Brigitte Gabriel.
Texto de la carta que ha enviado la Fundación Libanesa por la Paz al primer ministro de Israel, Ehud Olmert. La versión en inglés ha corrido a cargo de Walid Phares, de la Fundación por un Líbano Libre.
Te animamos a golpearles duro y a destruir su infraestructura terrorista. No es sólo Israel quien está harto de esta situación, sino la mayoría silenciosa de los libaneses, harta de Hezbolá pero incapaz de hacer algo por miedo a las represalias de los terroristas.
En representación de miles de libaneses, te pedimos que abras las puertas del Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv a los miles de voluntarios de la diáspora que están dispuestos a coger las armas y liberar su patria del fundamentalismo islámico.
Te pedimos apoyo, facilidades y logística para ganar esta batalla y lograr juntos los mismos objetivos: la paz y la seguridad para el Líbano, para Israel y para las generaciones futuras.
Los una vez predominantes libaneses cristianos, responsables de brindar al mundo "el París de Oriente Medio", como solía ser conocido el Líbano, han sido asesinados, masacrados, expulsados de sus hogares y dispersados por el mundo, mientras el Islam radical declaraba la guerra santa y tomaba el control del país, en los años 70. Los cristianos libaneses manifiestan la opinión de que ellos e Israel han aprendido de la experiencia, que ahora descubre a regañadientes el resto del mundo.
Mientras el mundo protegía a aquella OLP que se retiraba del Líbano en 1983, con Israel pisándole los talones, nacía otra organización con una ideología más volátil y religiosa: Hezbolá, "el Partido de Alá", fundado por el ayatolá Jomeini y financiado por Irán. Fue Hezbolá quien voló por los aires los barracones de los marines norteamericanos en el Líbano, en octubre de 1983, matando a 241 americanos y a 67 paracaidistas franceses. El presidente Reagan ordenó en febrero de 1984 la retirada de las unidades de la Fuerza Multilateral de EEUU, y pasó página tanto a la matanza de los marines como a la implicación norteamericana en el Líbano.
El mundo civilizado, que erróneamente vilipendió entonces a los cristianos y a Israel y que hoy sigue vilipendiando a Israel, no prestaba atención a los acontecimientos. Mientras Estados Unidos y el resto del mundo andaban preocupados por el conflicto Israel-OLP, los regímenes terroristas de Siria e Irán alimentaron el fundamentalismo islámico en el Líbano y en todo el planeta.
Los extremistas chiíes de Hezbolá comenzaron a reproducirse como conejos, desbordando a los cristianos y a los sunníes moderados. Veinticinco años después, han producido el suficiente número de gente como para hacerse electoralmente con 24 escaños del Parlamento libanés. Desde la retirada israelí, en el año 2000, el Líbano se ha convertido en una base terrorista gestionada y controlada por Siria, con su presidente local marioneta, Lahoud, y el "Estado dentro del Estado" de Hezbolá.
El Ejército libanés dispone de menos de 10.000 efectivos. Hezbolá cuenta con más de 4.000 milicianos entrenados, y en el sur del Líbano y el Valle de la Bekaa hay alrededor de 700 miembros de la Guardia Revolucionaria iraní. ¿Por qué, pues, no se ocupa de solventar la situación el Ejército? Porque una mayoría de libaneses musulmanes supone que se dividirá y que una parte se unirá, siguiendo patrones religiosos, con las fuerzas islámicas, tal y como ocurrió en 1976, al inicio de la guerra civil libanesa.
Todo se reduce a una guerra que enfrenta a la ideología yihadista con el occidentalismo judeocristiano. Los musulmanes, que hoy son mayoritarios en el Líbano, apoyan a Hezbolá porque forman parte de la Umma, la nación islámica. He aquí el tabú que todo el mundo pretende pasar por alto.
Los recientes ataques contra Israel han sido orquestados por Irán y Siria, si bien ambos países tienen intereses distintos. Damasco considera el Líbano parte de la "Gran Siria". El joven presidente sirio, Bachar Asad, y sus lugartenientes en la Inteligencia militar baazista se sirven de este último estallido de violencia para demostrar a los libaneses que necesitan de la presencia siria para protegerse de la agresión israelí y estabilizar el país. Irán utiliza convenientemente a su ejército títere libanés, Hezbolá, para distraer la atención de los líderes mundiales en la cumbre del G-8 de sus intentos de hacerse con armamento nuclear. El apocalíptico presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y los mulás de Teherán pretenden hacerse con el dominio hegemónico del mundo islámico bajo el demencial estandarte del chiísmo mahdista. Ahmadineyad quiere consolidar su posición como principal yihadista de Alá cumpliendo con su promesa de "borrar a Israel del mapa".
