14 mayo, 2007

ALGO SE MUEVE EN NAVARRA.-

El CIS confirma que Miguel Sanz se expone a perder la mayoría absoluta y avala las posibilidades de que Nafarroa Bai se convierta en la segunda fuerza de la comunidad foral, por encima del PSN
La proximidad de la cita con las urnas no parece cautivar a los navarros. En las últimas semanas, los comicios que decidirán la composición del futuro Gobierno foral han despertado más expectación en el marco de la política nacional, dado el empeño del PP en incorporar esta comunidad a su arsenal opositor. El pasado jueves, la enseña de las cadenas de oro sobre fondo rojo jugó un papel estelar en el escenario que los populares instalaron en Madrid para dar comienzo a su campaña electoral.Pese a su aparente desinterés, los navarros tienen ante sí, por vez primera en once años, la oportunidad de precipitar un cambio político en la dirección de las instituciones autonómicas, que ahora controla UPN con el apoyo del CDN. De lo que ya no hay duda es de que en el Parlamento foral que los votantes elegirán el próximo día 27 no tendrán cabida ni ANV ni la plataforma Abertzale Sozialistak, opciones definitivamente rechazadas por el Tribunal Constitucional. Por segunda legislatura consecutiva, la aplicación de la Ley cierra las puertas de la Cámara autonómica a la izquierda abertzale histórica.
ENCUESTA ELECTORAL.
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas difundida ayer avaló los pronósticos que apuntan a un cambio de rumbo en la política navarra. El CIS, sin embargo, introdujo al mismo tiempo dosis de incertidumbre: el socialismo navarro corre el riesgo de sufrir un retroceso que podría limitar su margen de maniobra. Los datos del sondeo relegan a la condición de tercera fuerza política a la candidatura que encabeza Fernando Puras. Con diez escaños - desde 1995 permanecía anclado en once-, se situaría muy por detrás de Nafarroa Bai, que, merced a la concentración del voto nacionalista en torno a una única sigla, superaría de largo el techo histórico de la representación vasquista: según el CIS, la lista de Patxi Zabaleta obtendría entre 13 y 14 escaños. El bloque foralista perdería, en efecto, la mayoría absoluta. Aunque Unión del Pueblo Navarro volvería a ser el partido más votado, debería conformarse con 20 ó 21 escaños (ahora tiene 23). Convergencia de Demócratas de Navarra sumaría tres, uno menos que en la actualidad, e Izquierda Unida también bajaría de cuatro a tres.Un resultado de este calibre abriría el camino hacia la formación de un 'gobierno a la catalana' integrado por Na-Bai, el PSN e IU. El tripartito aparecería ante la sociedad navarra como la alternativa de progreso capaz de acabar con la hegemonía de la derecha. Pero el sombrío futuro que el CIS depara a la candidatura de Puras complica la situación. Para el PSN es muy distinto presidir el Ejecutivo con el apoyo de Na-Bai que contribuir a que ese mismo gabinete lo encabece un independentista como Zabaleta. En tal caso, los sectores del socialismo navarro que rechazan el acercamiento al nacionalismo aún a costa de permanecer en la oposición intentarían hacerse oír y apostarían por condenar a Sanz a abordar una complicada legislatura en minoría. Sin embargo, en un contexto como el actual, de ruptura de cualquier lazo entre el PSOE y el PP, no es fácil imaginar a un Partido Socialista capaz de poner en bandeja el Ejecutivo autonómico a la formación que representa a los populares en Navarra.El escenario dibujado por el CIS tampoco resultaría sencillo para la coalición que integran Aralar, EA, el PNV, Batzarre y un grupo de independientes. Aunque el resultado de la encuesta es más que positivo para Nafarroa Bai, la candidatura nacionalista está empeñada en desalojar a UPN del palacio foral. Así las cosas, socialistas y nacionalistas seguirían, abocados a explorar todas las vías posibles para no ser señalados como los responsables de una nueva investidura de Sanz.
PROPUESTA POLÉMICA.
La tercera posibilidad - un acuerdo de gobierno entre UPN y el PSN - parece completamente inviable. En marzo, Sanz ya ofreció a Puras un acuerdo para «blindar el régimen foral» a cambio de «un reparto en las cuotas de poder». La polémica propuesta no prosperó.El presidente navarro trasladó esta oferta al candidato socialista apenas dos días después de que una manifestación convocada por su Gobierno recorriera las calles de Pamplona en defensa de la foralidad de Navarra. La movilización tenía como objetivo rechazar una hipotética unión con Euskadi, aunque, según establece la disposición transitoria cuarta de la Constitución, esta posibilidad jamás prosperaría sin el consentimiento de los ciudadanos de la comunidad foral expresado en referéndum. Frente a las acometidas del discurso identitario monopolizado por Sanz, Puras ha dejado entrever sus cartas en contadas ocasiones. Cada vez que lo ha hecho ha puesto todo su empeño en proclamar que no pactará «a cualquier precio» y que considera «irrenunciable» la integridad de la comunidad foral. Ahora, los datos del CIS parecen poner en entredicho el acierto de los estrategas del PSN, pero también el de los de UPN, que no evitan la pérdida de la mayoría absoluta. Sin embargo, el resultado de este sondeo puede condicionar no solo el comportamiento de los partidos, sino también el de los electores. En principio, contiene elementos suficientes para incentivar la participación o para utilizarlo como una llamada a ejercer el 'voto útil', la amenaza que planea desde ahora sobre los minoritarios CDN e IU.
IGNACIO MEDRANO i.medrano@diario-elcorreo.com/BILBAO.

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