentó obtener del Comité de control, "Medub", una benevolencia imposible. El General Franco fue terminante en sus escritos a las autoridades en Tánger, esta primera carta tiene fecha 20 de julio, después hubo cuatro más, y el 9 de agosto el comité de control de Tánger, evacuo a los navíos en aguas de Tánger.
El paso de un convoy marítimo con tropas era de vital importancia, las fuerzas están muy igualadas en la península. El 20 de Julio de 1936, se celebra la Circunscripción Occidental una importante reunión, estando presente el General Kindelán, los Tenientes Coroneles Sáenz de Buruaga, Yagüe y Beigbeder así cómo jefe de estado mayor y de aviación y el Comandante del cañonero Dato, Manuel Súnico, con el fin de ultimar el paso de las tropas. En un principio se estudió el paso del Convoy nocturno, se desechó, ya que los barcos republicanos reforzaban la vigilancia del Estrecho, al no estar hostigado por los aviones. Se habla en la reunión que no puede existir el aspecto sorpresa ya que habría que cargar el convoy, con soldados y armamentos, a la vista de todo el mundo. Franco, al comenzar la reunión, había trazado rápidamente sobre una cuartilla los contornos de las costas africanas y la península, y con punto indico el Monte Hacho, escucho atentamente los argumentos de cada uno y al concluir sus exposiciones exclamo, "¡Pero yo tengo que pasar y pasaré!".
El 1 de agosto, el jefe de las fuerzas navales, Capitán de Navío Jesús Mª Majón, recibió en Tetuán la orden del General Franco, entregándola en Ceuta al Comandante del cañonero Dato y Jefe del convoy marítimo, Manuel Súnico, para que estuvieran preparados y comenzar a embarcar en los buques en cualquier momento. La orden definitiva llegó el 4 de agosto, durante toda la madrugada estuvieron cargando los barcos. Él número exacto de hombres varía según los investigadores, en lo que están de acuerdo es que debió oscilar entre 1700 y 1800, lo que sí parece claro es que ninguno lo estima en mas de 2000. A bordo de los buques preparados en el puerto de Ceuta se encontraban la 1ª bandera de la Legión, el 3º Tabor de Regulares de Melilla, material de transmisiones, cuatro morteros y 13 hombres de Regulares de Ceuta, personal que faltaba del Tercer Tabor de Regulares de Larache, 76 hombres de Automovilismo, dos auto-ambulancias, una estación radio-automóvil una batería de 10,5 (42 hombres) con dos módulos de municiones y dos millones de cartuchos. La protección del Convoy por parte de la aviación era uno de los pilares donde se asentaba el éxito de la operación. Estos aparatos mantendrían bloqueada a la escuadra republicana situada en Tánger y la zona del sudeste. Cuentan con dos hidros de la base, dos patrullas de tres Breguet XIX cada una, dos Newport, tres trimotores Fokker y tres Savoia. El resto del material permanecerá durante todo el día en el Aeródromo de Tetuán, cargado y en alerta. A las 6 de la mañana despegaron dos patrullas de Breguet XIX y a continuación cada cinco minutos, las diferentes unidades. Franco llegó a Ceuta, desde la vecina ciudad de Tetuán, tras visitar la Circunscripción, asistió a una misa en el Santuario de Santa Mª de África, trasladándose a continuación hacia el Monte Hacho, situando su cuartel general en el mirador natural, junto a la Ermita de San Antonio, desde donde controlaba perfectamente la línea que deben llevar los buques hasta Algeciras. Le acompañan, el General Luís Orgaz, el General Alfredo Kindelán y el Teniente Coronel de la Guardia civil y unos prismáticos Zeiss Ikon Jena, con una luminosidad espectacular, 18 x 50, que conservo. El Teniente Coronel Juan Yagüe se encuentra en el puerto ceutí en constante comunicación con el General Franco. Los aviones exploran el área del estrecho para poder comprobar si existe algún barco republicano en un área de 50 kilómetros. Estos aviones tendrán diferentes objetivos que cumplir, por una parte los dos hidros de Ceuta y las dos patrullas de Breguet XIX, cubrirán los ejes de Algeciras y Ceuta, una a cada lado del eje, así como los dos Newport; los tres trimotores Fokker actuarán a la derecha del eje y en una zona comprendida entre Estepona y la ciudad costera del protectorado Río Martín y Punta Europa (Algeciras) y desde las aguas jurisdiccionales de Gibraltar a Punta Almina (Ceuta). Por otra parte, los tres trimotores Savoia actuaran a la izquierda del eje entre cabo Trafalgar y cabo Espartel. Los hidros, también se utilizaran para impedir que ningún submarino pueda atacar al convoy, por este motivo estos volaran a una altura inferior a los 200 metros. A las siete y veinte minutos, fueron arrojadas tres bombas de humo blanco al puerto de Ceuta era la señal de la partida, pero casi al mismo tiempo se ordena suspender la partida ya que los aviones de vigilancia habían descubierto dos destructores republicanos, siendo bombardeados. Uno de estos buques, el Lepanto, fue tocado y tuvo que refugiarse en Gibraltar, con 4 muertos y varios heridos, el otro destructor pudo marchar hacia Málaga.
