Testigos estrella.
Dada la gran expectación que había levantado la jornada de ayer, las relativamente escasas novedades supieron a poco. Ni Jesús de la Morena, Comisario General de Información cuando el 11-M, ni Pedro Díaz-Pintado, Subdirector General Operativo, aportaron nada que permita dar un nuevo vuelco a la valoración de los hechos.
Sin embargo, hubo detalles interesantes. Díaz-Pintado narró la famosa conversación mantenida por teléfono durante la mañana del mismo 11 de marzo con Santiago Cuadro, comisario general de Seguridad Ciudadana, que le dijo que el explosivo empleado había sido “Titadyne con cordón detonante”, lo que equivalía a señalar a la ETA. Por la tarde, el mismo Santiago Cuadro le desmintió esta información y, según la narración de Díaz-Pintado, le dijo que no era Titadyne, sino otra clase de dinamita que no era posible especificar, pero que no era Titadyne porque no se había encontrado nitroglicerina.
Ahora bien, debe tenerse muy en cuenta que esta segunda conversación, en la que se desmintió que se hubiera empleado Titadyne, tuvo lugar algunas horas después de haberse descubierto en las proximidades de la estación de Alcalá de Henares la Renault Kangoo con restos de Goma 2 ECO y una cinta con versículos del Corán. Es decir, el desmentido se produjo después de haber aparecido el primer indicio islamista.
Todos los que seguimos la información política podemos recordar lo que mayoritariamente pensamos aquella mañana tras superar el impacto del atentado: si es la ETA, el PP barre; si son los islamistas, el PSOE puede ganar. Por esta razón, los dirigentes del PP trataron de mantener viva la hipótesis etarra hasta el día de las elecciones. Y por esta misma razón, es creíble que un sector de los mandos policiales trataran durante aquellos días, tras el descubrimiento de la Kangoo, de avivar la pista islamista todo lo que fuera posible. Quizá por eso se ocultó que lo estallado en los trenes había sido “Titadyne con cordón detonante” (si es que finalmente el análisis encargado por el tribunal es concluyente al respecto) y que luego no haya habido más remedio que seguir manteniéndolo oculto para evitar la responsabilidad derivada de la ocultación primera. No es una hipótesis descabellada si se recuerda que hasta comenzado el juicio, tres años después del atentado: no ha sido posible realizar unos análisis de los focos de la explosión; que el agua y la acetona con las que fueron lavados los restos ha desaparecido; que la Policía Científica, que es la que debiera haberlo hecho, nunca analizó restos de los focos; que una muestra de polvo de extintor, empleada para sofocar el fuego, conserva restos de nitroglicerina; y que el jefe de los TEDAX dijo en la comisión parlamentaria, según él por error, que lo que estalló en los trenes fue nitroglicerina.
Esto no significa acusar a Santiago Cuadrado de nada, pues él muy bien pudo limitarse a transmitir lo que en cada momento le dijeron.
La cuestión además se conecta con un detalle muy interesante de la declaración de ayer del otro testigo estrella, Jesús de la Morena.
Tras haber sido puesto en evidencia por el abogado de Suárez Trashorras, que le preguntó por los motivos por los que ordenó la detención de su defendido y haber el policía alegado unas vaguísimas razones, le terminaron de sacar de quicio las preguntas del abogado de Jamal Zougam en el mismo sentido, acerca de los motivos que existieron para la detención de su defendido.
Si la detención de Trashorras, que se produjo el 18 de marzo, una vez que el PSOE había ganado ya las elecciones, no tiene más relevancia política que la de ayudar a sostener la versión oficial, la de Zougam es mucho más importante porque se produjo la tarde del sábado, 13 de marzo. Y lo es porque, siendo como es Zougam marroquí de nacionalidad, su detención significó para el electorado español el convencimiento de que el atentado había sido obra de islamistas, y con ese convencimiento acudió a las urnas.
De la Morena reconoció que las únicas razones para su detención estribaron en el hecho de haber vendido la tarjeta telefónica hallada en la mochila de Vallecas y ser tenido por un islamista radical. El competente abogado de Zougam le preguntó entonces si sabía que Zougam, con anterioridad al 11-M, había sido sometido a escuchas telefónicas. Y de la Morena contestó que sí. Y luego le preguntó que si esas escuchas habían arrojado algún resultado. Y el ex Comisario contestó que no. Tan en evidencia quedó el testigo que éste se desahogó con una frase impropia del testimonio de un mando policial: “la detención de Zougam es lo mejor que hemos hecho en la vida”. El Juez no entendió el por qué de la frase y le pidió una aclaración. Entonces el ex Comisario General de Información dijo que la valoraba así porque gracias a ella se evitaron futuros atentados. Esta explicación da por hecho que Zougam pertenecía a la célula de Leganés, pero tal relación no está acreditada y nadie entre los oficialistas, empezando por la Fiscalía y el Juez instructor, lo considera probado.