Por mucho que quiera evitar hacer frente a la realidad del extremismo islámico en Oriente Medio, Occidente no puede ocultar que Hamás y Hezbolá, contra los cuales lucha Israel, comparten la misma ideología islámica radical que ha fomentado el terrorismo contra el que luchan América y el mundo. Es el mismo Hezbolá con el que Irán amenaza a América, en forma de atentados suicidas, si ésta le impide desarrollar armamento nuclear. Mantiene células en más de diez ciudades de Estados Unidos. Hamás, por su parte, cuenta con la mayor infraestructura terrorista en suelo americano. Esto es lo que pasa cuando cierras los ojos ante el mal durante décadas, con la esperanza de que desaparezca.
El jeque Nasralá, líder de Hezbolá, es un agente iraní. No es un actor independiente en esta pantomima. Lleva implicado en el terrorismo más de 25 años. Irán, con su visión islámica de un Oriente Medio chií, tiene agentes, tropas y dinero en Gaza, los territorios palestinos, el Líbano, Siria e Irak. Detrás de esto se encuentra la concepción que impulsa al presidente iraní, que se cree "el instrumento y el catalizador" de Alá para poner fin al mundo tal y como lo conocemos y abrir el camino a la era del Mahdi. Ahmadineyad tiene una fe ciega (y mesiánica) en la tradición chií del duodécimo, u "oculto", salvador islámico, que emergerá de un pozo de la ciudad sagrada de Qum (Irán), después del caos, las catástrofes y las matanzas globales, y establecerá la era de la Justicia Islámica y la paz duradera.
El presidente Ahmadineyad ha declinado responder a las propuestas de Estados Unidos, la UE, Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU para que Irán detenga su programa de armamento y enriquecimiento de uranio hasta el 22 de agosto. ¿Por qué esta fecha? Porque el 22 de agosto coincide con el 28 de Rajab del calendario islámico, el día en que el gran Saladino conquistó Jerusalén.
Existe una enorme preocupación en la comunidad de Inteligencia por el Armagedón que podría desencadenar la ideología extremista de Ahmadineyad.
El mundo civilizado debe unirse en la lucha contra quienes anegan Israel y el mundo en terrorismo. Tenemos que dejar de analizar lo que distingue al Hamás sunní del Hezbolá chií y comenzar a poner el énfasis en lo que los une en su lucha contra nosotros: el Islam radical.
Porque odian
Larry Elder
Porque odian: una superviviente del terror islámico advierte a Estados Unidos es un libro firmado por Brigitte Gabriel. Esta es una versión editada de nuestra entrevista.
Larry Elder: Usted es de ascendencia libanesa cristiana. Cuando escuchó lo que dijo Rosie O'Donnell, que el extremismo cristiano es tan malo como el extremismo islámico, ¿cómo reaccionó?
Brigitte Gabriel: Bueno, no sé en qué país vive, pero yo no recuerdo cuándo fue la última vez que vi a un cristiano decapitar a alguien en televisión, o decapitar a alguien y anunciarlo en Internet. No recuerdo haber escuchado nunca a un cristiano predicar que los musulmanes son cerdos y monos porque están malditos por Jesús, tal y como hacen los musulmanes con respecto a nosotros. No recuerdo la última vez que un cristiano entró en un colegio, secuestró a los niños y empezó a dispararles por la espalda como hicieron los musulmanes en Beslán, en Rusia. [Rosie] debería estar dando gracias por vivir en Estados Unidos, porque si viviera en Irán y se pronunciase contra su país –o contra cualquier país árabe– sería decapitada o vería la mitad de su cuerpo enterrado en el suelo, para ser lapidada.
Elder: ¿Estudió Islam?
Gabriel: No, no lo estudié; lo viví. Crecí en Oriente Medio. Leo el Corán en árabe; no necesito traducción. Una cosa es vivir en un lugar, ser testigo de lo que sucede y proceder de una cultura y hablar sobre ella; y otra muy distinta licenciarse en Islam y vivir dos meses en Oriente Medio para poder escribir la tesis.
