RAZONES PARA LA HISTORIA NAVAL.
El acorazado fue durante casi 100 años el cenit de la potencia mundial. Eran las construcciones más esmeradas. Las naciones como Gran Bretaña, Francia o Alemania medían su poder y prestigio internacional según el número de buques de batalla que poseían. Los acorazados eran el orgullo de las naciones, una auténtica exposición flotante de su poder tecnológico. Sus máquinas eran más potentes que fábricas enteras, sus cañones eran de mayor calibre que ninguno terrestre. Nada en el mundo podía compararse con estas naves. Naves enormes de acero cubiertas de gruesas planchas de blindaje... y sin embargo se hundían.
¿Por qué se hunde un acorazado? ¿Por qué una nave de tan formidables características puede ser hundida? Prescindiendo de los accidentes debidos a fallos en la construcción, defecto de materiales o mal diseño, los acorazados desde los tiempos del GLOIRE a los del IOWA se han hundido por dos motivos principales: explosión de sus pañoles de municiones e inundación por vías de agua.
En combate, un acorazado puede recibir cuatro tipos de impactos:
A - Impacto de proyectil de cañón, raso, disparado desde una distancia corta.
B - Impacto de proyectil de cañón, con ángulo, disparado desde una distancia larga.
C - Impacto de bomba aérea lanzada desde un avión.
D - Impacto de torpedo.
A - Cuando un cañón dispara contra un objetivo cercano su elevación es pequeña y por ello la trayectoria del proyectil es rasa, casi sin ángulo. El impacto se producirá así en el cinturón acorazado o en la batería, que son los puntos más protegidos de un acorazado. Una nave bien construida y con una buena coraza no tendría problemas en aguantar este castigo. El problema se halla si los proyectiles perforantes traspasan el blindaje y explotan dentro (los proyectiles pueden ser rompedores, que explotan nada más tocar un obstáculo o perforantes, con cabeza reforzada para penetrar blindajes y que explotan después del impacto, con lo que, si logran perforar el blindaje, estallan dentro de la nave). Los impactos en las superestructuras no deben ser determinantes, aunque provocan incendios muy peligrosos, pero las torres de artillería y el puente de mando se hallan blindados para soportar impactos.
B - Al disparar contra objetivos lejanos, el cañón se eleva para aumentar el alcance, con lo que el proyectil llega con un pronunciado ángulo, es decir, "desde arriba". Por ello se blindaron las cubiertas de los acorazados., porque este impacto es el más peligroso de todos. Así hundió el BISMARCK al HOOD, al impactarle en los pañoles de municiones y así fueron hundidos los cruceros de batalla británicos en Jutlandia.
C - La amenaza aérea acabó con la supremacía del acorazado al demostrar que estas naves podían aguantar una saturación de impactos al cañón, pero no de bombas aéreas lanzadas en la vertical de la nave y que atravesaban las cubiertas para estallar en los puntos vitales de la nave. La bomba aérea se reveló más mortífera que el proyectil balístico o granada, sin embargo, la principal amenaza aérea para el acorazado no era la bomba, sino el torpedo.
D - El torpedo fue el responsable de la avería en los timones del BISMARCK, del hundimiento de la flota italiana en Tarento, de los mayores daños a la flota norteamericana en Pearl Harbour, del hundimiento del PRINCE OF WALES y del REPULSE por la aviación japonesa (hecho que sentenció a los buques de batalla en favor del portaaviones) y el causante principal del hundimiento de los gigantescos MUSASHI y YAMATO, que fueron literalmente rociados con miles de kilos de bombas pero que sucumbieron ante los destrozos de los torpedos. El torpedo, arrojado desde un submarino, un avión u otro barco, tiene menos poder destructivo que una granada de cañón o una bomba aérea, pero golpea en el punto más indefenso de la nave: la obra viva o parte del barco que queda bajo el agua. Allí donde no hay ninguna coraza porque hubiera sido imposible blindar la obra muerta y además la obra viva. El torpedo es regulado para alcanzar cierta profundidad y a mayor velocidad de la que navega la nave la golpea bajo el agua, por debajo de sus defensas. La espoleta acciona la carga explosiva que explota contra el casco con fuerza multiplicada, ya que el agua aumenta la potencia de la onda expansiva desgarrando el casco de acero (de unos 20 mm de grosor por lo general).
En la II GM ningún acorazado moderno se hundía por la explosión de un solo torpedo o una mina, cosa que en la I GM ocurrió con frecuencia debido a que los ingenieros habían subestimado esta amenaza. Los MUSASHI y YAMATO fueron hundidos, reventados por una docena de impactos de torpedo que les provocaron múltiples inundaciones, embarcando miles de toneladas de agua que escoraron la nave y la hundieron. Ésta es la secuencia de un hundimiento de tales características sobre cualquier nave.