Al respecto, Díaz-Pintado ha aportado un dato inquietante, pues ha manifestado que de la Morena le advirtió la noche del 12 que al día siguiente habría detenciones, pero que era preferible ser discreto para no desbaratar la operación. Díaz Pintado aclaró entonces que él tenía obligación de informar al Director General. De la Morena aceptó que se informara al Director General, pero prefirió que el Secretario de Estado y el Ministro, de momento, no supieran nada. ¿Por qué? ¿Por qué cabía la posibilidad de que ordenaran posponer las detenciones 30 horas?
Jesús de la Morena pasa por ser un policía de la órbita del PP. Yo no estaría tan seguro.
Un último dato que el Juez no ha permitido que aflorara al declarar improcedente la pregunta que lo habría permitido. El dato es, desde luego, irrelevante para acreditar la culpabilidad o la inocencia de los procesados, pero no para saber lo realmente ocurrido. Jesús de la Morena es hoy jefe de seguridad de la compañía Iberia.
La fuente.
Por último, ayer se supo que la Fiscalía ha solicitado del tribunal que sean llamados a declarar los policías citados en la carta que Díaz de Mera ha dirigido al mismo tribunal manifestándole la fuente que le habló de la existencia de un informe en que se relacionaba a la ETA con el 11-M y que no fue aportado al sumario gracias a la intervención del actual Comisario General de Información, Telesforo Rubio.
El 30 de marzo, Enrique García Castaño, Comisario jefe de la Unidad de Apoyo Operativo, dirigió una carta “a la superioridad” para manifestarle que había recibido dos llamadas de Agustín Díaz de Mera para pedirle que se dirigiera al tribunal y ratificara la existencia del informe. El Comisario reconoce ante la superioridad haber hablado en diversas ocasiones con su antiguo jefe sobre varios temas, entre otros, el de la situación de sus hijos policías, pero afirma que nunca le dijo que la ETA estuviera relacionada con el 11-M ni que existiera ningún informe al respecto.
Cabe que la fuente de la que habla Díaz de Mera no sea este Enrique García Castaño, pero, si lo es, una de dos, o Agustín Díaz de Mera es un mentiroso, pues el que dice ser su fuente no matiza lo que afirma Díaz de Mera, sino que lo niega rotundamente, o Enrique García Castaño es un cobarde. Quédense ustedes con lo que les parezca más probable.
Emilio Campmany
Dada la gran expectación que había levantado la jornada de ayer, las relativamente escasas novedades supieron a poco. Ni Jesús de la Morena, Comisario General de Información cuando el 11-M, ni Pedro Díaz-Pintado, Subdirector General Operativo, aportaron nada que permita dar un nuevo vuelco a la valoración de los hechos.
Sin embargo, hubo detalles interesantes. Díaz-Pintado narró la famosa conversación mantenida por teléfono durante la mañana del mismo 11 de marzo con Santiago Cuadro, comisario general de Seguridad Ciudadana, que le dijo que el explosivo empleado había sido “Titadyne con cordón detonante”, lo que equivalía a señalar a la ETA. Por la tarde, el mismo Santiago Cuadro le desmintió esta información y, según la narración de Díaz-Pintado, le dijo que no era Titadyne, sino otra clase de dinamita que no era posible especificar, pero que no era Titadyne porque no se había encontrado nitroglicerina.
Ahora bien, debe tenerse muy en cuenta que esta segunda conversación, en la que se desmintió que se hubiera empleado Titadyne, tuvo lugar algunas horas después de haberse descubierto en las proximidades de la estación de Alcalá de Henares la Renault Kangoo con restos de Goma 2 ECO y una cinta con versículos del Corán. Es decir, el desmentido se produjo después de haber aparecido el primer indicio islamista.
Todos los que seguimos la información política podemos recordar lo que mayoritariamente pensamos aquella mañana tras superar el impacto del atentado: si es la ETA, el PP barre; si son los islamistas, el PSOE puede ganar. Por esta razón, los dirigentes del PP trataron de mantener viva la hipótesis etarra hasta el día de las elecciones. Y por esta misma razón, es creíble que un sector de los mandos policiales trataran durante aquellos días, tras el descubrimiento de la Kangoo, de avivar la pista islamista todo lo que fuera posible. Quizá por eso se ocultó que lo estallado en los trenes había sido “Titadyne con cordón detonante” (si es que finalmente el análisis encargado por el tribunal es concluyente al respecto) y que luego no haya habido más remedio que seguir manteniéndolo oculto para evitar la responsabilidad derivada de la ocultación primera. No es una hipótesis descabellada si se recuerda que hasta comenzado el juicio, tres años después del atentado: no ha sido posible realizar unos análisis de los focos de la explosión; que el agua y la acetona con las que fueron lavados los restos ha desaparecido; que la Policía Científica, que es la que debiera haberlo hecho, nunca analizó restos de los focos; que una muestra de polvo de extintor, empleada para sofocar el fuego, conserva restos de nitroglicerina; y que el jefe de los TEDAX dijo en la comisión parlamentaria, según él por error, que lo que estalló en los trenes fue nitroglicerina.
