21 mayo, 2007

AFGANISTAN, LA GUERRA QUE NO EXISTE.-

REALIZADO POR MILITARES ESPAÑOLES. UN INFORME DESGLOSA EL COMPLEJO ARSENAL CON EL QUE LOS TALIBANES ATACAN A LAS TROPAS ESPAÑOLAS EN AFGANISTÁN.
Expertos militares desplazados en Afganistán han resuelto que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) opera en un campo de batalla, en una de las zonas "más minadas del mundo", aunque el Gobierno español dice que nuestros soldados están en "
misión humanitaria". Las exploraciones a pie de campo han revelado que los talibanes poseen misiles y cañones antiaéreos, lanzagranadas y toda una serie de minas anti persona listas para apoyar la mayor ofensiva terrorista. Durante esta jornada, la ISAF confirmó el último enfrentamiento, en el que murieron 30 talibanes. En el Líbano, donde también operan fuerzas internacionales, dos españoles resultaron heridos este sábado cuando realizaban una patrulla de vigilancia.
Terroristas afganos posee hasta cinco sistemas distintos de misil antiaéreo portátil, varios modelos de cañones antiaéreos y cañones sin retroceso, ametralladoras medias pesadas, lanzagranadas contra carro y misiles filo dirigidos contra carro, según un documento militar español al que tuvo acceso Europa Press.
El informe, elaborado por expertos militares, desglosa el material de guerra que podría estar en manos del movimiento talibán y del resto de elementos que atacan a las tropas internacionales de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y de la operación estadounidense 'Libertad Duradera'.
Bajo el título Armamento ligero, medio y sistemas de defensa antiaérea portátiles (MANPADS), el documento señala que los terroristas disponen de cinco sistemas diferentes de misiles antiaéreos portátiles, dos de ellos dotados de guiado por infrarrojos, desde el SA-7, capaz de alcanzar un avión cuando se aproxima a dos kilómetros de distancia o se aleja hasta 4,2 kilómetros hasta el sistema Stinger, con capacidad para derribar un objetivo aéreo situado a ocho kilómetros de distancia y un máximo de 3.800 metros de altitud.
Los talibanes cuentan en su arsenal con otros sistemas como el SA-16 y SA-18, similares en su corto alcance al SA-7, y con el Blowpipe, con un alcance eficaz de 3.500 metros de distancia y una altitud máxima de 2.500 metros. Tanto el Blowpipe como el Stinger están dotados de sistema de guiado por rayos infrarrojos o ultravioletas.
En el apartado de cañones, el informe militar español explica que los terroristas pueden disponer de cañones antiaéreos como el ZPU-4, dotado de cuatro tubos lanzadores de 14,5 milímetros de calibre, y el ZU-23/2, con dos cañones de 23 milímetros, además del cañón sin retroceso M-60, un arma capaz de alcanzar con éxito un blanco fijo a una distancia de un kilómetro y uno móvil situado a 50 metros.
El arsenal se completa con sistemas de armas como el misil filo dirigido contra carro AT-3, de 120 milímetros de calibre, los lanzagranadas contra carro M-79, de 90 milímetros de calibre, el lanzacohetes RPG-7, de 40 milímetros de calibre, las ametralladoras medias pesadas KPVT y PKT y la ametralladora ligera PKM y RPK-74, estas dos últimas de 7,62 milímetros de calibre.
Los talibanes, siempre según el documento militar español, disponen además de fusiles de asalto como el AK-47 y AK-74 y toda una serie de minas anti persona y contra carro, de diversos tipos, todas ellas de fabricación rusa (modelos como el TM-72, el TM-57, el TM-46, el PMN, el PFM-1, el MON y el POMZ-2).
En su análisis sobre restos explosivos de guerra, el informe señala que las tropas soviéticas colocaron en Afganistán entre 1980 y 1989 "millones de minas" y que los 'muyahidines' usaron también millones de explosivos de este tipo durante la guerra civil desatada entre 1992 y 1996, dejando la zona como una de "las más minadas del mundo".
Según sus estimaciones, Afganistán tiene minados 780 kilómetros cuadrados de su superficie total y las organizaciones encargadas de desminar la región limpian cada año entre 35 y 40 kilómetros cuadrados.
NUEVA JORNADA DE ENFRENTAMIENTOS.
Por otro lado, la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF)confirmó este domingo el bombardeo que tuvo lugar en la provincia afgana de Ghazni el sábado por la noche, en el que murieron 30 talibanes, 18 resultaron heridos y 11 fueron capturados. La ISAF, que no precisó el número de muertos, aseguró que en los combates perdió la vida "un gran número de combatientes" en el distrito Qara Bagh de la provincia de Ghazni, al suroeste de Kabul."Varios pequeños grupos de militares insurgentes fueron detectados por una patrulla combinada, que fue atacada y pidió el apoyo aéreo, causante de la mayor parte de las muertes entre los insurgentes", recogió el comunicado.Según informó el jefe de Policía provincial, Alishah Ahmadzai, en el bombardeo murieron 30 talibanes, 18 resultaron heridos y otros 11 fueron capturados, mientras que sólo un policía afgano resultó herido. Ahmadzai aseguró también que entre los muertos hay "varios dirigentes talibanes", aunque se negó a revelar los nombres.
Horas antes, la ISAF, que actúa bajo mando de la OTAN, había anunciado en otro primer comunicado la muerte de un "número significativo" de líderes talibanes durante un bombardeo en el sur de Afganistán, "lejos de cualquier centro habitado". La organización, sin embargo, no precisaba la localización exacta. "Combinado con la reciente muerte del mulá Dadullah, este bombardeo, a corto plazo, pondrá al enemigo en un estado de confusión y desorden", dijo un portavoz de la ISAF, John Thomas, en el documento.
El mulá Dadullah, considerado líder de los talibanes en el sur del país, murió la semana pasada en una operación militar del Ejército afgano en la provincia de Helmand, donde existe una fuerte presencia de los insurgentes. En los últimos días, Afganistán se ha convertido en un sangriento campo de batalla, con la muerte de más de 150 personas, la mayoría insurgentes, entre ataques suicidas, bombardeos y combates a lo largo y ancho de todo el territorio.
Hasta el momento, más de 1.400 personas han muerto víctimas de la violencia en el país, una cantidad que está todavía lejos de las 4.400 que fallecieron en 2006.

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