Elder: Usted se crió en el Líbano, tenía diez años y vivía en el sur del Líbano cuando militantes musulmanes entraron en tromba en su país y declararon la yihad contra los cristianos libaneses como usted.
Gabriel: Sí, mi 11 de Septiembre ocurrió en 1975 cuando era una niña de 10 años, preocupándome de mis propios asuntos en una pequeña ciudad del sur del Líbano. Yo era la hija única de un empresario y su esposa. Fui bendecida con una infancia maravillosa... me colmaron de amor y de todo aquello con lo que la vida les había bendecido. Sin embargo, nuestras vidas dieron un vuelco porque, en 1975, los musulmanes declararon la guerra santa a los cristianos del Líbano. Mi hogar se hizo pedazos a mi alrededor, enterrado en los escombros, herido mientras los autores materiales gritaban Alá ajbar. Mi único crimen fue ser una cristiana que vivía en una ciudad cristiana. A los diez años aprendí el significado de la palabra "infiel". Recibí un curso acelerado de supervivencia, no en los scout, sino en el refugio antiaéreo en el que viví durante siete años de mi vida con un frío sobrecogedor, oscuridad total, bebiendo agua estancada y comiendo hierba para sobrevivir. Recuerdo que, a la edad de trece años, me puse mi ropa de entierro para irme a dormir, esperando que me fueran a matar. Cuando cumplí veinte, había enterrado a la mayor parte de mis amigos, asesinados por musulmanes.
Elder: Usted califica su libro como un despertador de conciencias. Díganos lo que Occidente no comprende acerca de lo que yo llamo islamofascismo. Y a todo esto, ¿cree que "islamofascismo" es un término apropiado?
Gabriel: Sí, es un término apropiado. Luchamos contra el islamofascismo, libramos una guerra que es mucho peor que el nazismo y que nada contra lo que hayamos luchado antes porque ni siquiera los nazis animaban a sus hijos a atarse bombas a sus cuerpos para después celebrar sus muertes y las de sus víctimas. Los islamistas están animando a sus hijos a morir.
Elder: Hay 1.200 millones de musulmanes en el mundo. Analícelos por ideología.
Gabriel: No todos ellos son radicales. Estimamos que los radicales son entre el 15 y el 25%; eso se traduce en entre 180 y 300 millones de personas como Mohammad Atta, que están dispuestas a ponerse cinturones explosivos y llevar a cabo atentados suicidas. De acuerdo, son una minoría, del 15 al 25%, pero 300 millones de Mohammad Attas preparados para esparcir su sangre por Occidente... Bueno, el resto de ellos desprecia a Occidente, odian nuestra cultura, nos creen moralmente corruptos y piensan que estamos corrompiendo al mundo y que somos una influencia tan mala que es necesario pararnos a cualquier precio. Pueden no estar dispuestos a cometer atentados suicidas personalmente, pero se sentarán y animarán y apoyarán a los que sí que están dispuestos a matarnos.
Elder: ¿Estamos ganando?
Gabriel: No, estamos perdiendo.
Porque odian (2)
Larry Elder
Puede consultar la primera parte de esta entrevista, en el que la autora de Porque odian: una superviviente del terror islámico advierte a Estados Unidos describía, como libanesa, sus experiencias con el islamismo.
Larry Elder: ¿Qué provocó la invasión de la yihad en el Líbano de 1975?
Brigitte Gabriel: A comienzos de los años 70, el Líbano era un país de mayoría cristiana, una república muy parecida a Estados Unidos. Prosperamos. Nos centramos en hacer crecer nuestra economía. Éramos multiculturales, justos y tolerantes, y teníamos una política de fronteras abiertas. Recibíamos a todos en nuestro país, porque queríamos compartir la occidentalización que habíamos creado en Oriente Medio. Desgraciadamente, muchas de las personas que vinieron no querían asimilarse y adoptar costumbres occidentales, sino que querían arrastrarnos a su cultura islámica tribal. Hacia 1974, los cristianos dejaron de viajar. Nos convertimos en prisioneros en nuestros hogares y ciudades porque los musulmanes creaban controles en calles y carreteras que cambiaban continuamente de sitio. Nuestra religión estaba escrita en nuestro carnet de identidad, de modo que los musulmanes detenían los coches, examinaban los carnets y si correspondían a una familia cristiana, les disparaban a sangre fría. A toda la familia... Fundamentalistas musulmanes empezaron a llegar de todo el mundo árabe para luchar junto a los musulmanes del Líbano.