Esto no significa acusar a Santiago Cuadrado de nada, pues él muy bien pudo limitarse a transmitir lo que en cada momento le dijeron.
La cuestión además se conecta con un detalle muy interesante de la declaración de ayer del otro testigo estrella, Jesús de la Morena.
Tras haber sido puesto en evidencia por el abogado de Suárez Trashorras, que le preguntó por los motivos por los que ordenó la detención de su defendido y haber el policía alegado unas vaguísimas razones, le terminaron de sacar de quicio las preguntas del abogado de Jamal Zougam en el mismo sentido, acerca de los motivos que existieron para la detención de su defendido.
Si la detención de Trashorras, que se produjo el 18 de marzo, una vez que el PSOE había ganado ya las elecciones, no tiene más relevancia política que la de ayudar a sostener la versión oficial, la de Zougam es mucho más importante porque se produjo la tarde del sábado, 13 de marzo. Y lo es porque, siendo como es Zougam marroquí de nacionalidad, su detención significó para el electorado español el convencimiento de que el atentado había sido obra de islamistas, y con ese convencimiento acudió a las urnas.
De la Morena reconoció que las únicas razones para su detención estribaron en el hecho de haber vendido la tarjeta telefónica hallada en la mochila de Vallecas y ser tenido por un islamista radical. El competente abogado de Zougam le preguntó entonces si sabía que Zougam, con anterioridad al 11-M, había sido sometido a escuchas telefónicas. Y de la Morena contestó que sí. Y luego le preguntó que si esas escuchas habían arrojado algún resultado. Y el ex Comisario contestó que no. Tan en evidencia quedó el testigo que éste se desahogó con una frase impropia del testimonio de un mando policial: “la detención de Zougam es lo mejor que hemos hecho en la vida”. El Juez no entendió el por qué de la frase y le pidió una aclaración. Entonces el ex Comisario General de Información dijo que la valoraba así porque gracias a ella se evitaron futuros atentados. Esta explicación da por hecho que Zougam pertenecía a la célula de Leganés, pero tal relación no está acreditada y nadie entre los oficialistas, empezando por la Fiscalía y el Juez instructor, lo considera probado.
Al respecto, Díaz-Pintado ha aportado un dato inquietante, pues ha manifestado que de la Morena le advirtió la noche del 12 que al día siguiente habría detenciones, pero que era preferible ser discreto para no desbaratar la operación. Díaz Pintado aclaró entonces que él tenía obligación de informar al Director General. De la Morena aceptó que se informara al Director General, pero prefirió que el Secretario de Estado y el Ministro, de momento, no supieran nada. ¿Por qué? ¿Por qué cabía la posibilidad de que ordenaran posponer las detenciones 30 horas?
Jesús de la Morena pasa por ser un policía de la órbita del PP. Yo no estaría tan seguro.
Un último dato que el Juez no ha permitido que aflorara al declarar improcedente la pregunta que lo habría permitido. El dato es, desde luego, irrelevante para acreditar la culpabilidad o la inocencia de los procesados, pero no para saber lo realmente ocurrido. Jesús de la Morena es hoy jefe de seguridad de la compañía Iberia.
La fuente.
Por último, ayer se supo que la Fiscalía ha solicitado del tribunal que sean llamados a declarar los policías citados en la carta que Díaz de Mera ha dirigido al mismo tribunal manifestándole la fuente que le habló de la existencia de un informe en que se relacionaba a la ETA con el 11-M y que no fue aportado al sumario gracias a la intervención del actual Comisario General de Información, Telesforo Rubio.
El 30 de marzo, Enrique García Castaño, Comisario jefe de la Unidad de Apoyo Operativo, dirigió una carta “a la superioridad” para manifestarle que había recibido dos llamadas de Agustín Díaz de Mera para pedirle que se dirigiera al tribunal y ratificara la existencia del informe. El Comisario reconoce ante la superioridad haber hablado en diversas ocasiones con su antiguo jefe sobre varios temas, entre otros, el de la situación de sus hijos policías, pero afirma que nunca le dijo que la ETA estuviera relacionada con el 11-M ni que existiera ningún informe al respecto.
Cabe que la fuente de la que habla Díaz de Mera no sea este Enrique García Castaño, pero, si lo es, una de dos, o Agustín Díaz de Mera es un mentiroso, pues el que dice ser su fuente no matiza lo que afirma Díaz de Mera, sino que lo niega rotundamente, o Enrique García Castaño es un cobarde. Quédense ustedes con lo que les parezca más probable.
Emilio Campmany
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