La nave ha sido alcanzada por un torpedo que ha estallado debajo de la cintura acorazada. La detonación ha desgarrado el doble fondo del casco e inundado el compartimiento estanco más próximo a él, lo que ha provocado que el aumento de peso escore la nave. Dependiendo de la potencia del torpedo y de la calidad de la construcción el primer mamparo, dañado por la explosión y deformado, aguantará o no. Si ha sido excesivamente dañado por la explosión acabará cediendo al empuje del agua. El primer mamparo no ha aguantado, la inundación del segundo compartimiento estanco acentúa la escora de la nave. El tercer mamparo está blindado para impedir que la metralla penetre en las salas de máquinas o calderas que protege. En este punto, la nave puede salvarse inundando los compartimientos opuestos para equilibrar el peso, pero todo depende de que el mamparo acorazado resista la presión del agua, multiplicada por la fuerza de gravedad que el peso del agua ejerce sobre el material. La escora aumenta peligrosamente. El mamparo acorazado no ha podido resistir la enorme presión del agua y ha cedido en su zona más vulnerable, la inferior, provocando la inundación de las salas de máquinas y calderas. La nave está condenada y comienza a zozobrar. El peso del agua provoca que la nave zozobre quedando tendida de lado sobre el costado dañado. Ahora, el hundimiento es cosa de segundos o minutos.
Ha habido acorazados que se han hundido por un impacto de torpedo y ha habido acorazados que se han salvado después de recibir varios. ¿Por qué? En la I GM los buques de batalla (acorazados y cruceros de batalla) británicos estaban muy deficientemente protegidos sub acuáticamente, en comparación a sus contrapartes alemanes que cuidaron mucho la compartimentación de sus naves. Ningún acorazado británico hubiera podido soportar el atroz castigo que sufrió el crucero de batalla alemán SEYDLITZ en Jutlandia: con toda su proa completamente inundada, pudo llegar a la base gracias a que los mamparos estancos resistieron. Naves como los NELSON británicos tras la guerra paliaron este defecto prestando mucha mayor atención a la compartimentación subacuática, pero los torpedos cada vez eran más potentes. Los japoneses pusieron a punto sus famosos "largas lanzas" de 610 mm y propulsados por oxígeno con los que lograron sus mayores victorias en la II GM, terroríficas armas capaces de partir en dos a un destructor. El BISMARCK aguantó bien los impactos de torpedo y no sufrió daños importantes, pero uno de ellos le destruyó el sistema de gobierno de los timones y la nave quedó a merced de sus perseguidores. Los Swordfish que le atacaron nunca le hubieran podido hundir, pero lograron, milagrosamente, inmovilizarle. El ataque de estos intrépidos aviones biplanos de madera y tela contra la flota italiana anclada en Tarento reveló todo el poder destructivo de este arma. Los aviones británicos, despegando de un portaaviones, consiguieron inutilizar los acorazados italianos casi sin coste. Aquella idea genial hizo encenderse la imaginación del almirante japonés Yamamoto que, basándose en la idea británica, atacó a la escuadra norteamericana del Pacífico anclada en Pearl Harbour no con uno ¡sino con seis portaaviones! En ambos casos, esas naves ancladas debieron haber estado mejor protegidas con redes anti torpedo y globos cautivos. Los italianos tenían los medios, pero aún no estaban listas del todo las defensas. Los norteamericanos ni siquiera las tomaron en cuenta.
Los acorazados norteamericanos estaban dispuestos anclados por parejas. La nave exterior era víctima fácil para los torpedos, pero la interior no, al estar protegida por aquella, así que para las exteriores se utilizaron torpedos y para las interiores (que quedarían trágicamente) atrapadas entre el muelle y la exterior) se utilizaron bombas. El mayor éxito fue conseguido por una bomba aérea que atravesó limpiamente las cubiertas del Arizona para explotar en sus pañoles de municiones. El acorazado se desintegró en una explosión que zarandeó a los aviones nipones centenares de metros por encima.
El almirante Phillips, jefe de la escuadra del lejano Oriente formada por el acorazado PRINCE OF WALES, el crucero de batalla REPULSE y su escolta de destructores, no juzgó necesario contar con protección aérea en su salida de Singapur. Los aviones japoneses se lanzaron sobre ellos como en un ejercicio. Destrozados por las bombas y reventados por los torpedos lanzados en un increíble ejercicio de precisión nipona por ambas bandas, los dos magníficos buques de batalla se hundieron sentenciando al acorazado y a sus formidables cañones y entronizando al portaaviones y a sus mortíferos aviones. En Midway, el portaaviones alcanzaría el rango de buque de batalla, arrebatándoselo al acorazado que tras casi un siglo de reinado, después de la II GM desapareció a medida que las unidades en servicio en Gran Bretaña, Francia y EEUU eran retiradas del servicio.