Elder: Háblenos del islamofascismo en Occidente.
Gabriel: El Center for Religious Freedom se infiltró el año pasado y recogió doscientas publicaciones de algunas de las mezquitas más prominentes de los Estados Unidos. Esos libros, proporcionados por el Gobierno de Arabia Saudí a las mezquitas norteamericanas, enseñan a los musulmanes a vivir en territorio infiel y les dicen cómo tratar con los infieles. Estas publicaciones saudíes instan repetidamente a los musulmanes, y cito textualmente, "a odiarlos por su religión", refiriéndose a cristianos, judíos, ateos y todos los demás. Afirman que la justicia, la libertad, la hermandad y la igualdad provocan todos los problemas del mundo. Esto se está enseñando en las mezquitas.
Hay cosas aún peores. Afirman que es el deber religioso de todo musulmán imponer el Gobierno islámico a cada uno de los países del mundo. Este deber religioso es vinculante y una sagrada obligación de la yihad. Muchas personas no se dan cuenta de que bajo la bandera del Islam los musulmanes mataron a niños en Israel, masacraron a niños en el Líbano, mataron a los coptos de Egipto, asesinaron a armenios en Turquía, mataron hindúes en la India y expulsaron a más de 900.000 judíos de territorio árabe. Todo eso sucedió antes de que pusieran sus ojos en Occidente y antes del 11 de septiembre de 2001. Esta es la religión del Islam.
Elder: ¿Existen musulmanes moderados que condenen a los radicales, que no se sientan amenazados por la democracia?
Gabriel: Sí, pero yo los llamo musulmanes practicantes y no practicantes. Creo que es una descripción mejor que "moderado" o "radical". Un musulmán practicante acude a la mezquita, reza cinco veces al día, no bebe, cree que Alá le dio a la mujer para ser su propiedad:-para pegarla, para lapidarla... Cree que cristianos y judíos son monos y cerdos porque están malditos por Alá. Cree que es su deber declarar la guerra a los infieles porque son los enemigos de Alá. Eso es un musulmán practicante.
Un musulmán no practicante ya no va a la mezquita ni reza cinco veces al día, toma un vaso de vino ocasional y cree que la mujer es igual al hombre. Cree que no puede asesinar a su mujer porque quiera hacerlo. No cree en tener cuatro esposas sólo por placer sexual. Ya no cree que, como musulmán, tenga el deber de matar a los cerdos y los monos que han sido malditos por Alá. Un musulmán no practicante tiene educación, es un intelectual que cree que el Corán –redactado en el siglo VII– no se aplica a los estándares de hoy, y que el Islam necesita reformarse. Esos musulmanes sí existen y viven en Occidente. Sin embargo, forman tal minoría –estimamos que cercana al 2%– que son irrelevantes porque es la mayoría la que está provocando el problema ahora.
Elder: ¿Qué debería hacerse?
Brigitte Gabriel: Clausurar nuestras fronteras. Tenemos terroristas atravesándolas. Al Qaeda está trabajando con el MS-13 [la mafia salvadoreña Mara Salvatrucha], introduciendo terroristas de Al Qaeda en el país. Hezbolá está haciendo lo mismo. Estimamos que ya hay miles viviendo en Estados Unidos. Hamas está aquí, tiene células en más de cuarenta estados. También tenemos que reformar nuestros programas de inmigración y visado. Necesitamos monitorizar quién está entrando en el país y por qué. Necesitamos incrementar la Inteligencia humana, lograr ese elemento humano que recopila información; lleva años establecer confianza con el enemigo con el fin de sacar secretos de ellos. En cuanto al fichado, quiero que todo el mundo que encaja en el perfil de un terrorista sea fichado. Tenemos varones entre los dieciséis y cuarenta años de edad que han cometido actos terroristas por todo el mundo en nombre del Islam. No son ancianitas de Ohio con canas. No son niños que van a Disney World por sus vacaciones de Pascua.
Elder: ¿Qué sucedería si un demócrata ganara las elecciones del 2008?
Gabriel: Estamos condenados. Nuestros enemigos quieren que ganen los demócratas. Estas últimas elecciones, las páginas web yihadistas lanzaban las campanas al vuelo y afirmaban que los demócratas son nuestros aliados la guerra contra Estados Unidos... y quien venga a continuación va a tener que lidiar con los mismos problemas que Bush.
