28 abril, 2007

BUENA NOTICIA.-

AUSTRALIA DA UN PRIMER PASO PARA ADJUDICAR A NAVANTIA Y A UNA COMPAÑÍA NACIONAL LA COMPRA DE TRES BUQUES DE GUERRA.
El Ministerio de Defensa australiano ha recomendado al Ejecutivo dirigido por el primer ministro, John Howard, la adjudicación de la compra de tres buques de guerra a un consorcio integrado por 'Navantia' y otra empresa australiana, un programa presupuestado con 7.000 millones de dólares australianos y que supondría una ganancia neta para la compañía española de unos 200 millones de euros.En un artículo publicado por el diario 'The Australian' con el título 'Defensa respalda el buque de guerra español para el contrato de 7.000 millones de dólares', el experto de defensa del citado periódico, Patrick Walters, asegura que la fragata española F100 'se convertirá en el nuevo buque de guerra de primera línea de Australia si el Gobierno acepta la recomendación en firme que ha realizado Defensa para el contrato de 7.000 millones de dólares'.Fuentes del sector industrial español indicaron a Europa Press que la concesión de este destacado contrato implicaría un beneficio neto de unos 200 millones de euros para Navantia. Las mismas fuentes advirtieron de que la decisión definitiva no se adoptará hasta junio y subrayaron que el Ejecutivo de Howard podría llegar a decantarse por la opción estadounidense si ésta redujera sus pretensiones económicas.El especialista del diario 'The Australian' señala que la oferta de Navantia ha sido rechazada por la cúpula militar, que apuesta por la oferta estadounidense basada en los destructores de la clase 'Arleigh Burke', pero subraya que el Comité de Capacidades e Inversiones del Ministerio de Defensa --el máximo órgano consultor en contrataciones-- decidió la semana pasada en una reunión respaldar el programa de la F-100 --que será construida por la compañía naval que se presentó con Navantia mientras que la empresa española se hará cargo del diseño del buque y de ciertos aspectos de mantenimiento--.'En sus conclusiones, (el Comité) observó que la oferta de la F100 supone un ahorro de más de 1.000 millones de dólares frente a la opción estadounidense y que cuenta con un adelanto de más de dos años en el calendario de entregas de los tres buques de guerra', señala el periodista.Siempre según la información del diario australiano --uno de los de mayor difusión en el país--, el Comité de Seguridad Nacional del Gobierno, que decidirá finalmente en junio si acepta la opción española o la estadounidense, 'también considerará la posibilidad de mantener una opción para comprar un cuarto destructor F100'.La decisión de optar por el buque basado en la fragata de la clase 'Alvaro de Bazán' F100 frente a la alternativa ofrecida por la norteamericana Gibbs and Cox no ha sido del agrado del jefe de la Armada, el vicealmirante Russ Shalders, 'quien no ha ocultado su preferencia por el buque de guerra estadounidense, de mayores dimensiones'.NAVANTIA GANA EL TEST POR 'PALIZA'.El jefe de la Marina reconoció el pasado mes que la oferta de Navantia era buena pero incidió en que él quiere un destructor con mucha capacidad. Sin embargo, falló a la hora de convencer a sus colegas del Comité de Capacidades del Ministerio de Defensa en un debate que fuentes experimentadas de defensa definieron como 'una completa paliza'.Otras fuentes de Defensa citadas por el experto del diario australiano aseguraron que la evaluación de las dos ofertas concluyó concluyó con una mejor valoración para la opción española 'en todos los aspectos clave'.Las mismas fuentes señalaron que el 'handicap' que ha afrontado la oferta estadounidense es que su proyecto está en fase preeliminar, lo que incrementa el riesgo para la empresa australiana que se encargue de desarrollarlo. Por contra, la fragata F100 está ya en servicio en la Armada española y ha participado en misiones internacionales y ha certificado su sistema de combate.El programa de los tres destructores es uno de los proyectos más ambiciosos impulsados por la Armada Real Australiana, con un presupuesto global de 7.000 millones de dólares, destinados en su mayoría a una empresa australiana, dado que tanto Navantia como Gibbs and Cox sólo aportan el diseño y labores de mantenimiento.

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