LOS ACORAZADOS HUNDIDOS EN LA II GM.
GRAN BRETAÑA.
ROYAL OAK. Hundido por Günther Prien en su famoso ataque a Scapa Flow. Alcanzado por tres torpedos voló al explosionar sus pañoles de municiones. Hoy es un monumento donde reposan eternamente los restos de los caídos en el siniestro.
HOOD. Hundido por el BISMARCK en la batalla de Islandia. El crucero de batalla orgullo de la Royal Navy se partió en dos al alcanzar los proyectiles del acorazado alemán sus pañoles de municiones. Sus cubiertas estaban deficientemente blindadas y fueron atravesadas como cristal por las granadas perforantes alemanas. La protección de los pañoles en las naves británicas fue generalmente deficiente, como demuestran los hechos.
BARHAM. Hundido por los torpedos del U-331 al largo de Sollum. Los QUEEN ELIZABETH, magníficas naves, tenían su talón de Aquiles en la protección subacuática, la nave ya había zozobrado y se hundía irremediablemente cuando sus pañoles de municiones estallaron espectacularmente.
REPULSE. Crucero de batalla hundido por la aviación naval basada en tierra japonesa cerca de Singapur. El ataque soberbiamente ejecutado de los aviones nipones saturó de bombas y torpedos a este crucero de batalla diseñado en la I GM.
PRINCE OF WALES. Hundido por la aviación naval basada en tierra japonesa cerca de Singapur junto con el REPULSE. Este modernísimo acorazado, que se escapó por los pelos de ser hundido por el BISMARCK en la batalla de Islandia, sucumbió a la lluvia de bombas y torpedos que con matemática precisión le lanzaron los aviones japoneses. Este hundimiento de dos poderosas naves de batalla certificó el nadir del acorazado como "capital ship" o nave principal de la flota.
FRANCIA.
BRETAGNE. Hundido al explosionar sus pañoles alcanzado en la ratonera de Mers el Kebir por el HOOD británico durante el ataque que la Royal Navy llevó a cabo ante la sospecha de que los franceses planeaban ceder su flota a los alemanes que ocupaban parte de su territorio tras el armisticio de 1940.
DUNKERQUE. Tras ser hundido en Mers el Kebir, este crucero de batalla fue recuperado para ser nuevamente hundido, esta vez por sus propios tripulantes en Tolon para evitar su captura por los alemanes en 1942 al invadir la zona no ocupada. Estas naves son el testimonio del drama sufrido por la marina francesa en la II GM, atacada sucesivamente por Alemanes, británicos, norteamericanos y alemanes nuevamente.
STRASBOURG. Auto hundido en Tolon en 1942 para impedir su captura por los alemanes.
PROVENCE. Auto hundido en Tolon en la misma circunstancia que el anterior.
ITALIA.
CAVOUR. Hundido por los torpedos en el célebre y valeroso ataque de los Swordfish británicos a la base de Tarento.
ROMA. Este modernísimo acorazado fue hundido espectacularmente por los alemanes que usaron por segunda vez en la Historia sus misiles Fritz - X. Uno de ellos atravesó la cubierta acorazada explotando en los pañoles.
ALEMANIA.
ADMIRAL GRAFF SPEE. El famoso acorazado de bolsillo fue auto hundido por su tripulación en el Río de la Plata.
BISMARCK. El formidable acorazado fue hundido por su propia tripulación tras dos horas de cañoneo por parte de la flota británica que, sin embargo, no consiguió dañar su planta propulsora ni los pañoles de municiones. El almirante Tovey admitió que al BISMARCK no se le podía hundir al cañón.
SCHARNHORST. Este acorazado germano fue hundido en la batalla de la Isla de los Osos por el acorazado británico DUKE OF YORK. Los británicos, con su artillería dirigida por radar, desmantelaron la nave germana que navegaba a ciegas, sin embargo, hubo de ser hundido por torpedos, ya que no era posible hundirlo al cañón. Las naves alemanas estaban formidablemente compartimentadas y sólo un ataque masivo de torpedos fue capaz de hundir a ésta.
TIRPITZ. El gemelo del BISMARCK "la reina solitaria del norte", fue hundida con las gigantescas bombas Tallboy de 6 toneladas lanzadas desde bombarderos Lancaster. El acorazado zozobró dando la vuelta y quedó posado boca abajo sobre el fondo del fiordo donde se hallaba anclado.