El General Franco ordenó al jefe de aviación Alfredo Kindelán, que negaran las autoridades británicas el acceso a puerto del destructor republicano, su solicitud fue concedida y al buque republicano sólo se le permitió desembarcar sus fallecidos y heridos. Debido a este contratiempo se ordena la suspensión del Convoy hasta las 16,30. Cuando se vuelve a reanudar la partida se sitúa en cabeza del convoy el patrullero Uad-Kert y el cañonero Dato, y tras estos los transbordadores Ciudad de Ceuta y de Algeciras y el vetusto vapor Arango, seguido del remolcador Benot. A poco de salir, el Benot – como estaría el “pobre” - debido a la fuerte marejada de levante, se vio obligado a volver. Las diferentes velocidades hicieron que la formación se convirtiese en una fila con grandes intervalos, los correos pasaron al Uad-Kert, viendo el cañonero Dato que se alejaban, puso toda velocidad para protegerlos, pasando al Uad-Kert y colocándose en el centro de la línea. Al encontrarse como a unas cinco millas de Punta Carnero, apareció el destructor republicano Alcalá-Galiano, que venia del noroeste, realizando varias descargas el cañonero Dato atravesando la línea del convoy, a unos cuarenta y cinco grados metió a estribor y atacó al destructor. El General Franco ordena, ante el temor de que el destructor republicano continúe atacando despeguen desde el aeródromo de Tetuán, las reservas, consistentes en una patrulla de tres trimotores Savoia y de tres Breguet XIX. Cinco minutos más tarde el destructor republicano es bombardeado por la aviación en vigilancia del lado izquierdo del dispositivo, a la altura de Punta marroquí y a unas diez millas de la costa, uniéndose en la defensa del convoy el Torpedero 19 – que no contaba con ningún torpedo - que había salido de Algeciras. El combate continúo a rumbos paralelos, el Uad-Kert y el Arango realizaron también fuego contra el destructor, el combate duró aproximadamente treinta minutos. El destructor Alcalá Galiano se alejo hacia Málaga, ya que le fue imposible combatir a los bombardeos de la aviación, sobre las 18,30 comienzan a entrar en la bahía algecireña los buques. El 6 de agosto tomó el General Franco un avión Douglas en el aeródromo de Sania Ramel, con dirección a Sevilla, para ponerse al mando del ejército nacional del Sur. Nunca jamás, volvería ni a Ceuta, ni tampoco a Melilla: su última “llamada de Africa”, lo fue desde el Sahara en los años cincuenta.
Por esta acción, el comandante del Dato – luego Almirante Súnico – recibió la Gran Cruz Laureada de San Fernando y su Segundo, Imeldo Seris Graenier – que no pasó de Capitán de navío por lo que explicaré – la Medalla Militar Individual. Por lo que contaba Don Imeldo, Súnico era reacio a maniobrar como lo hizo – hacer frente al Alcalá Galiano - y fue su Segundo – y otros de la tripulación - quienes “le convencieron” a punta de pistola. En la Armada nunca puede haber cobardes – o prudentes – y Seris fue “apartado” de los ascensos definitivos: “sabía demasiado”. Era íntimo amigo de mi padre.
El Alcalá Galiano era, a la sazón, un destructor moderno, que entró en servicio en 1931 y el Dato un viejo cañonero de la guerra contra Abdelkrim. Comparativa de las características de ambos:
DESPLAZAMIENTO: 1.600 / 1300 Toneladas.
ESLORA: 102 / 77 metros.
PROPULSIÓN: 4 calderas, 42.000 CV, 2 hélices, 36 nudos / 2 motores, 1700 CV, 15 nudos.
ARMAMENTO PRINCIPAL: 5 cañones de 120/50 mm, / 4 cañones de 102/50 mm.
Fue una batalla desigual que ganaron los que tenían Fe en la Victoria y Disciplina para conseguirla.

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