Enviado por SORLO.
Texto de la carta que ha enviado la Fundación Libanesa por la Paz al primer ministro de Israel, Ehud Olmert. La versión en inglés ha corrido a cargo de Walid Phares, de la Fundación por un Líbano Libre.
Te animamos a golpearles duro y a destruir su infraestructura terrorista. No es sólo Israel quien está harto de esta situación, sino la mayoría silenciosa de los libaneses, harta de Hezbolá pero incapaz de hacer algo por miedo a las represalias de los terroristas.
En representación de miles de libaneses, te pedimos que abras las puertas del Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv a los miles de voluntarios de la diáspora que están dispuestos a coger las armas y liberar su patria del fundamentalismo islámico.
Te pedimos apoyo, facilidades y logística para ganar esta batalla y lograr juntos los mismos objetivos: la paz y la seguridad para el Líbano, para Israel y para las generaciones futuras.
Los una vez predominantes libaneses cristianos, responsables de brindar al mundo "el París de Oriente Medio", como solía ser conocido el Líbano, han sido asesinados, masacrados, expulsados de sus hogares y dispersados por el mundo, mientras el Islam radical declaraba la guerra santa y tomaba el control del país, en los años 70. Los cristianos libaneses manifiestan la opinión de que ellos e Israel han aprendido de la experiencia, que ahora descubre a regañadientes el resto del mundo.
Mientras el mundo protegía a aquella OLP que se retiraba del Líbano en 1983, con Israel pisándole los talones, nacía otra organización con una ideología más volátil y religiosa: Hezbolá, "el Partido de Alá", fundado por el ayatolá Jomeini y financiado por Irán. Fue Hezbolá quien voló por los aires los barracones de los marines norteamericanos en el Líbano, en octubre de 1983, matando a 241 americanos y a 67 paracaidistas franceses. El presidente Reagan ordenó en febrero de 1984 la retirada de las unidades de la Fuerza Multilateral de EEUU, y pasó página tanto a la matanza de los marines como a la implicación norteamericana en el Líbano.
El mundo civilizado, que erróneamente vilipendió entonces a los cristianos y a Israel y que hoy sigue vilipendiando a Israel, no prestaba atención a los acontecimientos. Mientras Estados Unidos y el resto del mundo andaban preocupados por el conflicto Israel-OLP, los regímenes terroristas de Siria e Irán alimentaron el fundamentalismo islámico en el Líbano y en todo el planeta.
Los extremistas chiíes de Hezbolá comenzaron a reproducirse como conejos, desbordando a los cristianos y a los sunníes moderados. Veinticinco años después, han producido el suficiente número de gente como para hacerse electoralmente con 24 escaños del Parlamento libanés. Desde la retirada israelí, en el año 2000, el Líbano se ha convertido en una base terrorista gestionada y controlada por Siria, con su presidente local marioneta, Lahoud, y el "Estado dentro del Estado" de Hezbolá.
El Ejército libanés dispone de menos de 10.000 efectivos. Hezbolá cuenta con más de 4.000 milicianos entrenados, y en el sur del Líbano y el Valle de la Bekaa hay alrededor de 700 miembros de la Guardia Revolucionaria iraní. ¿Por qué, pues, no se ocupa de solventar la situación el Ejército? Porque una mayoría de libaneses musulmanes supone que se dividirá y que una parte se unirá, siguiendo patrones religiosos, con las fuerzas islámicas, tal y como ocurrió en 1976, al inicio de la guerra civil libanesa.
Todo se reduce a una guerra que enfrenta a la ideología yihadista con el occidentalismo judeocristiano. Los musulmanes, que hoy son mayoritarios en el Líbano, apoyan a Hezbolá porque forman parte de la Umma, la nación islámica. He aquí el tabú que todo el mundo pretende pasar por alto.
Los recientes ataques contra Israel han sido orquestados por Irán y Siria, si bien ambos países tienen intereses distintos. Damasco considera el Líbano parte de la "Gran Siria". El joven presidente sirio, Bachar Asad, y sus lugartenientes en la Inteligencia militar baazista se sirven de este último estallido de violencia para demostrar a los libaneses que necesitan de la presencia siria para protegerse de la agresión israelí y estabilizar el país. Irán utiliza convenientemente a su ejército títere libanés, Hezbolá, para distraer la atención de los líderes mundiales en la cumbre del G-8 de sus intentos de hacerse con armamento nuclear. El apocalíptico presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y los mulás de Teherán pretenden hacerse con el dominio hegemónico del mundo islámico bajo el demencial estandarte del chiísmo mahdista. Ahmadineyad quiere consolidar su posición como principal yihadista de Alá cumpliendo con su promesa de "borrar a Israel del mapa".