ADMIRAL SCHEER. El acorazado de bolsillo, la nave corsaria más famosa de la II GM, fue hundida por bombarderos británicos cuando se hallaba anclado en un muelle de Kiel pocos días antes del fin de la guerra.
LUTZOW. Este acorazado de bolsillo corrió idéntica suerte que su gemelo el SCHEER.
Además fueron hundidos el GNEISENAU, ya desarmado, por su propia tripulación, y los pre-dreadnoughts SCHLESIEN auto hundido, y SCHLESWIG-HOLSTEIN por bombarderos norteamericanos.
ESTADOS UNIDOS.
ARIZONA. Este acorazado hoy es un monumento a los caídos en el ataque a Pearl Harbour. Voló tras ser alcanzado por bombas aéreas que hicieron estallar sus pañoles de municiones.
OKLAHOMA. Alcanzado por torpedos en el mismo ataque zozobró.
JAPÓN.
KONGO. Crucero de batalla hundido por los torpedos de un submarino norteamericano en el estrecho de Formosa.
HIEI. Crucero de batalla dañado por los cruceros y destructores norteamericanos en una de las "peleas de perros" que convirtieron la bahía de Guadalcanal en "la bahía del fondo de hierro", fue después atacado por aviones y finalmente auto hundido por su tripulación ante la imposibilidad de continuar la navegación debido a los daños sufridos.
KIRISHIMA. Crucero de batalla gravemente dañado en Guadalcanal por el acorazado Washington en una furiosa batalla nocturna. Fue auto hundido por su tripulación ante la gravedad de los daños sufridos.
HARUNA. Crucero de batalla hundido por aviones norteamericanos mientras estaba fondeado en puerto.
MUTSU. Hundido en puerto por una extraña explosión interna en un pañol de municiones que aún hoy es un misterio.
FUSO. Hundido por los torpedos de destructores norteamericanos en la batalla del estrecho de Surigao.
YAMASHIRO. Hundido en el mismo lugar que el anterior en medio de una batalla naval única en la guerra naval del pacífico. Fue destruido al cañón por acorazados norteamericanos.
ISE. Hundido en puerto por la aviación naval norteamericana.
HYUGA. Igual que el anterior.
MUSASHI. El formidable titán de los mares fue alcanzado por 12 torpedos y muchas más bombas lanzados por la aviación naval embarcada norteamericana que le acribilló en el mar de Sibuyan. Aunque la formidable protección resistió el increíble castigo, los torpedos recibidos en las amuras inundaron la proa, las miles de toneladas de agua embarcadas hicieron zozobrar este gigantesco leviatán de los mares.
YAMATO. El gemelo del MUSASHI sufrió idéntica suerte cuando se dirigía a Okinawa en una misión suicida. Estas naves, probablemente invulnerables en una batalla al cañón, fueron hundidas por la aviación cerrando definitivamente la era de los acorazados.
Prescindiendo de las naves auto hundidas por sus tripulaciones, es evidente que el acorazado sucumbió al poder aéreo. Los únicos combates clásicos al estilo de Jutlandia (Islandia, Punta Stilo y Surigao) con acorazados combatiendo al cañón no fueron determinantes para el desarrollo de la guerra naval. Los acorazados hundidos en alta mar por submarinos eran de la I GM, con protección inadecuada a los años 40, donde los torpedos eran mucho más eficaces. Los ataques aéreos sufridos por los REPULSE - PRINCE OF WALES y MUSASHI - YAMATO eran letales de necesidad y no había protección posible contra una saturación tan grande de bombas y torpedos. La protección contra estos ataques sólo podía proporcionarla la escolta de portaaviones, pero el portaaviones ya le había arrebatado el título de Capital Ship al acorazado. En el Pacífico acabaron siendo los acorazados los que escoltaban a los portaaviones. Resulta muy significativo que el país que mayor poder aéreo tuvo en la IIGM, EEUU, sólo perdiera dos de ellos, los dos en Pearl Harbour. En 1945 el acorazado ya sólo servía como plataforma artillera, y su capacidad estratégica era prácticamente nula. La era de las grandes flotas de acorazados capaces de decidir una guerra había pasado. La talasocracia era ahora defendida por los nuevos Capital Ships: los portaaviones.
Acero y Vapor. J. I. Lago. En esta lista sólo aparecen las naves en activo, los buques blanco, museo y similares no están incluidos en ella. Esta lista ha sido confeccionada con la valiosa y experta colaboración de Luís Alberto Sanz.
En las fotografías:
Secuencia del hundimiento del Barham. Alcance y tipología de impactos. A la izquierda, el Roma, en sus últimos momentos.
