Podría ser conmovedor, pero la referencia estremece porque después de la evocación al mítico Al Andalus, llegarán las bombas y las masacres. Al Qaeda sueña con un califato panislámico "desde Al Andalus hasta Irak". Ayman al Zawahiri, el siniestro médico egipcio que ejerce de mano derecha de Osama Ben Laden desde hace más de 10 años, hace votos para que Alá conceda a los yihadistas "el favor de pisar con pies puros el usurpado Al Andalus". Suena a poesía, pero es una amenaza. Y no se puede pasar por alto que el primer paso en ese camino atraviese Ceuta y Melilla, que el número dos de La Base no duda en comparar con Palestina y Chechenia como "zonas de conflicto". No es Zawahiri el único que amenaza y reivindica territorio español. Los autores de la carnicería de Argel; este 11 de abril, no nos ha olvidado. Y lo han subrayado por teléfono a la televisión Al Yazira, pero también por Internet, donde ha asegurado que mantendrán sus acciones terroristas hasta conseguir la "liberación" de la que consideran "tierra del Islam, desde Jerusalén hasta Al Andalus". Ya Osama ben Laden hizo esta misma referencia a nuestro país antes incluso del atentado contra las Torres Gemelas, y responsables de Al Qaeda en Afganistán repitieron recientemente la mención a "Al Andalus", una espina clavada en el corazón del islamismo radical, que vive la Reconquista como su gran derrota histórica. Aunque el Gobierno Zapatero, por boca de la vicepresidenta, diga que no pasa nada y que no hay miedo, España está o debería estar en alerta. Es obvio que si el islamismo radical está creciendo en el norte de África, Ceuta y Melilla se conviertan en nuestra principal preocupación.
Las dos ciudades autónomas conviven con la amenaza del integrismo islámico y su estrategia expansionista. Y aunque Zapatero lo trate de ocultar, enfatizando su ilusoria "Alianza de Civilizaciones", los enemigos de fuera, tiene aliados dentro. Sobre todo en la comunidad musulmana. En unos casos de forma abierta, como Mohamed Ahmed Alí, miembro de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, presidente del partido Unión de Musulmanes ceutíes y defensor de los planteamientos marroquíes más radicales, quien nunca duda en adjetivar a Ceuta y Melilla como "ciudades ocupadas". Hay una evidente agudización del proceso de reislamización social en las ciudades españolas del norte de Africa. El control de las fronteras es escaso y se complica porque la actividad económica de Ceuta y Melilla depende en gran medida del comercio minorista con el norte de Marruecos. La Oficina de Estudios del Departamento de Estado de EEUU y los sondeos del Pew Global Attityudes Survey consideran que entre el 10% y el 15% de la población musulmana española simpatiza con Al Qaeda o sus postulados. Desde hace un año, se multiplican los avisos. Primero, cuando una organización denominada Nadim al Magrebí colgó en Internet desde un ordenador situado en Argel un comunicado en árabe en el que anima a luchar para emprender "la guerra al Estado infiel español y liberar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla". La última amenaza de reconquista de Al Andalus data de esta misma semana y procede - vía Internet - de la Organización Al Qaeda en Tierra del Magreb Islámico, nombre adoptado por el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC):
"Juramos por Alá no deponer nuestra espada ni descansar hasta que liberemos cada palmo de la tierra del Islam de todo cruzado, colaboracionista y agente, desde Jerusalén hasta Al Andalus".
El antiguo GSPC ya penetró en España en los años noventa. Durante los últimos años, una veintena de supuestos miembros de esta organización han sido detenidos en España por supuestas labores de captación, financiación y apoyo a sus compañeros en Argelia. El 31,4% de los islamistas presos en España son de procedencia argelina (un 39,7% procede de Marruecos). A pesar de la precipitada retirada de Irak, de los mensajes apaciguadores del Gobierno Zapatero, de la apuesta por la Alianza de Civilizaciones y de los pañuelos palestinos que se pone Zapatero, la impresión de los expertos es que España es hoy más blanco de Al Qaeda que antes de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
Las dos ciudades autónomas conviven con la amenaza del integrismo islámico y su estrategia expansionista. Y aunque Zapatero lo trate de ocultar, enfatizando su ilusoria "Alianza de Civilizaciones", los enemigos de fuera, tiene aliados dentro. Sobre todo en la comunidad musulmana. En unos casos de forma abierta, como Mohamed Ahmed Alí, miembro de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, presidente del partido Unión de Musulmanes ceutíes y defensor de los planteamientos marroquíes más radicales, quien nunca duda en adjetivar a Ceuta y Melilla como "ciudades ocupadas". Hay una evidente agudización del proceso de reislamización social en las ciudades españolas del norte de Africa. El control de las fronteras es escaso y se complica porque la actividad económica de Ceuta y Melilla depende en gran medida del comercio minorista con el norte de Marruecos. La Oficina de Estudios del Departamento de Estado de EEUU y los sondeos del Pew Global Attityudes Survey consideran que entre el 10% y el 15% de la población musulmana española simpatiza con Al Qaeda o sus postulados. Desde hace un año, se multiplican los avisos. Primero, cuando una organización denominada Nadim al Magrebí colgó en Internet desde un ordenador situado en Argel un comunicado en árabe en el que anima a luchar para emprender "la guerra al Estado infiel español y liberar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla". La última amenaza de reconquista de Al Andalus data de esta misma semana y procede - vía Internet - de la Organización Al Qaeda en Tierra del Magreb Islámico, nombre adoptado por el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC):
"Juramos por Alá no deponer nuestra espada ni descansar hasta que liberemos cada palmo de la tierra del Islam de todo cruzado, colaboracionista y agente, desde Jerusalén hasta Al Andalus".
El antiguo GSPC ya penetró en España en los años noventa. Durante los últimos años, una veintena de supuestos miembros de esta organización han sido detenidos en España por supuestas labores de captación, financiación y apoyo a sus compañeros en Argelia. El 31,4% de los islamistas presos en España son de procedencia argelina (un 39,7% procede de Marruecos). A pesar de la precipitada retirada de Irak, de los mensajes apaciguadores del Gobierno Zapatero, de la apuesta por la Alianza de Civilizaciones y de los pañuelos palestinos que se pone Zapatero, la impresión de los expertos es que España es hoy más blanco de Al Qaeda que antes de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
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