Por mucho que quiera evitar hacer frente a la realidad del extremismo islámico en Oriente Medio, Occidente no puede ocultar que Hamás y Hezbolá, contra los cuales lucha Israel, comparten la misma ideología islámica radical que ha fomentado el terrorismo contra el que luchan América y el mundo. Es el mismo Hezbolá con el que Irán amenaza a América, en forma de atentados suicidas, si ésta le impide desarrollar armamento nuclear. Mantiene células en más de diez ciudades de Estados Unidos. Hamás, por su parte, cuenta con la mayor infraestructura terrorista en suelo americano. Esto es lo que pasa cuando cierras los ojos ante el mal durante décadas, con la esperanza de que desaparezca.
El jeque Nasralá, líder de Hezbolá, es un agente iraní. No es un actor independiente en esta pantomima. Lleva implicado en el terrorismo más de 25 años. Irán, con su visión islámica de un Oriente Medio chií, tiene agentes, tropas y dinero en Gaza, los territorios palestinos, el Líbano, Siria e Irak. Detrás de esto se encuentra la concepción que impulsa al presidente iraní, que se cree "el instrumento y el catalizador" de Alá para poner fin al mundo tal y como lo conocemos y abrir el camino a la era del Mahdi. Ahmadineyad tiene una fe ciega (y mesiánica) en la tradición chií del duodécimo, u "oculto", salvador islámico, que emergerá de un pozo de la ciudad sagrada de Qum (Irán), después del caos, las catástrofes y las matanzas globales, y establecerá la era de la Justicia Islámica y la paz duradera.
El presidente Ahmadineyad ha declinado responder a las propuestas de Estados Unidos, la UE, Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU para que Irán detenga su programa de armamento y enriquecimiento de uranio hasta el 22 de agosto. ¿Por qué esta fecha? Porque el 22 de agosto coincide con el 28 de Rajab del calendario islámico, el día en que el gran Saladino conquistó Jerusalén.
Existe una enorme preocupación en la comunidad de Inteligencia por el Armagedón que podría desencadenar la ideología extremista de Ahmadineyad.
El mundo civilizado debe unirse en la lucha contra quienes anegan Israel y el mundo en terrorismo. Tenemos que dejar de analizar lo que distingue al Hamás sunní del Hezbolá chií y comenzar a poner el énfasis en lo que los une en su lucha contra nosotros: el Islam radical.
Porque odian
Larry Elder
Porque odian: una superviviente del terror islámico advierte a Estados Unidos es un libro firmado por Brigitte Gabriel. Esta es una versión editada de nuestra entrevista.
Larry Elder: Usted es de ascendencia libanesa cristiana. Cuando escuchó lo que dijo Rosie O'Donnell, que el extremismo cristiano es tan malo como el extremismo islámico, ¿cómo reaccionó?
Brigitte Gabriel: Bueno, no sé en qué país vive, pero yo no recuerdo cuándo fue la última vez que vi a un cristiano decapitar a alguien en televisión, o decapitar a alguien y anunciarlo en Internet. No recuerdo haber escuchado nunca a un cristiano predicar que los musulmanes son cerdos y monos porque están malditos por Jesús, tal y como hacen los musulmanes con respecto a nosotros. No recuerdo la última vez que un cristiano entró en un colegio, secuestró a los niños y empezó a dispararles por la espalda como hicieron los musulmanes en Beslán, en Rusia. [Rosie] debería estar dando gracias por vivir en Estados Unidos, porque si viviera en Irán y se pronunciase contra su país –o contra cualquier país árabe– sería decapitada o vería la mitad de su cuerpo enterrado en el suelo, para ser lapidada.
Elder: ¿Estudió Islam?
Gabriel: No, no lo estudié; lo viví. Crecí en Oriente Medio. Leo el Corán en árabe; no necesito traducción. Una cosa es vivir en un lugar, ser testigo de lo que sucede y proceder de una cultura y hablar sobre ella; y otra muy distinta licenciarse en Islam y vivir dos meses en Oriente Medio para poder escribir la tesis.