El acorazado fue durante casi 100 años el cenit de la potencia mundial. Eran las construcciones más esmeradas. Las naciones como Gran Bretaña, Francia o Alemania medían su poder y prestigio internacional según el número de buques de batalla que poseían. Los acorazados eran el orgullo de las naciones, una auténtica exposición flotante de su poder tecnológico. Sus máquinas eran más potentes que fábricas enteras, sus cañones eran de mayor calibre que ninguno terrestre. Nada en el mundo podía compararse con estas naves. Naves enormes de acero cubiertas de gruesas planchas de blindaje... y sin embargo se hundían.
¿Por qué se hunde un acorazado? ¿Por qué una nave de tan formidables características puede ser hundida? Prescindiendo de los accidentes debidos a fallos en la construcción, defecto de materiales o mal diseño, los acorazados desde los tiempos del GLOIRE a los del IOWA se han hundido por dos motivos principales: explosión de sus pañoles de municiones e inundación por vías de agua.
En combate, un acorazado puede recibir cuatro tipos de impactos:
A - Impacto de proyectil de cañón, raso, disparado desde una distancia corta.
B - Impacto de proyectil de cañón, con ángulo, disparado desde una distancia larga.
C - Impacto de bomba aérea lanzada desde un avión.
D - Impacto de torpedo.
A - Cuando un cañón dispara contra un objetivo cercano su elevación es pequeña y por ello la trayectoria del proyectil es rasa, casi sin ángulo. El impacto se producirá así en el cinturón acorazado o en la batería, que son los puntos más protegidos de un acorazado. Una nave bien construida y con una buena coraza no tendría problemas en aguantar este castigo. El problema se halla si los proyectiles perforantes traspasan el blindaje y explotan dentro (los proyectiles pueden ser rompedores, que explotan nada más tocar un obstáculo o perforantes, con cabeza reforzada para penetrar blindajes y que explotan después del impacto, con lo que, si logran perforar el blindaje, estallan dentro de la nave). Los impactos en las superestructuras no deben ser determinantes, aunque provocan incendios muy peligrosos, pero las torres de artillería y el puente de mando se hallan blindados para soportar impactos.
B - Al disparar contra objetivos lejanos, el cañón se eleva para aumentar el alcance, con lo que el proyectil llega con un pronunciado ángulo, es decir, "desde arriba". Por ello se blindaron las cubiertas de los acorazados., porque este impacto es el más peligroso de todos. Así hundió el BISMARCK al HOOD, al impactarle en los pañoles de municiones y así fueron hundidos los cruceros de batalla británicos en Jutlandia.
C - La amenaza aérea acabó con la supremacía del acorazado al demostrar que estas naves podían aguantar una saturación de impactos al cañón, pero no de bombas aéreas lanzadas en la vertical de la nave y que atravesaban las cubiertas para estallar en los puntos vitales de la nave. La bomba aérea se reveló más mortífera que el proyectil balístico o granada, sin embargo, la principal amenaza aérea para el acorazado no era la bomba, sino el torpedo.
D - El torpedo fue el responsable de la avería en los timones del BISMARCK, del hundimiento de la flota italiana en Tarento, de los mayores daños a la flota norteamericana en Pearl Harbour, del hundimiento del PRINCE OF WALES y del REPULSE por la aviación japonesa (hecho que sentenció a los buques de batalla en favor del portaaviones) y el causante principal del hundimiento de los gigantescos MUSASHI y YAMATO, que fueron literalmente rociados con miles de kilos de bombas pero que sucumbieron ante los destrozos de los torpedos. El torpedo, arrojado desde un submarino, un avión u otro barco, tiene menos poder destructivo que una granada de cañón o una bomba aérea, pero golpea en el punto más indefenso de la nave: la obra viva o parte del barco que queda bajo el agua. Allí donde no hay ninguna coraza porque hubiera sido imposible blindar la obra muerta y además la obra viva. El torpedo es regulado para alcanzar cierta profundidad y a mayor velocidad de la que navega la nave la golpea bajo el agua, por debajo de sus defensas. La espoleta acciona la carga explosiva que explota contra el casco con fuerza multiplicada, ya que el agua aumenta la potencia de la onda expansiva desgarrando el casco de acero (de unos 20 mm de grosor por lo general).
En la II GM ningún acorazado moderno se hundía por la explosión de un solo torpedo o una mina, cosa que en la I GM ocurrió con frecuencia debido a que los ingenieros habían subestimado esta amenaza. Los MUSASHI y YAMATO fueron hundidos, reventados por una docena de impactos de torpedo que les provocaron múltiples inundaciones, embarcando miles de toneladas de agua que escoraron la nave y la hundieron. Ésta es la secuencia de un hundimiento de tales características sobre cualquier nave.
La nave ha sido alcanzada por un torpedo que ha estallado debajo de la cintura acorazada. La detonación ha desgarrado el doble fondo del casco e inundado el compartimiento estanco más próximo a él, lo que ha provocado que el aumento de peso escore la nave. Dependiendo de la potencia del torpedo y de la calidad de la construcción el primer mamparo, dañado por la explosión y deformado, aguantará o no. Si ha sido excesivamente dañado por la explosión acabará cediendo al empuje del agua. El primer mamparo no ha aguantado, la inundación del segundo compartimiento estanco acentúa la escora de la nave. El tercer mamparo está blindado para impedir que la metralla penetre en las salas de máquinas o calderas que protege. En este punto, la nave puede salvarse inundando los compartimientos opuestos para equilibrar el peso, pero todo depende de que el mamparo acorazado resista la presión del agua, multiplicada por la fuerza de gravedad que el peso del agua ejerce sobre el material. La escora aumenta peligrosamente. El mamparo acorazado no ha podido resistir la enorme presión del agua y ha cedido en su zona más vulnerable, la inferior, provocando la inundación de las salas de máquinas y calderas. La nave está condenada y comienza a zozobrar. El peso del agua provoca que la nave zozobre quedando tendida de lado sobre el costado dañado. Ahora, el hundimiento es cosa de segundos o minutos.
Ha habido acorazados que se han hundido por un impacto de torpedo y ha habido acorazados que se han salvado después de recibir varios. ¿Por qué? En la I GM los buques de batalla (acorazados y cruceros de batalla) británicos estaban muy deficientemente protegidos sub acuáticamente, en comparación a sus contrapartes alemanes que cuidaron mucho la compartimentación de sus naves. Ningún acorazado británico hubiera podido soportar el atroz castigo que sufrió el crucero de batalla alemán SEYDLITZ en Jutlandia: con toda su proa completamente inundada, pudo llegar a la base gracias a que los mamparos estancos resistieron. Naves como los NELSON británicos tras la guerra paliaron este defecto prestando mucha mayor atención a la compartimentación subacuática, pero los torpedos cada vez eran más potentes. Los japoneses pusieron a punto sus famosos "largas lanzas" de 610 mm y propulsados por oxígeno con los que lograron sus mayores victorias en la II GM, terroríficas armas capaces de partir en dos a un destructor. El BISMARCK aguantó bien los impactos de torpedo y no sufrió daños importantes, pero uno de ellos le destruyó el sistema de gobierno de los timones y la nave quedó a merced de sus perseguidores. Los Swordfish que le atacaron nunca le hubieran podido hundir, pero lograron, milagrosamente, inmovilizarle. El ataque de estos intrépidos aviones biplanos de madera y tela contra la flota italiana anclada en Tarento reveló todo el poder destructivo de este arma. Los aviones británicos, despegando de un portaaviones, consiguieron inutilizar los acorazados italianos casi sin coste. Aquella idea genial hizo encenderse la imaginación del almirante japonés Yamamoto que, basándose en la idea británica, atacó a la escuadra norteamericana del Pacífico anclada en Pearl Harbour no con uno ¡sino con seis portaaviones! En ambos casos, esas naves ancladas debieron haber estado mejor protegidas con redes anti torpedo y globos cautivos. Los italianos tenían los medios, pero aún no estaban listas del todo las defensas. Los norteamericanos ni siquiera las tomaron en cuenta.
Los acorazados norteamericanos estaban dispuestos anclados por parejas. La nave exterior era víctima fácil para los torpedos, pero la interior no, al estar protegida por aquella, así que para las exteriores se utilizaron torpedos y para las interiores (que quedarían trágicamente) atrapadas entre el muelle y la exterior) se utilizaron bombas. El mayor éxito fue conseguido por una bomba aérea que atravesó limpiamente las cubiertas del Arizona para explotar en sus pañoles de municiones. El acorazado se desintegró en una explosión que zarandeó a los aviones nipones centenares de metros por encima.
El almirante Phillips, jefe de la escuadra del lejano Oriente formada por el acorazado PRINCE OF WALES, el crucero de batalla REPULSE y su escolta de destructores, no juzgó necesario contar con protección aérea en su salida de Singapur. Los aviones japoneses se lanzaron sobre ellos como en un ejercicio. Destrozados por las bombas y reventados por los torpedos lanzados en un increíble ejercicio de precisión nipona por ambas bandas, los dos magníficos buques de batalla se hundieron sentenciando al acorazado y a sus formidables cañones y entronizando al portaaviones y a sus mortíferos aviones. En Midway, el portaaviones alcanzaría el rango de buque de batalla, arrebatándoselo al acorazado que tras casi un siglo de reinado, después de la II GM desapareció a medida que las unidades en servicio en Gran Bretaña, Francia y EEUU eran retiradas del servicio.