Elder: Usted se crió en el Líbano, tenía diez años y vivía en el sur del Líbano cuando militantes musulmanes entraron en tromba en su país y declararon la yihad contra los cristianos libaneses como usted.
Gabriel: Sí, mi 11 de Septiembre ocurrió en 1975 cuando era una niña de 10 años, preocupándome de mis propios asuntos en una pequeña ciudad del sur del Líbano. Yo era la hija única de un empresario y su esposa. Fui bendecida con una infancia maravillosa... me colmaron de amor y de todo aquello con lo que la vida les había bendecido. Sin embargo, nuestras vidas dieron un vuelco porque, en 1975, los musulmanes declararon la guerra santa a los cristianos del Líbano. Mi hogar se hizo pedazos a mi alrededor, enterrado en los escombros, herido mientras los autores materiales gritaban Alá ajbar. Mi único crimen fue ser una cristiana que vivía en una ciudad cristiana. A los diez años aprendí el significado de la palabra "infiel". Recibí un curso acelerado de supervivencia, no en los scout, sino en el refugio antiaéreo en el que viví durante siete años de mi vida con un frío sobrecogedor, oscuridad total, bebiendo agua estancada y comiendo hierba para sobrevivir. Recuerdo que, a la edad de trece años, me puse mi ropa de entierro para irme a dormir, esperando que me fueran a matar. Cuando cumplí veinte, había enterrado a la mayor parte de mis amigos, asesinados por musulmanes.
Elder: Usted califica su libro como un despertador de conciencias. Díganos lo que Occidente no comprende acerca de lo que yo llamo islamofascismo. Y a todo esto, ¿cree que "islamofascismo" es un término apropiado?
Gabriel: Sí, es un término apropiado. Luchamos contra el islamofascismo, libramos una guerra que es mucho peor que el nazismo y que nada contra lo que hayamos luchado antes porque ni siquiera los nazis animaban a sus hijos a atarse bombas a sus cuerpos para después celebrar sus muertes y las de sus víctimas. Los islamistas están animando a sus hijos a morir.
Elder: Hay 1.200 millones de musulmanes en el mundo. Analícelos por ideología.
Gabriel: No todos ellos son radicales. Estimamos que los radicales son entre el 15 y el 25%; eso se traduce en entre 180 y 300 millones de personas como Mohammad Atta, que están dispuestas a ponerse cinturones explosivos y llevar a cabo atentados suicidas. De acuerdo, son una minoría, del 15 al 25%, pero 300 millones de Mohammad Attas preparados para esparcir su sangre por Occidente... Bueno, el resto de ellos desprecia a Occidente, odian nuestra cultura, nos creen moralmente corruptos y piensan que estamos corrompiendo al mundo y que somos una influencia tan mala que es necesario pararnos a cualquier precio. Pueden no estar dispuestos a cometer atentados suicidas personalmente, pero se sentarán y animarán y apoyarán a los que sí que están dispuestos a matarnos.
Elder: ¿Estamos ganando?
Gabriel: No, estamos perdiendo.
Porque odian (2)
Larry Elder
Puede consultar la primera parte de esta entrevista, en el que la autora de Porque odian: una superviviente del terror islámico advierte a Estados Unidos describía, como libanesa, sus experiencias con el islamismo.
Larry Elder: ¿Qué provocó la invasión de la yihad en el Líbano de 1975?
Brigitte Gabriel: A comienzos de los años 70, el Líbano era un país de mayoría cristiana, una república muy parecida a Estados Unidos. Prosperamos. Nos centramos en hacer crecer nuestra economía. Éramos multiculturales, justos y tolerantes, y teníamos una política de fronteras abiertas. Recibíamos a todos en nuestro país, porque queríamos compartir la occidentalización que habíamos creado en Oriente Medio. Desgraciadamente, muchas de las personas que vinieron no querían asimilarse y adoptar costumbres occidentales, sino que querían arrastrarnos a su cultura islámica tribal. Hacia 1974, los cristianos dejaron de viajar. Nos convertimos en prisioneros en nuestros hogares y ciudades porque los musulmanes creaban controles en calles y carreteras que cambiaban continuamente de sitio. Nuestra religión estaba escrita en nuestro carnet de identidad, de modo que los musulmanes detenían los coches, examinaban los carnets y si correspondían a una familia cristiana, les disparaban a sangre fría. A toda la familia... Fundamentalistas musulmanes empezaron a llegar de todo el mundo árabe para luchar junto a los musulmanes del Líbano.