LOS ACORAZADOS HUNDIDOS EN LA II GM.
GRAN BRETAÑA.
ROYAL OAK. Hundido por Günther Prien en su famoso ataque a Scapa Flow. Alcanzado por tres torpedos voló al explosionar sus pañoles de municiones. Hoy es un monumento donde reposan eternamente los restos de los caídos en el siniestro.
HOOD. Hundido por el BISMARCK en la batalla de Islandia. El crucero de batalla orgullo de la Royal Navy se partió en dos al alcanzar los proyectiles del acorazado alemán sus pañoles de municiones. Sus cubiertas estaban deficientemente blindadas y fueron atravesadas como cristal por las granadas perforantes alemanas. La protección de los pañoles en las naves británicas fue generalmente deficiente, como demuestran los hechos.
BARHAM. Hundido por los torpedos del U-331 al largo de Sollum. Los QUEEN ELIZABETH, magníficas naves, tenían su talón de Aquiles en la protección subacuática, la nave ya había zozobrado y se hundía irremediablemente cuando sus pañoles de municiones estallaron espectacularmente.
REPULSE. Crucero de batalla hundido por la aviación naval basada en tierra japonesa cerca de Singapur. El ataque soberbiamente ejecutado de los aviones nipones saturó de bombas y torpedos a este crucero de batalla diseñado en la I GM.
PRINCE OF WALES. Hundido por la aviación naval basada en tierra japonesa cerca de Singapur junto con el REPULSE. Este modernísimo acorazado, que se escapó por los pelos de ser hundido por el BISMARCK en la batalla de Islandia, sucumbió a la lluvia de bombas y torpedos que con matemática precisión le lanzaron los aviones japoneses. Este hundimiento de dos poderosas naves de batalla certificó el nadir del acorazado como "capital ship" o nave principal de la flota.
FRANCIA.
BRETAGNE. Hundido al explosionar sus pañoles alcanzado en la ratonera de Mers el Kebir por el HOOD británico durante el ataque que la Royal Navy llevó a cabo ante la sospecha de que los franceses planeaban ceder su flota a los alemanes que ocupaban parte de su territorio tras el armisticio de 1940.
DUNKERQUE. Tras ser hundido en Mers el Kebir, este crucero de batalla fue recuperado para ser nuevamente hundido, esta vez por sus propios tripulantes en Tolon para evitar su captura por los alemanes en 1942 al invadir la zona no ocupada. Estas naves son el testimonio del drama sufrido por la marina francesa en la II GM, atacada sucesivamente por Alemanes, británicos, norteamericanos y alemanes nuevamente.
STRASBOURG. Auto hundido en Tolon en 1942 para impedir su captura por los alemanes.
PROVENCE. Auto hundido en Tolon en la misma circunstancia que el anterior.
ITALIA.
CAVOUR. Hundido por los torpedos en el célebre y valeroso ataque de los Swordfish británicos a la base de Tarento.
ROMA. Este modernísimo acorazado fue hundido espectacularmente por los alemanes que usaron por segunda vez en la Historia sus misiles Fritz - X. Uno de ellos atravesó la cubierta acorazada explotando en los pañoles.
ALEMANIA.
ADMIRAL GRAFF SPEE. El famoso acorazado de bolsillo fue auto hundido por su tripulación en el Río de la Plata.
BISMARCK. El formidable acorazado fue hundido por su propia tripulación tras dos horas de cañoneo por parte de la flota británica que, sin embargo, no consiguió dañar su planta propulsora ni los pañoles de municiones. El almirante Tovey admitió que al BISMARCK no se le podía hundir al cañón.
SCHARNHORST. Este acorazado germano fue hundido en la batalla de la Isla de los Osos por el acorazado británico DUKE OF YORK. Los británicos, con su artillería dirigida por radar, desmantelaron la nave germana que navegaba a ciegas, sin embargo, hubo de ser hundido por torpedos, ya que no era posible hundirlo al cañón. Las naves alemanas estaban formidablemente compartimentadas y sólo un ataque masivo de torpedos fue capaz de hundir a ésta.
TIRPITZ. El gemelo del BISMARCK "la reina solitaria del norte", fue hundida con las gigantescas bombas Tallboy de 6 toneladas lanzadas desde bombarderos Lancaster. El acorazado zozobró dando la vuelta y quedó posado boca abajo sobre el fondo del fiordo donde se hallaba anclado.
ADMIRAL SCHEER. El acorazado de bolsillo, la nave corsaria más famosa de la II GM, fue hundida por bombarderos británicos cuando se hallaba anclado en un muelle de Kiel pocos días antes del fin de la guerra.
LUTZOW. Este acorazado de bolsillo corrió idéntica suerte que su gemelo el SCHEER.
Además fueron hundidos el GNEISENAU, ya desarmado, por su propia tripulación, y los pre-dreadnoughts SCHLESIEN auto hundido, y SCHLESWIG-HOLSTEIN por bombarderos norteamericanos.
ESTADOS UNIDOS.
ARIZONA. Este acorazado hoy es un monumento a los caídos en el ataque a Pearl Harbour. Voló tras ser alcanzado por bombas aéreas que hicieron estallar sus pañoles de municiones.
OKLAHOMA. Alcanzado por torpedos en el mismo ataque zozobró.
JAPÓN.
KONGO. Crucero de batalla hundido por los torpedos de un submarino norteamericano en el estrecho de Formosa.
HIEI. Crucero de batalla dañado por los cruceros y destructores norteamericanos en una de las "peleas de perros" que convirtieron la bahía de Guadalcanal en "la bahía del fondo de hierro", fue después atacado por aviones y finalmente auto hundido por su tripulación ante la imposibilidad de continuar la navegación debido a los daños sufridos.
KIRISHIMA. Crucero de batalla gravemente dañado en Guadalcanal por el acorazado Washington en una furiosa batalla nocturna. Fue auto hundido por su tripulación ante la gravedad de los daños sufridos.
HARUNA. Crucero de batalla hundido por aviones norteamericanos mientras estaba fondeado en puerto.
MUTSU. Hundido en puerto por una extraña explosión interna en un pañol de municiones que aún hoy es un misterio.
FUSO. Hundido por los torpedos de destructores norteamericanos en la batalla del estrecho de Surigao.
YAMASHIRO. Hundido en el mismo lugar que el anterior en medio de una batalla naval única en la guerra naval del pacífico. Fue destruido al cañón por acorazados norteamericanos.
ISE. Hundido en puerto por la aviación naval norteamericana.
HYUGA. Igual que el anterior.
MUSASHI. El formidable titán de los mares fue alcanzado por 12 torpedos y muchas más bombas lanzados por la aviación naval embarcada norteamericana que le acribilló en el mar de Sibuyan. Aunque la formidable protección resistió el increíble castigo, los torpedos recibidos en las amuras inundaron la proa, las miles de toneladas de agua embarcadas hicieron zozobrar este gigantesco leviatán de los mares.
YAMATO. El gemelo del MUSASHI sufrió idéntica suerte cuando se dirigía a Okinawa en una misión suicida. Estas naves, probablemente invulnerables en una batalla al cañón, fueron hundidas por la aviación cerrando definitivamente la era de los acorazados.
Prescindiendo de las naves auto hundidas por sus tripulaciones, es evidente que el acorazado sucumbió al poder aéreo. Los únicos combates clásicos al estilo de Jutlandia (Islandia, Punta Stilo y Surigao) con acorazados combatiendo al cañón no fueron determinantes para el desarrollo de la guerra naval. Los acorazados hundidos en alta mar por submarinos eran de la I GM, con protección inadecuada a los años 40, donde los torpedos eran mucho más eficaces. Los ataques aéreos sufridos por los REPULSE - PRINCE OF WALES y MUSASHI - YAMATO eran letales de necesidad y no había protección posible contra una saturación tan grande de bombas y torpedos. La protección contra estos ataques sólo podía proporcionarla la escolta de portaaviones, pero el portaaviones ya le había arrebatado el título de Capital Ship al acorazado. En el Pacífico acabaron siendo los acorazados los que escoltaban a los portaaviones. Resulta muy significativo que el país que mayor poder aéreo tuvo en la IIGM, EEUU, sólo perdiera dos de ellos, los dos en Pearl Harbour. En 1945 el acorazado ya sólo servía como plataforma artillera, y su capacidad estratégica era prácticamente nula. La era de las grandes flotas de acorazados capaces de decidir una guerra había pasado. La talasocracia era ahora defendida por los nuevos Capital Ships: los portaaviones.
Acero y Vapor. J. I. Lago. En esta lista sólo aparecen las naves en activo, los buques blanco, museo y similares no están incluidos en ella. Esta lista ha sido confeccionada con la valiosa y experta colaboración de Luís Alberto Sanz.
En las fotografías:
Secuencia del hundimiento del Barham. Alcance y tipología de impactos. A la izquierda, el Roma, en sus últimos momentos.
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