Elder: Háblenos del islamofascismo en Occidente.
Gabriel: El Center for Religious Freedom se infiltró el año pasado y recogió doscientas publicaciones de algunas de las mezquitas más prominentes de los Estados Unidos. Esos libros, proporcionados por el Gobierno de Arabia Saudí a las mezquitas norteamericanas, enseñan a los musulmanes a vivir en territorio infiel y les dicen cómo tratar con los infieles. Estas publicaciones saudíes instan repetidamente a los musulmanes, y cito textualmente, "a odiarlos por su religión", refiriéndose a cristianos, judíos, ateos y todos los demás. Afirman que la justicia, la libertad, la hermandad y la igualdad provocan todos los problemas del mundo. Esto se está enseñando en las mezquitas.
Hay cosas aún peores. Afirman que es el deber religioso de todo musulmán imponer el Gobierno islámico a cada uno de los países del mundo. Este deber religioso es vinculante y una sagrada obligación de la yihad. Muchas personas no se dan cuenta de que bajo la bandera del Islam los musulmanes mataron a niños en Israel, masacraron a niños en el Líbano, mataron a los coptos de Egipto, asesinaron a armenios en Turquía, mataron hindúes en la India y expulsaron a más de 900.000 judíos de territorio árabe. Todo eso sucedió antes de que pusieran sus ojos en Occidente y antes del 11 de septiembre de 2001. Esta es la religión del Islam.
Elder: ¿Existen musulmanes moderados que condenen a los radicales, que no se sientan amenazados por la democracia?
Gabriel: Sí, pero yo los llamo musulmanes practicantes y no practicantes. Creo que es una descripción mejor que "moderado" o "radical". Un musulmán practicante acude a la mezquita, reza cinco veces al día, no bebe, cree que Alá le dio a la mujer para ser su propiedad:-para pegarla, para lapidarla... Cree que cristianos y judíos son monos y cerdos porque están malditos por Alá. Cree que es su deber declarar la guerra a los infieles porque son los enemigos de Alá. Eso es un musulmán practicante.
Un musulmán no practicante ya no va a la mezquita ni reza cinco veces al día, toma un vaso de vino ocasional y cree que la mujer es igual al hombre. Cree que no puede asesinar a su mujer porque quiera hacerlo. No cree en tener cuatro esposas sólo por placer sexual. Ya no cree que, como musulmán, tenga el deber de matar a los cerdos y los monos que han sido malditos por Alá. Un musulmán no practicante tiene educación, es un intelectual que cree que el Corán –redactado en el siglo VII– no se aplica a los estándares de hoy, y que el Islam necesita reformarse. Esos musulmanes sí existen y viven en Occidente. Sin embargo, forman tal minoría –estimamos que cercana al 2%– que son irrelevantes porque es la mayoría la que está provocando el problema ahora.
Elder: ¿Qué debería hacerse?
Brigitte Gabriel: Clausurar nuestras fronteras. Tenemos terroristas atravesándolas. Al Qaeda está trabajando con el MS-13 [la mafia salvadoreña Mara Salvatrucha], introduciendo terroristas de Al Qaeda en el país. Hezbolá está haciendo lo mismo. Estimamos que ya hay miles viviendo en Estados Unidos. Hamas está aquí, tiene células en más de cuarenta estados. También tenemos que reformar nuestros programas de inmigración y visado. Necesitamos monitorizar quién está entrando en el país y por qué. Necesitamos incrementar la Inteligencia humana, lograr ese elemento humano que recopila información; lleva años establecer confianza con el enemigo con el fin de sacar secretos de ellos. En cuanto al fichado, quiero que todo el mundo que encaja en el perfil de un terrorista sea fichado. Tenemos varones entre los dieciséis y cuarenta años de edad que han cometido actos terroristas por todo el mundo en nombre del Islam. No son ancianitas de Ohio con canas. No son niños que van a Disney World por sus vacaciones de Pascua.
Elder: ¿Qué sucedería si un demócrata ganara las elecciones del 2008?
Gabriel: Estamos condenados. Nuestros enemigos quieren que ganen los demócratas. Estas últimas elecciones, las páginas web yihadistas lanzaban las campanas al vuelo y afirmaban que los demócratas son nuestros aliados la guerra contra Estados Unidos... y quien venga a continuación va a tener que lidiar con los mismos problemas que Bush.
Enviado por SORLO.
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